꒰͡𑁬 ━━━ ❨ :dolphin: ❩ 𝐃𝐄𝐋𝐅𝐈𝐍𝐄𝐒, 𝗻𝗼 𝘀𝗼𝗻 𝗹𝗼 𝗾𝘂𝗲 𝗰𝗿𝗲𝗲𝘀...

澄み切った冬の空から降りてくる微睡

#Me

⏜︵⏜︵⏜ ୨ ♡ ୧ ⏜︵⏜︵⏜

¡Hola hola! Bienvenidos a

este blog, uno de mis pri-

meros. Soy nueva en esto,

pero mi idea es traer más

blogs a la comunidad.

Bueno, comencemos.

Siempre nos enseñaron

que los delfines son cri-

aturas inteligentes, simpá-

ticas y entrañables. Películas,

acuarios y camisetas de sou-

venir ayudaron a construir esa

imagen encantadora. Pero hay

otra cara de estos animales que

rara vez se menciona: una más

oscura, inquietante… 𝘆 𝗯𝗮𝘀𝘁𝗮𝗻𝘁𝗲 𝗽𝗲𝗿𝘁𝘂𝗿𝗯𝗮𝗱𝗼𝗿𝗮.

Los delfines, especialmente

los nariz de botella (Tursiops

truncatus), poseen cerebros

complejos, se llaman entre sí

con “nombres”, cooperan para

cazar y aprenden comporta-

mientos culturales. Pero esa

inteligencia no los hace moral-

mente superiores. De hecho, la

usan para manipular, controlar y

agredir. En la naturaleza, se ha

observado que grupos de machos

forman alianzas para secuestrar

hembras y forzarlas a aparearse.

Este comportamiento, que recuerda

al acoso sexual, no es aislado: forma

parte de sus estrategias sociales.

Los biólogos han registrado conductas

agresivas donde los delfines matan a

crías de su propia especie e incluso a

animales de otras, como marsopas

(Phocoena phocoena). No lo hacen por

hambre ni por defensa: lo hacen sin una

razón alimenticia aparente. Algunas teorías

sugieren que estos ataques podrían ser una

especie de práctica para el combate o el

establecimiento de jerarquías. Los cuerpos de

marsopas aparecidos en costas del Reino Unido

mostraban marcas de ataque coincidentes con

las tácticas de delfines adultos: embestidas

violentas, costillas rotas y órganos internos

destrozados.

Los delfines no siempre aceptan a

ajenos a su grupo. Se ha

documentado que intimidan, excluyen

e incluso atacan físicamente a delfines

desconocidos que intentan unirse a su

manada. Esta agresividad también se

extiende a otras especies de delfines,

como los de Risso o los listados, a los que

han herido o asesinado sin ningún motivo

alimenticio. ¿Tribalismo? ¿Territorialidad?

Lo cierto es que su comportamiento no es

precisamente pacífico.

No es que los tiburones “les tengan miedo”

a los delfines, pero los evitan por una buena razón.

Un grupo de delfines puede rodearlos, embestirlos

con fuerza e incluso matarlos. Organizados y

agresivos, los delfines pueden ser letales cuando

se coordinan.

En documentales de la BBC se ha

observado un comportamiento difí-

cil de ignorar: los delfines juegan con

peces globo que liberan tetrodotoxina,

una neurotoxina potente. Al pasar el pez

entre ellos, parecen entrar en un estado de

trance… como si estuvieran drogándose

de forma recreativa. La escena es tan extraña

como inquietante.

No estoy diciendo que los

delfines sean monstruos.

Pero tampoco son las cri-

aturas luminosas y dulces

que nos vendieron. Son int-

eligentes, sí. Carismáticos,

también. Pero con una capa-

cidad de violencia, jerarquía

y manipulación social que,

sinceramente, da para pensar.

En cierto modo, los delfines son

como nosotros: capaces de for-

mar alianzas, tener culturas, y

también de excluir, dominar, abusar

y hacer daño sin necesidad. Nos

gusta pensar que los animales

“inocentes” no hacen esas cosas…

pero cuanto más cerca están de

nosotros en inteligencia, más com-

plejas (y oscuras) son sus acciones.

Así que la próxima vez que

veas a un delfín saltar entre

las olas, sonriendo con esa

cara perfecta… recordá que

debajo hay algo más. Una

criatura brillante, sí. Pero

también oportunista, violenta,

tribal. En resumen:

𝒑𝒆𝒍𝒊𝒈𝒓𝒐𝒔𝒂𝒎𝒆𝒏𝒕𝒆 𝒑𝒂𝒓𝒆𝒄𝒊𝒅𝒂 𝒂 𝒏𝒐𝒔𝒐𝒕𝒓𝒐𝒔.

Estética y Portada realizada por 𓆝