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───        ▭▬▭ . . .      :bangbang: お                    〴⋋_⋌〵

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﹏﹏﹏﹏﹏﹏                        dylan writer ★

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Hola, bueno ya saben.

Estaré publicando esto hasta que llegue a

su fin, esperemos no sea pronto pero pues

ya, espero les agrade y que pueda seguir

trayendo contenido para ustedes.

No puedo sacarte de mi cabeza, pero lo que más me aterra es que tú pareces no darte cuenta. La vida volvió a su ritmo habitual, con mensajes ocasionales de Cédric que a menudo se quedaban sin respuesta. Era impredecible saber si nuestros horarios coincidirían, pero una cosa era clara: mi interés en ti había trascendido lo superficial. Ahora, me encontraba sumido en un mar de emociones que me rodeaban y me amenazaban con ahogarme.

Sonidos de teclados y llamadas entrantes se escuchaban de fondo, Cédric se encontraba sumido en sus pensamientos ajenos a su alrededor y a su trabajo, hace unos tres años que había entrado a la empresa de su padre, le habría gustado entrar como jefe, pero la realidad es que su padre jamás lo permitiría y lo hizo ganarse todo desde cero, para "aprender a apreciar de lo que posees" era así, como Cédric el hijo del jefe era un simple empleado más ante los ojos de la empresa, las dificultades estaban a la orden del día y no ayudaba mucho que sus superiores lo tratarán más estrictamente que a otros de sus compañeros.

— Hey... Hey te estoy hablando. — Le dijo chasqueando los dedos en frente de Cédric quien parecía en otro mundo.

— Si, dime qué sucede. — Cédric sacudió la cabeza y miro a su supervisor quien traía una pila enorme de documentos.

— Tienes más trabajo, no te olvides de entregar para hoy los ensayos que presentaremos mañana y olvídate del fin de semana, tenemos junta istrativa. — Le dijo sin dejarle poner peros y se fue.

Cédric se estiró y suspiró, reflexionando sobre cómo había pasado de ser un incansable buscador de aventuras a un hombre que pasaba la mayor parte de su día sentado detrás de un escritorio, tecleando sin cesar.

El trabajo era su salvavidas, su mente ocupada era la única forma de calmar la ansiedad que lo consumía cada vez que sonaba su teléfono o llegaba una notificación. Desde la última vez que había hablado con Rosé, cada sonido, cada mensaje y cada llamada hacía que su corazón se acelerara y la dopamina fluyera por su cuerpo, solo para llevarse una gran decepción al descubrir que no era ella quien estaba al otro lado de la línea.

El teléfono volvió a emitir un sonido y Cédric enseguida alzó el teléfono, pero al darse cuenta de que lo recibido era una imagen deseándole feliz día de su abuela, se sintió un poco aliviado. Sin embargo, no podía evitar sentir una pizca de decepción, ya que no era de la persona que esperaba recibir un mensaje. Su mente se veía dividida entre buscarla y parecer un intenso o no hacerlo y parecer desinteresado. Tenía tantas opciones, pero no estaba haciendo ninguna. Era lamentable cómo, a pesar de ser experto en todo, no sabía cómo acercarse a alguien como Rosé. Esa era una batalla que parecía perdida desde el principio.

Pronto una voz llamo su atención, Derec. Su amigo en esa oficina se acercó con cierta felicidad.

— ¿Que celebramos? — Pregunto Cédric.

— Bueno mi gran amigo, celebramos que la empresa tuvo un buen rendimiento en la bolsa y por consecuencia todos obtendremos mejoras de salarios, aún que.. tu no los necesitas, si es así el caso, ya sabes a quien donarle tu dinero. — Este alzó las cejas una y otra vez mientras se sentaba a lado de Cédric.

— Lo hago si me ayudas. — Lo miro.

— ¿Que es? — pregunto hechando una mirada a la pila de documentos.

— Ensayos de fin de jornada, para la junta is..— Cédric no termino cuando Derec se levantó de su asiento y negó.

— Prefiero mi muerte antes que hacer eso, mucha suerte. — le dijo mientras se despedía con la mano mientras caminaba al elevador.

Otro día más, Cédric se encontraba rodeado de un montón de papeles y una linterna en su escritorio, su única compañía en una cita romántica con el dolor de manos por no parar de teclear. La soledad de la noche parecía envolverlo, pero él se sumergía en su trabajo, intentando olvidar la ausencia de alguien.

[Rose's Perspective]

— Muchas gracias por su compra. — Dijo rosé con una sonrisa y despidiéndose de su vecina y clienta más fiel, la anciana de 93 años que había encargado un pastel para su pequeño nieto.

Rosé partió de regreso al elevador para subir a su departamento, si vida era tranquila, su mente no paraba de pensar en nuevas cosas que ofrecer a sus clientes mientras que los pedidos a su negocio se hacían más y más grandes, todo su plan iba de maravilla pero se había olvidado de un pequeño y gran detalle, Cédric.

Los mensajes ocasionales de Cédric le eran muy graciosos. A veces se olvidaba de responder a sus mensajes, y otras veces parecía que Cédric había perdido toda imagen de ser una persona seria y centrada. La noche cayó en la ciudad y pronto Rosé recibió una llamada. Era Cédric.

—¿Hola? —Rosé atendió la llamada, pero del otro lado de la línea se escuchaba un gran alboroto, parecía ser una fiesta.

—... —Se escuchó un ruido confuso.

—¿Cédric? —Rosé se apartó el teléfono de la oreja y comprobó si la llamada seguía en curso, tal vez se había marcado accidentalmente.

—¿Por qué? —Por fin habló Cédric, quien se escuchaba un poco mal.

—¿Qué sucede? —preguntó Rosé.

—¿Qué es lo que me estás haciendo? No puedo sacarte de mi cabeza. No me hagas tener que ir a buscarte —le dijo Cédric entre hipos y arrastres de palabras que lo hacían escuchar terriblemente mal.

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