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               ┊         ⊹                              𝘖𝘩 𝘮𝘪𝘳𝘢…

              ✯ ⋆       ┊ . ˚                            ¡𝘵𝘶𝘭𝘪𝘱𝘢𝘯𝘦𝘴!

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𝐿𝒶 𝑅𝑒𝑔𝑒𝓃𝓉𝑒 𝒫𝑒𝓇𝒹𝒾𝒹𝒶

:tulip: 𝐻𝒾𝓈𝓉𝑜𝓇𝒾𝒶 𝒻𝒶𝓂𝒾𝓁𝒾𝒶𝓇 :tulip:

Nacida en el bellísimo país de Angloria, y criada para ser reina, Eli creció en el castillo de su despiadado padre, el Rey Hendrick Baratheon III, quién heredó el trono tras la muerte de su padre, el Rey Hendrick Baratheon II. Respecto a su madre Allison en cambio, se desconoce completamente su procedencia ni el cómo llegó a casarse con el actual rey. Murió a los pocos meses del nacimiento de Eli tras una repentina enfermedad sin cura.

:tulip: 𝐼𝓃𝒻𝒶𝓃𝒸𝒾𝒶 :tulip:

Siendo la más pequeña de cinco hermanos, cuando tan solo tenía tres años de edad, ya la habían comprometido con un niño quince más mayor que ella llamado Gerard, del cual solo sabía que, según su padre, -era el futuro rey que Angloria necesitaba-y ella como la dulce y tierna niña que era, había aceptado sin siquiera protestar.    

Solía ser una niña muy solitaria, no tenía amigos pues el resto de niños que residían en el castillo, incluidos sus hermanos, acostumbraban a ignorarla por el mero hecho de hacerla sentir mal, aunque nunca lograron derribar su espíritu, ella comprendió que únicamente se tenía a ella y a nadie más.

:tulip: 𝒫𝑒𝓇𝓈𝑜𝓃𝒶𝓁𝒾𝒹𝒶𝒹 :tulip:

A pesar de la falta de cariño que recibía de su familia. Eli era una niña de lo más maravillosa: risueña, alegre, adorable, apasionada, algo rebelde y muy curiosa, con demasiado amor para dar. Supo soportar el maltrato psicológico que recibía de parte de su familia, y así sacar lo mejor de esa situación.

Sus dos cosas favoritas en el mundo eran: escaparse de sus lecciones para refugiarse en la biblioteca del castillo y el infinito campo de tulipanes rosas que sus antepasados habían plantado detrás del castillo.

Es más inteligente que el resto de sus hermanos y esto ha provocado que la envidia diera espacio a una rivalidad unilateral por parte de todos ellos, sin embargo, ella jamás sintió ningún tipo de odio o rencor hacia ningún integrante de aquella infernal familia, era demasiado buena para eso. Su bondad impidió toda su vida que nada corrompiera esa inocencia que tanto la definía.

:tulip: 𝐼𝓃𝒹𝒾𝒸𝒾𝑜 𝒹𝑒 𝑀𝒶𝑔𝒾𝒶 :tulip:

Sin embargo, todo cambió cuando a la edad de nueve años, Eli hizo volar por los aires a su prometido, tras un degenerado intento de “acercarse” pasionalmente a ella. Gerard ese día no solo aprendió lo que la palabra “No” significa, sino que también se fracturó la columna, quedando así inválido para el resto de su vida.

Todo el mundo se preguntó qué es lo que le había ocurrido al pobre príncipe Gerald y por qué del repentino rompimiento del compromiso entre ambas familias. La pequeña comprendió entonces, que era un poco diferente al resto. Sintió que algo poderoso nacía dentro de ella y sentía una curiosidad imperiosa en descubrir qué era todo eso que estaba sintiendo, sin embargo, aquello la aterraba tanto como la asombraba. Por lo que decidió guardar silencio, esperando que nunca nadie la descubriera.

—Yo sé la clase de monstruo que eres —exclamó su padre mientras encadenaba a su hija más pequeña —. Eres igual de repugnante que tu madre. Y es por eso que recibirás el mismo final que ella. ¡Nadie manchará el apellido de esta familia!

Durante los siguientes dos años, Eli, habiendo cumplido los once, descubrió que su madre no había muerto a causa de ninguna enfermedad repentina. Había sido torturada hasta la muerte, justo como estaban intentando hacer con ella. Y, a pesar de sus infinitos intentos de resistir, aquella información había destrozado su corazón.

Pasó varios días sin comer, incluso sin beber agua, rogándole a cualquier Dios que estuviera escuchando, que acabara con su agonía de una vez por todas, sin embargo, los días seguían pasando y las súplicas comenzaban a ser cada vez más desesperadas.

Una noche (o día quien sabe), se encontraba observando las paredes del calabozo donde permanecía encerrada y por una fracción de segundo, deseó con todo su corazón que se desplomaran una por una, fue entonces tras una inesperada vibración éstas cedieron sobre sus cimientos desplomándose por completo y, tras un destello, las cadenas que la tenían amarrada de manos y pies se convirtieron en polvo, liberándola así de aquella prisión inhumana. Se puso de pie y con las pocas fuerzas que aún le quedaban, salió a toda prisa de aquel castillo dejándolo atrás para siempre. Y si dentro de ella quedaba espacio a dudas respecto a esa desconocida sensación de poder, aquello lo había cambiado todo.

:tulip: 𝒞𝒶𝓇𝓉𝒶 𝒹𝑒 𝒜𝒸𝑒𝓅𝓉𝒶𝒸𝒾𝑜𝓃 :tulip:

Para poder poner la mayor cantidad de distancia posible entre ella y los mil guardias que seguramente su padre ya debía de haber enviado para que la encontraran, Eli no dejó de correr hasta llegar a un bosque que parecía estar abandonado. Allí decidió descansar por un momento. Los pies le dolían y no tenía nada para comer, pero cualquier lugar le parecía mejor que estar encerrada nuevamente.

Como un regalo caído del cielo, una tierna lechuza blanca apareció frente a ella. Entre sus garras cargaba una misteriosa caja que dejó caer sobre el regazo de la joven, mientras que en su pico llevaba un extraño sobre con un sello aún más extraño. Ella tomó el sobre entre sus manos y lo abrió mientras el animal emprendió vuelo nuevamente.

El contenido de aquella carta le pareció la cosa más disparatada e irracional del mundo. ¿Cómo era posible que la aceptaran en un colegio que enseñaba magia? Continuó leyendo, totalmente atrapada. Aunque le parecía algo imposible, sus sentidos, la sensación de vibración contante, todo parecía encajar con esta teoría y, para cuando terminó de leer la carta, confirmó lo que muy en el fondo ya sabía: Era una hechicera.

Dejó a un lado aquel papel demencial y abrió la caja. Y por primera vez en su vida, las lágrimas comenzaron brotar de sus ojos; un enorme trozo de pavo recién cocido, patatas, y un delicioso trozo de pastel eran el contenido de aquel paquete.

:tulip: 𝐸𝓁 𝒞𝒶𝓁𝓁𝑒𝒿𝑜𝓃 𝒟𝒾𝒶𝑔𝑜𝓃 :tulip:

Siguiendo las confusas instrucciones que había recibido al día siguiente mediante otra carta junto con un pequeño monedero repleto de dinero de origen extraño, llegó al Callejón Diagon. Su mirada recorrió cada local, cada escaparate, cada persona que se cruzaba y se sintió terriblemente abrumada por la emoción.

En la lista de material escolar pedían tantas cosas que le preocupada no saber cómo cargar con todo ella sola. Llevaba ya un carro repleto de libros, un uniforme, una pequeña gatita siamesa blanca ahora llamada Primrose y ¡hasta un caldero! Sin embargo faltaba un último elemento: una varita.

Se adentró a la tienda de varitas de Ollivander y lejos de superar las expectativas, un hombre apareció detrás del mostrador examinando con curiosidad su rostro y una sonrisa asomó los labios de aquel hombre que parecía ser de lo más amigable.

Se fue sin decir una sola palabra y volvió con una caja entre las manos. Al abrirla le tendió a la pequeña un artefacto de madera “una varita” pensó ella y sin dudarlo la tomó. Le recorrió de inmediato una oleada de rechazo, odio y pensamientos oscuros que no le pertenecían y de la punta de aquella varita tan sombría escapó un resplandor que hizo estallar en mil pedazos la vidriera de la tienda.

Soltó esa arma mortal de inmediato y miró petrificada al dueño de aquel local, esperando un sermón por su parte por haber destruido su local. Sin embargo éste desapareció nuevamente y vovió con una nueva caja. Temerosa, la tomó entre sus manos y si bien ya no escuchaba voces que le pedían que incendiara todo, ésta tampoco parecia entenderla. Un ardor incómodo le recorrió la mano, como si la varita la estuviera… ¿rechazando? Antes de volver a causar problemas la dejó nuevamente en su empaque y negó con la cabeza, dandole a entender al buen hombre que no se lelvaría esa varita.

Al tercer intento, Ollivander destapó una nueva caja y al acercarla a ella, algo se sintió diferente. Tomó la varita entre sus manos y todo a su alrededor se estremeció seguidamente de una agradable sensación de familiaridad que la abordó de repente, como si todo dentro de ella hubiera estado esperando este momento. Todo comenzó a vibrar y sintió muy dentro de ella que todo fluía como debía ser. Su corazón se llenó de mil sensaciones, cada una mejor que la anterior. —Esta es —susurró conteniendo el centenar de emociones que cargaba por dentro.

:tulip: 𝐸𝓍𝓅𝓇𝑒𝓈𝑜 𝒶 𝐻𝑜𝑔𝓌𝒶𝓇𝓉𝓈 :tulip:

Al que llevaba enviándole las instrucciones desde aquel día en el bosque, tenía un particular sentido del humor; le había estado enviando cartas con instructivos cada vez más disparatados y menos sencillos. El último sobre recibido, contenía un ticket amarillo para un expreso del andén 9 ¾ y nada más. ¿A dónde se suponía que tenía que ir con eso?

Supuso que quizá debía tratarse de un ticket para la estación de trenes, pero tomando en cuenta, que se encontraba en un país que no era el suyo y que no conocía a nadie, no supo qué esperar. Pidiendo instrucciones, como no iba a ser de otra forma, logró dar con una estación llamada King Cross.

Buscó la dichosa plataforma, pero, —para sorpresa de nadie—, no había ninguna plataforma que tuviera más números que los reglamentariamente conocidos. Así que terminó por suponer que su amigo anónimo por correspondencia le había hecho una broma de muy mal gusto.

A su lado, vio a un niño pasar. Al igual que ella, llevaba un carrito lleno hasta arriba de cosas, pero lo que más llamó su atención fue que dentro de una jaula iba una lechuza blanca muy similar a la que le había estado enviando correspondencia desde hace ya una semana.

Decidida a seguirlo, se levantó apresuradamente y corrió tras él. Al llegar a una cercanía prudente, también oyó la voz de una señora que mencionaba la tan famosa plataforma 9 ¾. Acto seguido vio como se dirigían hacia una columna de ladrillos, antes de que pudiera reaccionar y advertirles que se iban a estrellar, todos ellos desaparecieron dentro de la estructura. Incrédula ante lo que acababa de ver, hizo lo mismo y al atravesar el muro, se desplegó ante ella un único andén con un tren bajo la inscripción “Expreso a Hogwarts”.

Aliviada, suspiró y se subió sin pensarlo dos veces. Encontró un vagón vacío y allí se instaló. Un par de niños se acercaron a ella y se unieron al vagón, compartiendo entre ellos la maravillosa experiencia al recibir sus cartas. Ella en cambio, tal vez por vergüenza, cuando los chicos le preguntaron qué hacía sola en medio de un bosque, decidió omitir el hecho de que había escapado de una sentencia a muerte por parte de su familia. Seguidamente de eso desvió su mirada hacia otro vagón cercano, una chica con el cabello del mismo color que ella parecía algo ausente. Cuando la niña clavó sus azules ojos sobre ella, la pregunta le brotó de sus labios sin tener tiempo a reprimirla —¿Es tu primera vez en el expreso? —la contraria solo asintió como respuesta y desvió la vista. —La mía también —susurró más para ella, mientras acariciaba a su pequeña Primrose.

:tulip: 𝒞𝑒𝓇𝑒𝓂𝑜𝓃𝒾𝒶 𝒹𝑒 𝒮𝑒𝓁𝑒𝒸𝒸𝒾𝑜𝓃 :tulip:

En el momento que llegaron, la niña observó atentamente el lugar que sería su hogar a partir de ahora y cada cosa que veía le gustaba más y más. Recibió junto a un montón de niños la bienvenida oficial al Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería y una breve introducción a lo que pasaría a continuación, seguido de una explicación respecto a la ceremonia mediante la cual se definiría a qué casa pertenecía cada uno.

La ceremonia había comenzado, y un estudiante tras otro fueron pasando, deseosos, ansiosos por descubrir qué les depararía el destino. Con cada estudiante que iba pasando, su emoción iba incrementando, la ilusión de una vida llena de aventuras logró sacarle una inmensa sonrisa.

—¡Eli Baratheon! —Al oír su nombre, en lo único que pudo pensar fue en su madre. En que quizá esta era una forma de poder sentirla cerca. Una vez colocado el Sombrero Seleccionador, sintió como si el tiempo hubiera comenzado a correr más lento.

—Es muy curioso —siseó el sombrero —. Cargas con un dolor inmenso y aun así no hay nada de maldad en tu interior. Tu optimismo es casi tan irable como la inmensidad de tu corazón, y crees no merecerlo, pero tu valentía y determinación han logrado traerte hasta aquí. Yo creo que la decisión es evidente… ¡Gryffindor!

:tulip: 𝐻𝑒𝒸𝒽𝒾𝓏𝑜 𝐹𝒶𝓋𝑜𝓇𝒾𝓉𝑜 :tulip:

El día que logró dominar por primera vez un encantamiento a la perfección (en su primer intento), la chica no paraba de dar saltitos de felicidad. El hechizo que había dominado resultó ser nada más y nada menos que el “Wingardium Leviosa” y a partir de ahí comenzó a utilizarlo para absolutamente todo.

Se había convertido en su hechizo favorito y cuando alguien se interesaba en saber el motivo, su respuesta siempre era: —Ha sido el primer encantamiento que logré realizar de primeras. Y eso es algo que no voy a olvidar jamás—. Sin embargo, en el momento en que aprendió a realizar el encantamiento Patronus y vio como un hermoso caballo blanco se manifestaba ante ella, quedó casi sin aliento, permitiendo así que comenzara a cuestionarse cuál de esos dos hechizos se ganaba el primer lugar en su corazón.

:tulip: 𝑀𝒶𝓉𝑒𝓇𝒾𝒶 𝐹𝒶𝓋𝑜𝓇𝒾𝓉𝒶 :tulip:

Durante los siguientes meses, se dedicó a aprender a realizar encantamientos de forma excepcional. Le maravillaba el hecho de poder realizar magia de verdad y quería demostrar que era verdaderamente digna de estar ahí.

Gracias a su dedicación, lograba por momentos olvidar su pasado, sentirse mas “normal”, sin tener obligaciones para con la realeza, y eso era lo que más feliz la hacía. Era curioso como había cambiado las lecciones de té, por lecciones de magia.

¿Sus materias favoritas? Encantamientos y Defensa Contra las Artes Oscuras. Se convirtieron en sus materias favoritas, especialmente cuando durante las clases se enfocaban más en la parte práctica y no tanto en la teórica. No se destacaba demasiado por ser la más estudiosa, pues le aburría un poco todo lo teórico, ¿pero aprender a realizar encantamientos? Eso sí le encantaba.

Poco tiempo después comenzó a tener cierto interés por la materia de Pociones, donde aprendió a realizar pociones para todo tipo de cosas. Y, al igual que en sus otras dos materias favoritas, la parte práctica de clase de pociones comenzó a parecerle de lo más entretenida, especialmente cuando uno de sus compañeros de clase se equivocaba en alguna de las recetas, haciéndolo explotar todo.

:tulip: 𝒯𝓇𝒶𝓋𝑒𝓈𝓊𝓇𝒶𝓈 :tulip:

Un par de años más tarde y sin saber cómo había ocurrido, se dio a conocer su mayor secreto: su identidad. Esto impulsó su popularidad hasta los cielos, ahora todo el mundo quería acercarse a ella, ser sus amigos, incluso hasta habían comenzado a llamarla “princesa” cosa que le molestaba muchísimo. No quería ser recordada por su pasado, sino por quien era hoy.

Hasta que un día, dos muchachos de Slytherin a los que casi ni conocía, decidieron erróneamente burlarse. “Princesa Desertora” la llamaron en un tonto intento de hacerla sentir mal por abandonar a su familia y sus obligaciones.

Ella, harta de ser el centro de atención, una noche como cualquier otra y antes de toque de queda se acercó a aquellos dos chicos y dándoles un inesperado abrazo a ambos, logró colocar dentro de sus capuchas, un pequeño dispositivo, y en el momento que ella los vio desaparecer por la puerta su sala común, ¡BOOM! Se oyó la detonación de aquel artilugio que resulta, había sido una bomba fétida.

Los Slytherin debieron ser evacuados sin tener a su sala durante dos días y a aquellos chicos que la habían molestado tuvieron que darse al menos siete baños seguidos para poder disimular, aunque sea un poco el desagradable hedor que emanaba de ellos.

Nunca nadie descubrió al culpable, y ese día Eli descubrió que en Hogwarts la diversión siempre estaba asegurada.

:tulip: 𝒟𝑒𝓈𝓅𝓊𝑒𝓈 𝒹𝑒 𝐻𝑜𝑔𝓌𝒶𝓇𝓉𝓈 :tulip:

Sin un lugar a donde ir, al finalizar sus estudios fue contratada para dar clases de Defensa Contra las Artes Oscuras dentro del colegio, así además de poder conseguir su propio dinero, también tenía un techo y comida asegurado.

La joven aceptó sin dudarlo, pues podría enseñar lo que tanto le apasionaba a futuras generaciones de pequeños e inexpertos estudiantes que recién comenzaban su travesía en este nuevo mundo.

Poco tiempo después tomó la decisión de crear un lugar seguro para todos aquellos niños magos que no tenían a donde ir y no estuvieran bajo el cuidado de nadie más que ellos mismos. Teniendo muy presente su niñez, y la de algunos de sus compañeros quienes no tuvieron quien velara por ellos o a quién acudir cuando todo se desmoronaba a su alrededor, comenzó a realizar el papeleo y trámites correspondientes que, una vez conseguidos, emprendió un exhaustivo viaje para rescatar a niños que realmente necesitaban una cama donde dormir y el amor incondicional de una madre.

:tulip: 𝒱𝒾𝒹𝒶 𝒜𝓂𝑜𝓇𝑜𝓈𝒶 :tulip:

Durante sus años como estudiante, un sentimiento desconocido comenzó a aflorar dentro de ella. No comprendía muy bien el motivo, pero su corazón comenzó a acelerarse desde el día que conoció a aquel Slytherin; un odioso muchacho de ojos grises y cabello platinado, pero es que a pesar de detestarlo por ser un cretino, ella descubrió no era nada más que un muy solitario chico incomprendido, que parecía casi tan roto y asustado como se había sentido ella tantos años atrás.

Eso llamó poderosamente su atención y, si bien al principio no soportaba tenerlo cerca, con el tiempo entendió que, sin esperarlo, se había enamorado de él. Y para su grata sorpresa, él sentía lo mismo.

Alegre, adorable, apasionada, rebelde y muy curiosa.

Así es Eli Baratheon :tulip: