
El Dragón Durmiente
La lluvia caía en hilos finos sobre las aguas turbias del Tridente. El rugido de la batalla ya se había desvanecido, dejando sólo el gemido de los moribundos y el crepitar de las armaduras rotas. Entre el fango, Rhaegar Targaryen yacía inmóvil, su armadura negra y rubí hecha trizas, su...


