18 || One Shot [• Joe Jonas •]

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[Hace diez años]

El ojimiel sujetaba la mochila de la ojiazul, mientras esta le contaba su día, era una tarde algo fría, con cierta tendencia a que quería llover, pero eso nunca arruinaba los días de ambos jóvenes.

— Bueno, Andrew me unió a su grupo, supongo que lo hizo por pena... Porque no quieren hacer grupo con "la rarita"— habló, e hizo un ligero puchero.

— Tus compañeros son unos idiotas, — rodó los ojos — debería ir a golpearlos, pero según tú no debería... ¿porqué eres tan bueno?

— Joe, la violencia no resuelve nada — sentó en un columnio como era costumbre, luego de clases.. Iban al parque, era algo que siempre hacían.— aparte, no quiero más problemas y menos que tú te metas en ellos.

— Debería ir a golpearlos — comentó necio, y se dirigió a empujar ligeramente a la ojiazul — Cristina, este... Es tu último año, antes de... Ir a estudiar a la universidad — comentó — ¿ya decidiste a cuál irás?

— Ya lo sé desde hace dos años — comentó, elevando sus piernas — iré a la tuya.

— Debes de pensar en la carrera que elegirás, y en cómo te ayudará su reputación — aclaró, claro que ir a la universidad con la ojiazul era un sueño, pero.. No quería que luego se arrepienta de ello.

— Lo sé, tú universidad tiene buena reputación con la psicología y yo quiero estudiar eso. — sonrió mostrando sus hoyuelos— sabes que me gustaría dar charlas a las personas que se sienten mal,podría ayudarlos .

— Oh, jodido dios, ¿cómo eres tan dulce? ¿es legal? — bromeó y la pelinegra rió escandalosamente — Cris, no dejaré que nadie se te acerque, encerio eres tan tierna y dulce que debe ser ilegal que un simple mortal te vea.

— ¿y tú?

— Yo no soy un mortal — habló — he pasado tanto tiempo contigo, que me has hecho tú guardián — el ojimiel hablaba bromeante, pero en cierta forma las cosas que decía las sentía encerio y la ojiazul... No tenía muy en claro ello.

[Cuatro años después]

El ojimiel estaba algo desanimado, había peleado con la pelinegra por una bobería y el hecho de no haberla dejado en la puerta de su aula, lo desanimaba al máximo.

— ¿Qué te ocurre, Joe? — preguntó el ojiverde, en murmuro — has estado distraído en clases.. Más de la costumbre.

— No tengo animos y ya. — hizo una mueca

— ¿peleaste con Cristina? — preguntó.

— James, no sé que me pasa... La celo demasiado, y nisiquiera somos novios... — bufo — si sigo así, ella se va a cansar de mí — se recostó en su escritorio.

— Lo dudo, — mencionó su amigo y rodó los ojos , el ojimiel volteó ligeramente la cabeza, aún acostado en su escritorio.

—¿porqué lo dices?

— No se ha cansado de ti estos ¿diez años? De amistad que tienen, — mencionó — y yo ya lo he desde el mes que te conocí en la universidad, encerio.. No lo hará.

— Pero todos tiene un límite — atacó.

— Cuando hay sentimientos no — mencionó.

—¿sentimientos?

— Joven Jonas, Joven Maslow, ¿quisieran decirle al aula todo lo que han hablado? — cuestionó el anciano de unos setenta años.

— Lo siento profesor, me sentía algo mal.. Y le pregunté a Jonas si tenía unas pastillas para el dolor de cabeza — comentó astuto, el ojimiel elevó una ceja.

— Vaya a la enfermería, en ese caso. El joven Jonas no es un botiquín — demandó. Su amigo asistió, salió caminando y sonriente.

El pelinegro se quedó pensando, ¿sentimientos? ¿de Cristina hacia él? ¿o de él hacia Cristina?, posiblemente él le tenía un gran cariño a la ojiazul, pero sólo porque lo conocía desde los quince años, pero era eso.. Un cariño enorme, ¿verdad?

[Tres años después ]

— Te he dicho mil veces que deberías de hablarle de tus sentimientos, Joe — habló su amigo — hemos acabado nuestra carrera, y técnicamente vives con Cristina¿y no puedes decirle que te gusta?

— No es fácil, James — comentó pasando sus manos por su cabello — ¿y si lo arruino todo? No puedo, no quiero... Hacerlo.

— Si no lo haces lo perderás, asi como cuando salió con Connor y yo en lo personal veía que iban en serio — comentó.

— ¿acaso crees que es fácil? — preguntó impotente — ¡No puedo, soy un maldito cobarde!

— Joe, — suspiró — si no te corresponde, es una chica torpe por no fijarse la gran persona que eres, el chico rudo pero que tiene un gran corazón dentro... Joe, si Cristina no se fija en tí y no te corresponde... Podrás saber que tienes que seguir con alguien más, y no con ella.

— James...

— Tienes veinticinco años, aún tienes vida, aún... Puedes enamorarte de alguien más — lo abrazó.

[ACTUALIDAD]

El día estaba nublado, la lluvia lo hacia aún peor, el hecho de estar vestido de negro era... Una maldición para él, el ojimiel estaba frente aquel cajón, un cajón que contenía el cuerpo de la ojiazul.

No podía creer que esté viviendo aquel momento, era una jodida pesadilla para él claramente, nunca se hubiera imaginado ni en sus peores pesadillas estar viviendo esto.

Los familiares de la chica estaban ahí, él estaba ahí, su madre estaba ahí para apoyarlo y él... Se sentía vacío, se sentía sólo era como si sólo estuviese él y el cajón, es como si estuviese él... Y el frio cuerpo de la menor.

Pasó al frente, diría unas palabras de despedida, él había sido escojido por la madre de la ojiazul, era el mejor amigo de su hija... Era el alma gemela de su hija, pero un accidente tuvo que separarlos.

El pelinegro no tenía fuerzas para articular una palabra, el nudo que sentía en la garganta, él sentía que le quemaba... Sentía que apenas abriera la boca iba a dejar brotar las lágrimas, sabía que iba a ser difícil... Pero ahora creía que sería imposible.

— Yo... No tengo palabras para expresar lo que siento en este momento, de hecho.. Nisiquiera sé que decir desde que me enteré de aquel accidente — mencionó con lágrimas — la vi crecer, la vi convertirse en una gran chica... Recuerdo... — sonrió ligeramente con lágrimas — recuerdo cuando ella me decía que siempre debía tener una sonrisa... Aunque mi día haya sido una mierda, recuerdo... Que ella venía y me iluminaba mis días.. — sollozó — yo sólo, quería verlo todos los días, ver esas inocente mirada otra vez, oir su voz... — rió bajo recordando momentos bellos — como un canto, en las mañanas y que.. A veces se burlaba de mi voz por ser algo ronca — limpió sus lágrimas — ella me enseñó a ser una mejor persona, me enseñó a no dejarme caer... A no dejarme afectar por las personas... Aún cuando ella sabía que ella la pasaba peor... — sollozó — hemos pasado tantos momentos juntos que sólo... Podría decir que lo mejor de mi vida lo he pasado a su lado, puedo decir que ella es la mejor persona que he conocido lo juro... Nunca encontraré a nadie como ella.

Cada palabra era una tortura, cada palabra que decía le quemaba y sus lágrimas sólo salían sin consentimiento, era una escena tan... Triste que ninguna película dramática se compararía a tal escena.

— Hay demasiadas cosas que no me arrepiento de haberlas hecho para y con ella, — sollozó — como cuando nos escapamos en el carro de la señora Anne— vió a la madre de la ojiazul, que sonreía levemente al recordar aquella escena — o cuando tomabamos el trabajo de su hermano y lo escondió para vengarse por no dejarla pintarse el cabello — vió a su hermano, quien estaba llorando recordando eso — pero... Me arrepiento de algo, — se acercó al cajón y lo tocó con la mano mientras levantaba la vista, cayéndole algunas gotas de la lluvia— de algo que me arrepiento es que no te dije que ... Te he amado desde que tenía 18,fué grandes momentos que hemos pasado... Lo siento, Cristina.... No pude decírtelo.... Te amo.