What if? Personajes de Fnaf 1 en La Vega, Chile

Hola cabros como estan. Alguna vez se han preguntado "Que pasaria si..." sobre cualquier cosa? Bueno, yo si, y me ocurrio uno muy bueno (y por ocurrirme me refiero a una idea que me saque del hoyo) y es...

QUE PASARIA SI LOS ANIMATRONICOS DE FNAF 1 TRABAJARAN EN LA VEGA CENTRAL, CHILE?

Todo comenzó una noche cualquiera en Freddy Fazbear’s Pizza. La clientela estaba por los suelos (nadie quiere ir a un local donde los animatrónicos te miran como si te fueran a robar el alma). Freddy, Bonnie, Chica y Foxy estaban aburridos de asustar a guardias de seguridad que ya venían preparados con cámaras y puertas reforzadas. Además, las deudas no perdonan ni en el mundo animatrónico: la pizzería debía tres meses de luz y el internet estaba tan lento que ni el pobre Golden Freddy podía cargar un jumpscare en condiciones.

Un día, mientras Foxy navegaba en un viejo celular robado de un niño distraído, encontró un anuncio:

"¡Se buscan vendedores para La Vega Central, Santiago de Chile! Pago en efectivo, frutas y verduras frescas garantizadas."

Freddy, siempre el líder, vio ahí la oportunidad de un nuevo comienzo.

—¡Compañeros, nos vamos a Chile! Allá la gente no se asusta de nada, venden pescado con moscas y aún así lo compran. ¡Somos perfectos para ese mercado!

Y así, después de colarse en un contenedor de plátanos ecuatorianos, los animatrónicos llegaron a La Vega.

Bonnie se instaló en un puesto de frutas y verduras, vendiendo zapallos italianos como también papas. Pero como solo sabía decir "Let's rock!", cada vez que un cliente preguntaba el precio, Bonnie solo tocaba su guitarra. Resultado: casi nadie le compraba, pero los pocos que lo hacian hablaban bastante bien de él.

Chica encontró su lugar en un puesto de empanadas. Al principio, nadie quería probarlas porque venían con "un toque especial de seguridad nocturna", pero al grito de "Let’s eat!" y lanzando empanadas como si fueran frisbees, logró convertirse en tendencia en TikTok Chile. Cabe agregar que la gente no seguía muy contenta con la idea de recibir empanadas recién fritas en la cara.

Foxy se convirtió en el rey de los mariscos. Su velocidad le permitía atender a cinco clientes al mismo tiempo y robarle los vueltos a dos más. Cada vez que alguien no quería pagar, soltaba su clásica carcajada pirata y el cliente salía corriendo, dejando el vuelto y la dignidad.

Freddy montó un escenario improvisado en medio del pasillo 7. Cantaba "Cielito Lindo" con acento robótico mientras sacaba selfies con turistas que pensaban que era un arte callejero avanzado. A la noche, eso sí, seguía intentando asustar al guardia nocturno de La Vega, pero este solo le respondía:

—Ya po' Freddy, no weí, que tengo que cuidar las paltas...

Los santiaguinos, como buenos chilenos, se acostumbraron rápido. Las leyendas urbanas crecieron: "Dicen que si te quedas después de las 8 pm, la Chica te lanza una empanada fantasma" o "Vi a Foxy correr a 40 km/h persiguiendo a un cabro que no pagó los ostiones."

Mientras Freddy, Bonnie, Chica y Foxy ya se habían adaptado a la dura vida en La Vega, alguien más planeaba su gran regreso: Golden Freddy, el más misterioso y flojo del grupo. Siempre aparecía y desaparecía sin aviso, y ahora, después de meses tirado en un rincón del pasillo 3, tuvo una epifanía:

—Si todos venden algo... ¿por qué yo no?

Así nació su emprendimiento:

"El Mote Maldito de Golden Freddy"

Su lema: "Te refresca... o te desaparece."

Instaló su carrito justo en la entrada principal de La Vega. Pero claro, como buen animatrónico, no entendía nada de proporciones ni sabores. Su receta incluía:

• Huesillos del año 1993 (porque decía que eran "vintage").

• Azúcar suficiente como para provocar diabetes al primer sorbo.

• Y mote que, por alguna razón, flotaba formando la cara de Golden Freddy si lo mirabas mucho rato.

La primera clienta, una señora llamada Doña Gladys, tomó un sorbo y exclamó:

—¡Está dulce como cachetada de suegra!

Pero en vez de enojarse, volvió con toda su familia para que "vieran la cara del mono amarillo en el vaso". Al poco rato, su puesto tenía fila.

Foxy estaba celoso:

—¡Arrr, ese amarillo fantasma está robándome clientes!

Así que organizó una competencia: "La Gran Guerra del Refresco Chileno."

Golden Freddy con su mote maldito, y Foxy con su nuevo producto: "Jugo de piure pirata."

El evento se salió de control.

Bonnie empezó a tocar cumbia villera para ambientar, Chica lanzaba empanadas gratis a la multitud, y Freddy, emocionado, empezó a cantar una versión rara de "La Consentida" en tono robótico.

Al final, Golden Freddy ganó. Porque cada vez que alguien tomaba su mote, tenía alucinaciones donde veía a Golden Freddy susurrándoles:

—"Uno más y te regalo el vaso..."

Y claro, nadie quería arriesgarse a quedar maldito, pero tampoco podían dejar de comprar "por si acaso es verdad."

Negocio redondo.

Esa noche, La Vega no durmió.

Dicen que los carritos de sopaipillas se unieron para expulsar a los animatrónicos, pero cuando Golden Freddy los miró fijamente con su cara de glitch, las sopaipillas empezaron a inflarse solas y volar.

Desde entonces, los locales cierran temprano "por respeto al mote."

Espero que les haya entretenido éste what-if. Tenia ganas de subir algo y, si les soy honesto, el personaje que cree para odiar a todo respecto a fnaf se estaba volviendo bastante cansador. Pero bueno, cuidense y sueñen con los angelitos.