Hola nekos! Hoy les traigo un fanfic escrito por mí, que cuenta la historia de cómo se conocieron Gabriel Agreste y la Sra. Agreste (a la que llamé Aurore Doyle Cinnet, ya que su verdadero nombre no se conoce). Es como la historia de Adrien y Marinette, pero con los padres de Adrien cuando tenían 15 años, y también fueron superhéroes.
Espero que les guste, y si éste capítulo tiene éxito, dentro de poco voy a escribir el 2°. Dejen en los comentarios si les gustó y lo que quieren para el capítulo 2.
Disfrútenlo!
• El hilo rojo del destino •
Aurore Doyle Cinnet, era una chica de 15 años, como cualquier otra, aunque única. De cabellos rubios y brillantes ojos verdes almendrados, era bondadosa tanto por dentro como por fuera. Amable, dulce, alegre, elegante y educada... aunque como toda chica de su edad, tenía momentos de locura y torpeza. Su mejor amiga era Kathie, una prima lejana aunque muy parecida a ella, excepto por sus ojos que eran de un azul pálido y grisáceo. Kathie la apoyaba en todo, la alentaba a seguir sus sueños, y a no rendirse.
Éste año escolar (5° de secundaria), se propuso hacer nuevos amigos, ya que el año anterior, su amiga Lucy, la dejó por una "mejor amiga" que tenía más cosas en común (y supuestamente la entendía mejor, o en otras palabras se dejaba pisar la cabeza por ella) y tenía el mismo nivel económico, ya que ambas venían de una familia rica.
—Papá, ¿no crees que es hora de cambiar de colegio? —Reclamaba Aurore mientras desayunaba con su padre.
—Llevas muchos años en el que estás, además, tiene el título que quieres se comoguir, ¿verdad? —Le respondió el hombre, que siempre se preocupaba por el futuro laboral de su hija. Aunque no pareció notar que lo único que resaltó Aurore, fue "Llevas muchos años en la que estás".
—¡Exacto! Llevo muchos años en la misma escuela, ¡es lo mismo cada año!
—Tal vez no te haya comentado, pero la semana anterior mi primo Louis dijo que Kathie asistirá al Françoise Dupont. Olvidé dicirtelo.
—¿¡Enserio papá!? ¿Cómo lo pudiste olvidar? ¡Es la mejor noticia que recibí en mi vida! ¡por fin! —Se alegró la rubia.
—Al parecer éste año Kathie te hizo caso.
—¡Hoy no quiero llegar tarde por nada! —Exclamó conmiendo los cereales del desayuno más aceleradamente. —Ok, faltan 20 minutos. ¡Adiós papá!
—Hasta luego. Estudia y presta atención en clase. ¡Diviértete!
Al llegar al colegio, las dos amigas se encontraron de nuevo, frente a la inmensa puerta del colegio, Françoise Dupont.
—¡Amiga! —Dijo Kathie luego de un extenso abrazo. —¡Hace tanto tiempo que no nos vemos!...
—¡Me alegra que hallas venido! —Respondió Aurore.
—Finalmente seguí tu consejo...
—¡Sí...! Ah, y gracias.
*Rrrrrrrringgg* —Sonó la campana para que los alumnos se acomoden en silencio, mientras la directora, una mujer alta, morena y de carácter severo, anunciara los salones de clase de cada grupo de alumnos
—Alumnos de 5°, pueden pasar al salón B4. —Ordenó la voz de timbre agudo, aunque de volumen alto.
—¿Has visto Kathie? Tenemos algunos compañeros nuevos. —Comentó Aurore a su prima.
—Si dijera que si mentiría, no conozco a tus compañeros.
—Oh, claro. Pero, ¿vez a esa chica pelirroja? Ella es Lucy, recuerdas ¿no? Te hable de ella.
—Por supuesto, sé lo que te hizo el año pasado. ¿La chica que está a su lado es su nueva mejor amiga?
—Si, ella es Zoe.
—¿Y quienes son los nuevos?
—No sé los nombres, pero son el chico de bolso azul oscuro, las dos chicas que se sientan frente nuestro, y el chico rubio que se sienta solo, ese es Gabriel, era un compañero de cuando yo tomaba clases particulares de Chino. Pero nunca le hablé mucho.
—Ahh. ¿Y ya conocías a los demás?
—Sí, a los demás si.
—¡Hola alumnos! Yo soy su profesora de Literatura, mi nombre es Esther Croft. —Interrumpió la docente, comenzando la clase con la presentación. —Lo que voy a necesitar, será que formen grupos de cuatro integrantes. Les dejaré un tiempo para que debatan con quién los armarán.
—¿Con quiénes podemos ir, Aurore?
—No sé, la mayoría ya armó un grupo.
—¡Hola Aurore!, ¿me recuerdas? Soy Gabriel Agreste. —Dijo el chico nuevo dirigiéndose a Aurore y Kathie.
—¡Sí!, De Chino.
—¿Podría estar en su grupo y preguntarle al chico que está solo si puede venir?
—¡Claro! —Respondió Aurore con los ojos más brillantes.
—¡Gracias! —Exclamó Gabriel yendo a integrar al otro chico nuevo.
—Él es cool...—Suspiró Aurore.
—¿Lo es? —Sonrió Kathie.
—No me mires así. —Resongó (nuevamente Aurore).
—Él se llama André. —Dijo Gabriel mientras llegaba acompañado de un chico de cabello castaño y ojos azules.
—¡Hola! —Saludó siendo correspondido por el resto del grupo.
—Bueno, sólo iba a avisar. ¡Adiós chicas! Hablamos luego.
—¡Adiós! —Correspondió Aurore. Y luego de que el joven volviera a su asiento, siguió comentando con Kathie. —¡OMG! ¡Es el destino!
—¿Oíste sobre la leyenda del hilo rojo del destino? Cuenta la leyenda japonesa, que las personas destinadas a conocerse llevan un hilo rojo infinito e indestructible, atado al dedo meñique, el cual las une. El hilo es capaz de estirarse y enredarse, pero jamás de cortarse.
Mientras pasaba todo esto, Lucy, que observaba todo, le hablaba a Zoe de su plan.
—De algún modo vamos a acercarnos al nuevo amigo de Aurore...
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