Chocolates en el Bosque

🧀Hola Quesitos!!!!🧀

Hoy el #TeamsWar2

Si no quieren pasar hambre, les recomendamos que vayan por un buen chocolate :chocolate_bar: o algo dulce :candy: por qué esa historia clásica viene acompañada de muchas golosinas...

:bread: :couple: :lollipop: ¿Adivinan cual es? :lollipop: :couple: :bread:

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:hourglass_flowing_sand: Les damos algo de tiempo :hourglass_flowing_sand:

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:couple: 5...

:chocolate_bar: 4...

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¡Tiempo Fuera!

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:leaves: Si pensaron en La Cenicienta :high_heel: , lamento decirles que se equivocaron :relieved:

:leaves: Pero si pensaron en Hansel y Gretel :couple: ...

:tada: Felicidades :tada:

:tada: Ganaron :tada:

:trophy: ¿Cuál es su premio? :trophy:

Un pase libre para leer...

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:chocolate_bar: ¿Chocolates en el bosque? :chocolate_bar:

Adaptación libre del cuento tradicional Alemán Hansel y Gretel

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A las afueras de un desolado pueblo vivía una pareja con dos hermosos hijos rubios. La madre de estos se encontraba muy enferma y el padre era el único sustento de la casa.

El pobre hombre se dedicaba a remendar prendas pero en un pueblo con tan poca gente, poco era su trabajo, apenas y ganaba lo suficientemente como para que una familia de cuatro viviese con lo justo.

Cuando la madre de los niños empeoró Gabriel se vio forzado a tomar la más dura de las decisiones, sus hijos o su amada. Si quería pagar las medicinas de la mujer que le da luz a su vida, no les alcanzaría para comer sin contar el hecho de que tendría que trabajar aún más y no tendría tiempo de cuidar a los mellizos pero por otro lado, eran sus hijos de quién estaba hablando.

- Adrien, Chloe -Entro desanimado al cuarto de los niños- ¿Ustedes quieren mucho a mamá? ¿Harían cualquier cosa por ella?

Con la inocencia propia de dos niños, no dudaron ni un segundo en asentir fervientemente. Su padre sintió un pesar en su corazón cuando los vio sonreír, eran la viva imagen de su querida Aurelia. Dudo. ¿Que haría si a pesar de todo su mujer no sobrevivía? Habría perdido a toda su familia.

- Pues entonces vamos a dar un paseo al bosque -Se forzó a decir con una sonrisa. La decisión ya estaba tomada, si flaqueaba podría significar un tarde actuar.

- Pero es de noche papi...-hablo Adrien tomando la mano de su hermana-... y a Chloe le da miedo la oscuridad.

- Iremos con una lámpara mi querida hija -Le sobo su cabeza- Iré a preparar todo.

Con eso Gabriel dejó solos a los niños en su cuarto para preparar una lámpara y darles las últimas dos hogazas de pan a sus hijos como último regalo.

Por su parte Chloe estaba impaciente. Tenía un mal presentimiento y no solo era por su miedo a la oscuridad del espeso bosque. Había algo más que a la pequeña rubia la dejaba intranquila pero no estaba segura de que era.

- ¿Y si nos perdemos?

- Vamos con papá, Chloe, él es inteligente y sabe el camino.

- ¿Seguro? -Su hermano asintió. Todo lo que él diga para Chloe era palabra santa pero está vez se permitió desconfiar un poco. - ¿Y si hacemos como hacía mamá? ¿Marcamos el camino?

- A papá nunca le gustó que haga eso -El niño trago recordando como se enoja su papá cuando desconfiaban de su sentido de la orientación.

- No tiene que enterarse -La pequeña le tomo las manos a su hermano- Por favor.

- Bien, solo por ti -Aferró el agarre y antes de que pudiese decir algo, su padre entro cortando su momento fraternal.

En cuanto se adentraron en el bosque, Chloe comenzó a dejar caer migajas de pan como rastro pero por ir concentrada en ese labor no vio una rama y se tropezó con ella haciendo que su pan ruede para perderse en el bosque.

- CH... Adrien- le susurró a su hermano que pronto volteó a mirarla.- Dame tu pan.

- ¿Mi pan? ¡Ya me lo comí!

- Pero si recién entramos al bosque...

- ¿Que tanto hablan niños? -Los escucho su padre.

- Nada papá- respondió Chloe haciendo más presión en la mano de su hermano.- Solo que Adrien me piso.

- Tengan más cuidado.

El tiempo pasaba y Chloe estaba cada vez más asustada mientras que Adrien, inocente del peligro, iba cantando alguna canción de esas que tanto le gustaban. Ya era bien cerrada la noche cuando los tres se detuvieron y Gabriel se arrodilló frente a sus hijos.

- Niños escuché un ruido raro- mintió- iré a investigar. Por nada del mundo se muevan de aquí ¿Si?

Adrien asintió pero Chloe solo se aferró al brazo de su padre.

- Te quiero Papi. No me dejes en la oscuridad.

Las palabras de la pequeña estrujaron el corazón del hombre quien abrazo con fuerza a los dos infantes. Un gesto de despedida, lleno de tristeza, pena y hasta de arrepentimiento pero ante los ojos del remendador era lo único que podía hacer. ¿Quien sabe y no los encuentra un leñador que les pueda dar una buena vida? Se había creado esa mentira para quitarse un poco de las culpas pero aún así no surgía efecto.

- Los amo niños -Se separo de ellos y con lámpara en mano comenzó a caminar- Lo lamento tanto.

Al verse envuelta en la oscuridad, Chloe busco el consuelo de su hermano que no pedía de vista la luz que se alejaba. Adrien confiaba en su padre, creía fervientemente de que él había escuchado un ruido e iría a revisar cual era el problema para manterlos a salvo. Para él su padre, aunque duro, era un héroe.

Ambos rubios se quedaron dormidos, ella entre llantos y él con la mirada perdida en lo termino siendo pura oscuridad.

- Papá no volvió- se lamentó Chloe al despertar

- Le debió haber pasado algo. Tenemos que ir a ayudarlo.- Chloe asintió puesto que nunca podía decirle que no a su amado hermano.

Pasaron el día en búsqueda de aquel hombre que, según ellos, había desaparecido en un afán de salvarlos. Pero todo fue inútil, no dieron con él y cuando quisieron volver al lugar de encuentro tampoco pudieron hacerlo. El hambre comenzó a azotar a los infantes y eso los hizo interrumpir búsqueda.

- No debimos movernos, deberíamos haber esperado a papá. Él seguro iba a volver.

- No te preocupes Chloe, encontraremos a papá. Él también debe estará buscándonos.

Unas pocas bayas que reconocieron les había mostrado su madre eran comestibles fueron su alimento del día pero al caer la noche no tuvieron la misma suerte.

Otra vez la oscuridad aterraba a la pequeña y está se envolvió en los brazos de su hermano para sentirse protegida. Adrien está vez ya no buscaba a su padre en el bosque, ni tarareaba sus alegres canciones. Su mente estaba perdida en su madre, por alguna razón le entraron unas fuertes ganas de verla otra vez, de probar su comida, de abrazarla y a su vez sentir el calor de sus brazos.

- mamá- susurro antes de volverse a dormir.

Un dulce aroma despertó a ambos la mañana siguiente. Guiados por la nariz de ambos y el gruñido de sus estómagos, hallaron un sendero decorado con mariposas de colores a sus costados.

- Son cristales dulces- exclamó Adrien quien se había visto tentado a lamer una de esas mariposas.

Ambos niños tomaron una figura en sus manos para comerla mientras avanzaban por el camino sintiendo ese cálido y dulce aroma cada vez más intenso.

Una casa extraña los recibió. Las puertas parecian de chocolate y las paredes de bizcocho, las aberturas eran de caramelo y las esquinas de la casa estaban revestidas en malvavisco. Desde abajo de podía ver como las tejas de la casa eran de ositos de goma y también se podía ver un pequeño jardín de flores con pétalos de chocolate blanco y de chocolate con leche.

- Hermana nunca creí que diría esto pero, me volveré vegetariano -Sin esperar un segundo dejó caer la mariposa de dulce y corrio a comer esa flores que hacían que de solo verlas te hacía agua a la boca.

Chloe por su parte, se acercó a la caseta del perro que parecía estar hecha de los mismos materiales que la casa más grande. Dentro se sorprendio de encontrar a un perro de chocolate similar a eso conejos huecos que veía comían otros niños en pascua.

- Me retracto- Una voz la sorprendió desde atrás- también seré carnívoro.

Chloe se sorprendió cuando su hermano no dudó en quitarle la cabeza al perro de chocolate, el cual descubrieron estaba lleno de confites.

Solo Dios sabe cuánto tiempo estuvieron comiendo esos dos niños pero nunca antes habían sentido esa sensación de haber comido hasta reventar, era nuevo para ellos dos.

Con el atardecer llegó una anciana a la casa y sorprendió a lo niños comiendo los últimos restos de la casa para el "perro".

- ¿Se han perdido niños?

- Lo sentimos señora, nosotros solo teníamos hambre y - La niña no pudo continuar por qué la anciana comenzó a reír.

- No se preocupen. ¿Por qué no pasan la noche en mi casa? Les vendría bien una noche junto a la luz del fuego y una buena comida

Con la sola palabra luz convenció a la niña, miéntras que la palabra comida, se encargó de atraer a Adrien.

Que linda noche pasaron. Un delicioso pie recién horneado y un cuento de la nana frente al fuego, común que se hayan quedado dormidos pronto. Pero el estómago de la pequeña había recibido más comida de la que solía ingerir por lo que se levantó en medio de la noche con molestias solo para descubrir que el fuego de la sala se había apagado. Con vehemencia y un terrible pánico busco a su hermano quién recordaba estuvo a su lado en todo momento.

- ¿Adrien? ¿Donde estás? -Comenzó a impancientarse al no encontrarlo.- No juegues Adrien, tengo miedo.

Al no tener respuesta busco su segundo abrigo, la luz. Una fina rendija iluminada se colaba por lo que parecía ser una puerta cerrada a la cual no dudo acercarse pero antes de abrirla una chillona y desafinada voz le hizo helar la sangre.

" Que bien, que bien, que ya voy a comer. Que bien, que bien, pescado está el pez. Hay que engordar el pavo, por qué flacucha está. Ese niñito rubio muy buen sabor tendrá."

Chloe sintió pánico otra vez pero su cuerpo no reaccionaba al correr, muy por el contrario, solo pudo dar un temeroso paso hacia atrás. Aunque se debe agregar, también muy descuidado puesto que tiro el perchero que estaba junto a la puerta.

El golpe de la caída no pasó desaparecibido para la que antes habían llamado nana. La mujer pronto abrió la puerta y cazo del brazo a la niña que intentó escapar en cuanto la vio parada frente a ella.

- Parece que la niña flacucha me escucho -Una escalofriante risa retumbó en la casa- Agradece que no me gusta la dura carne de las niñas.

Chloe gritaba por ayuda. Llamaba a su hermano incansablemente, hasta había pedido por su padre pero nadie vino en su rescate. Ella fue arrastrada hasta un cuarto donde la señora la encareno desde el cuello. Pareciera que ese cuarto era uno de los pocos lugares de la casa que no estaba hecho de dulce por lo que no tenía una salida fácil Chloe y aunque hubiese podido hacerlo,ella no se iría sin su hermano, lo necesitaba.

- Escúchame bien niñita, si quieres ver a tu hermano de vuelta tendrás que hacer lo que yo diga cuándo diga.

Sin dejarla responder, cerro la puerta con fuerza dejando a la rubia a oscuras otra vez.

En la soledad del inmenso negro que la rodeaba, Chloe comenzó a llorar. Lloraba por miedo, lloraba por su hermano, lloraba por sus padres, lloraba por todo por lo que alguna vez lloro. Lloro por qué no sabía si volvería a reír, lloro por qué no podría darle el ramo de flores que siempre le daba a su madre en su cumpleaños. Lloro por todo lo que no podría hacer. Lloro hasta quedarse dormida.

Con las luces del alba llegó el primer día de su martirio. Con la promesa de ver a su hermano, Chloe se encargó de cada tarea que la mujer le encargaba. Cocinaba, fregaba, cocinaba,lavaba, cocinaba, cocía y volvía a cocinar.

La mujer que el día anterior se había presentado con un dulce aspecto combinable con el de la casa, se había vuelto más rosca, de grandes orejas y nariz deforme. Su espalda estaba encorvada y Chloe podia jurar que vio como todos sus dientes estaban afilados cual colmillos listos para desgarrar la carne inocente de su hermano.

- ¿Cuándo podré ver a mi hermano?- pregunto Chloe al cabo del tercer día.

- Mañana mi niña. Es el día del gran banquete y ambos estarán presentes. Al amanecer quiero que prepares el horno.

Otra vez sin esperar respuesta dejo sola a la niña. La oscuridad de esa habitación se había vuelto su amiga comparado a sus días con la vieja bruja como ella la llamaba. En soledad podía pensar, podía recordar, podía descansar y si para tener soledad debía aliarse con ese negro cuarto, aceptaba las condiciones.

- ¿Un banquete? ¿Desde cuándo esa mujer me da otra cosa que no sea pan duro?

Fue entonces que entendió, ella vería a su hermano si pero no sentado junto a ella en la mesa. Él estaría en el plato y ella sería testigo del canibalismo de quién los mantenía encerrados.

- Adrien -Se asustó ente el pensar una vida sin su mellizo- debo hacer algo.

Con el sol en el horizonte la puerta de Chloe se abrió. Debía comenzar con sus deberes y aún no tenía claro como salvar a su hermano.

Primero prendió el horno, la vieja bruja le había dicho que debía estar a una temperatura tal que de solo acercar la mano tendrías una quemadura de primer grado pero para llegar a ese punto debía arder bastante el foso.

El horno que utilizaría sería un horno de barro gigante, este tiene un gran foso de tres niveles unidos por dentro por unas pequeñas escaleras. El día de hoy tocaba encender las tres hogeras.

Una idea cruzó por la mente de Chloe cuando cerro la puerta que comunicaba a la parte inferior. Volvió a abrirla y le quito la perilla interior de modo que no pudiese abrirse desde el interior.

Corrio hacia arriba para seguir con sus quehaceres y esperar a la hora del almuerzo. Intentaba hacer las cosas emocionada para que la bruja pensará que se había tragado la historia de que tendría un banquete y con su hermano para colmo.

- ¿Ya está el horno niña?

- Lo prepare pero puede verificar la temperatura, es que me da miedo -Recibió un golpe en la mejilla por ello. Cada vez que estaba asustada lo recibía, era una manera de castigar su cobardía.

- Solo por qué la comida de hoy es especial. No entiendo cómo pudiste meter la mano en aceite hirviendo pero te aterra un horno -A Chloe le ardió la mano ante el recuerdo de aquello que le había ordenado hacer en su primer día, aún tenía el dedo al rojo vivo por aquello.

El corazón de Chloe comenzó a palpitar con fuerza cuando llegó el momento de actuar. Sí su plan salía mal y la puerta cedía, la vieja bruja no dudaría en convertirla en aderezo para el plato principal que seria su hermano. En cuanto la bruja abrió el horno, Chloe tomo carrera y la embistió para que ella cayera por el foso. La niña rubia la había golpeado con tanta fuerza que ella misma quedó colgando y estuvo al borde de caer a una muerte segura. Ella comenzó a patalear como si de esa forma se volviese hacia atrás mientras que intentaba que la bruja no le atrapase sus manos. En un movimiento Chloe sintió el piso en sus pies y gracias a ello pudo escapar de esa suerte de infierno.

Una vez estuvo a salvo, Chloe comenzó a buscar por toda la casa a su hermano. Confiaba en que se haya desecho de la vieja pero todavía se escuchan los gritos por lo que aún sabía estaba viva. Para la sorpresa de la rubia encontró una habitación llena hasta el techo de todo tipo de riquezas que deslumbraron los ojos de la niña rubia.

- ¡ADRIEN! -Comenzo a gritar una vez se percató que no se escuchaban los gemidos de su enemiga.- ¡ADRIEN!

- ¿CHLOE? -Escucho a lo lejos- ¡Chloe!

Siguiendo la voz que tanto extrañaba, Chloe corrio por toda la casa hasta un ático donde hallo a su hermano metido en una jaula.

- ¿Cómo me sacarás de aquí?

- Adrien es una jaula de zanahoria.

- Lo se, es imposible salir sin la llave -Chloe rodó los ojos y pronto mordió los barrotes dándole a su estómago eso que tanto esperaba, comida.

Ambos hermanos estaban a punto de salir cuando la puerta de abrio de golpe y los niños brincaron de alegría. El hombre que había aparecido ante ellos era nada más y nada menos que su padre.

- Sabía que no nos abandonarias papá- grito un Adrien gordo.

- Lo lamento hijos, lo lamento mucho. No sé cómo haremos pero saldremos adelante, los cuatro juntos.

- Papá- Recordó algo Chloe- creo que se que puedo ayudar.

Chloe corrio siendo seguida por los dos hombres hasta ese cuarto repleto de tesoros. Los tres cargaron todo lo que pudieron en sus bolsillos con la promesa de volver al lugar por más y más.

Cuando están saliendo Chloe se volteo para ver una vez más esa casa que parece de ensueño pero se había vuelto su pesadilla. Pudo ver como una columna negra salía por la chimenea. Un escalofrío recorrió la espalda de la niña al darse cuenta que el cuerpo chamuzcado de la bruja era la que le daba esa tonalidad oscura.

Al fin y al cabo la bruja había servido para algo, había sido el faro que le indico a Gabriel dónde buscar a sus hijos y sus tesoros acumulados fue lo que los alimentos desde ese momento y para siempre.

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:cherry_blossom: Despedida :cherry_blossom:

Esperemos que hayan disfrutado (y que no les haya dado hambre).

Agradecemos su apoyo y nos gustaría saber qué les pareció esta pequeña historia, déjenos sus comentarios para poder seguir creciendo y trayendo mejor contenido cada vez

🧀Un gran saludo Quesitos 🧀

:hibiscus: Creditos :hibiscus:

:dizzy: Redacción: Trilumi

:dizzy: Corrección: Hannia

:dizzy: Fondo: Trilumi

:dizzy: TPL: Angie