002—. Visitas de medianoche | Viñeta

㌍ 𓈒 ࣪ 𝐂ᦢֵffee ׄ ⏜ ✿ 08/05/21

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ꗃ 𓈈 ᘏ Bonjour, belle communauté ! ﹅

︶︶︶︶︶﹀ |. . 𖥻 Anti - romantic ❪ :new_moon: ❫

🌙ᥴˀ⸼᮫͓ͯ̽ ཻུ۪۪۪۫ |Me inspire un poco en el capítulo de

🌙ᥴˀ⸼᮫͓ͯ̽ ུ۪۪۪۫ |Sandboy, en donde ellos convivieran

🌙ᥴˀ⸼᮫͓ͯ̽ ཻུ۪۪۪۫ |de una forma un poco romántica pe-

🌙ᥴˀ⸼᮫͓ͯ̽ ུ۪۪۪۫ |ro no sé si lo logre. Sin otra cosa que

🌙ᥴˀ⸼᮫͓ͯ̽ ཻུ۪۪۪۫ |explicar, disfruten de la lectura.

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Desde que Tikki y Plagg descubrieron las identidades de sus portadores, el kwami de la mala suerte visita cada noche a su compañera, para hablar de diferentes temas o solo para pasar el rato.

Al principio ella no estaba de acuerdo con estas visitas, se había negado por temor a que alguien los mirara pero al parecer sus acciones demostraban lo contrario, pues ya llevaban más de un mes haciendo esto, incluso había empezado a traer consigo comida para acompañar la charla.

Como ahora:La pequeña criatura de celestes orbes esperaba a su gatuno amigo en el balcón de la habitación de su portadora, mirando el cielo nocturno, como si fuera lo más interesante del mundo.

Junto a ella, había dos platos diferentes de comida, uno con un gran pedazo de queso y el otro con un par de galletas con chispas de chocolate.

Pero conforme pasaba el tiempo, un sentimiento de preocupación nacía en ella, su amigo no se había presentado por dos noches y en el fondo temía que en esta fuera igual.

Sabía que se encontraba bien, hace unas horas hubo un ataque de akuma y Chat Noir estuvo ahí. Mas no podía no sentirse de esa forma, él nunca había faltado y su cabeza se empezaba a llenar de diferentes pensamientos, uno resaltando más que otros.

¿Ya no vendrá más? ¿Por fin la habrá escuchado en que podría ser peligroso?

Sabía que si eso pasaba entonces sería algo bueno y no debería sentirse de esa manera, pero ¿esto después de un mes?

Sus ideas no se hicieron realidad, pues pasados unos cuantos minutos, Plagg se apareció, no tardando en ir a devorar su preciado queso apestoso que tanto le encantaba.

—Buenas noches terroncito— dijo al ya encontrarse cerca de la contraria con una actitud despreocupada.

—Buenas noches, pensé que ya no vendrías— le respondió, intentando hacerse la molesta cuando tenía claramente una expresión de alivio, algo que fue notado por el de mirada esmeralda.

—Es por culpa de su padre, empieza a ser más irritante— contestó con enojo al referirse a la familia de su portador recibiendo una mirada de pena por parte de su compañera.

No queriendo poner el ambiente triste ni entrar en detalles, cambió rápidamente de tema.

—Tanto extrañaste pasar tiempo conmigo, que esta vez casi pones el queso completo, verdad?— le dio una mirada un tanto burlona acompañada de una sonrisa.

—Si claro, como si estar en tu presencia fuera algo por lo cual alegrarse— rodó los ojos, empezando a comer una de sus galletas.

—¡Pues claro que sí! Después de todo soy el mismísimo Dios de la destrucción— dijo, haciendo un gesto de superioridad. —Deberías estar agradecida porque paso tiempo contigo.

—Si ese fuera el caso, ¿Olvidas que yo fui la primera criatura en crearse junto al universo? Deberías de ser tú quien agradezca estos momentos— le siguió divertida el juego.

—No te imaginas lo mucho que disfruto pasar tiempo contigo; siento no haber podido venir las últimas dos noches, después de todo es la única parte del día en la que podemos vernos— contestó con una seriedad que ni él mismo se la creería, viéndola directamente a los ojos con un brillo peculiar.

—N-no importa— no pudo evitar ponerse nerviosa ante su mirada y por la sinceridad que había en aquellas palabras, giró rápidamente su cabeza a mirar nuevamente el cielo y tomó la última galleta que le quedaba, fallando ante su intento de ocultar su nerviosismo.

Plagg, a su lado, se le quedó mirando por unos segundos más, contemplando cómo se le escapaba una pequeña sonrisa al Kwami de la creación, quien trató de ocultarla dándole un mordisco a la comida en sus pequeñas manos.

Devolvió la vista al cielo estrellado con un gran suspiro.

Sus palabras lo pusieron a pensar.

De los más de cinco mil años de los que existían, apenas y podían pasar tiempo juntos, aun cuando por un momento fueron su única compañía en el mundo hasta que otros kwamis se crearan.

Los miraculous solo empeoraron las cosas, cuando se crearon, los separaban con portadores diferentes en donde no podían verse hasta que estos resolvieran los problemas por los cuales fueron convocados y después de eso otra vez al pequeño universo de la caja de los miraculous en donde no había tanta privacidad por parte de los demás kwamis que la habitaban.

Y cuando estaban juntos, no podía evitar tomarse las cosas en broma, era su naturaleza y no podía cambiarla, aunque ella sabía cuándo hablaba en serio y la única que a veces seguía su juego solo como a él le gustaba.

Era por eso y más que disfrutaba tanto pasar tiempo con su compañera, no hacía falta decir una palabra, lo único que necesitaba era verla para que pudiera estar feliz el resto del día.

No tenía idea de cuánto tiempo iba a pasar para que estén juntos de la manera en la que ellos se anhelaban en su interior, así que por ahora se conformaban con estas visitas de medianoche.

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