Año 3000. La tercera guerra mundial está en pleno apogeo gracias a la industria petrolera y la minería. Todo se reduce a economía y política, ya nada más importa, no hay religión, no hay drogas, la delincuencia ha disminuido pero la guerra sigue.
Desde las épocas antiguas que se utilizan máquinas para mejorar los cuerpos imperfectos y débiles de las personas, una ayuda necesaria para muchos, un lujo para otros, pero ahora ya no es así, ahora todos pueden modificarse lo que quieran, es la moda, lo más popular, pura cultura social.
Yo soy diferente, yo no quiero nada de eso, así estoy bien, así como nací.
La experimentación con la genética ya no es un tabú y nadie se lo cuestiona o es retrograda, las modificaciones al ADN se vienen haciendo desde hace siglos y nadie se queja, yo lo estudié, todo comenzó como la eliminación de síndromes y terminó con la estética.
El gobierno está implementando nuevos tratamientos gratuitos para los que se enlistan en la guerra contra Inglaterra. Yo nunca lo voy a entender pero me veo obligado a participar de alguna forma y otra, yo elegí la otra.
Soy periodista y llevo años investigando diferentes sucesos, estoy obligada a hacer publicidad bélica.
Una de las armas más mortales es la heredera del título de Ladybug. La mariquita Parisina, alguna vez fue 100% humana pero con el pasar de los años sus secretos fueron guardados exclusivamente para la chica modificada.
Ladybug era una niña humana que fue modificada para ser un arma defensiva, pero la alteraron tanto que ahora puede atacar ofensivamente también.
Éste es mi trabajo, entrevistar a la que alguna vez fue humana y que hoy ya no lo parece.
Abrí la puerta y le hice señales al camarógrafo para que encendiera los aparatos y comenzará a grabar. Entramos al edificio en donde trabaja Ladybug con quien teníamos una cita agendada desde hace meses.
Entramos a su oficina con la ayuda de los guardias de seguridad del edificio y nos encontramos con ella.
Una mujer alta, más del promedio, color blanquecino, con ambos brazos y piernas azuladas, hechas específicamente para ella, con sus células y a su medida. Pero cubierta con una capa metálica propia de las armas de guerra. Sus rodillas eran completamente metálicas, sus manos tenían esas marcas que dejan los chips incrustados en ella y se podía ver que eran muchos. Su cabello era natural y estaba recogido con dos coletas para recordar a la Ladybug más prominente de la historia Parisina. Tenía dos antenas en la cabeza para utilizar sus capacidades de comunicación con otros y su abdomen y pecho estaban recubiertos con una prenda que se podía sacar, ella parecía un rompecabezas.
Y para que hablar de su cabeza, su cuello tenía una gruesa bufanda que siempre usaba, parecía ser especial. Sus ojos siempre estaban cansados, su expresión era nula, daba miedo, pero los demás no veían eso de ella, inexpresiva y con una voz curiosa, no podías adivinar nada de ella.
Cuando entramos a la oficina nos estaba esperando en la puerta con una sonrisa, quien sabe cuánto tiempo llevaba ahí parada.
Tenía una sonrisa algo exagerada para ser normal, pero en realidad ya no sabía lo que era ser normal, pues era yo la extraña con pensamientos a la antigua.
Algo en esa mujer causaba dudas y un poco de miedo.
- Buenos días señorita Ladybug - Dije al verla de pie esperándonos.
- Buenos días, los estaba esperando, por favor pasen, tomen asiento, estoy muy emocionada por la entrevista - Respondió ella, pero cómo iba a saberlo, todo lo decía con el mismo tono y su voz modificada alteraba la comunicación.
- Supongo que ya sabe cómo van estas cosas, debe estar acostumbrada a las entrevistas de todas partes - Seguía hablando mientras intentaba cerrar los ojos para no incomodar me, había un ambiente raro en el lugar, creo que era yo.
- Si, por mis capacidades puedo responder preguntas en muchos idiomas y espero poder aprender más - Su voz robótica resonaba en mi cabeza - Actualmente hablo 25 idiomas, dos los aprendí de niña, dos más de mayor y los otros los agregué a mi sistema de forma automática, es fantástico estar actualizada.
- Bueno, ya es hora de que comencemos con las preguntas del día de hoy! - Dije tratando de evitar que se halagara a si misma.
- Qué es lo que más le gusta de la vida? - Preguntó la reportera con audacia, esperando a escuchar a Ladybug.
- Poder ayudar a otros es lo que más me gusta, además estoy feliz de no ser la única con este rol, por suerte tengo un compañero que me ayuda, ver como las personas te consideran útil me alegra - Respondió con poca expresividad la heroína.
- Cuál es la diferencia entre las Ladybugs del pasado y tú? Principalmente la Ladybug Parisina - Dijo la reportera esperando causar una reacción importante.
- Creo que la principal diferencia es que gracias a la audacia de la primera Ladybug Parisina el mal se acabó y ya no era necesaria una Ladybug heroína pero si una Ladybug ayudante para hacer todas las cosas que un héroe debe hacer, excepto enfrentar al mal, en cambio yo estoy aquí para aportar un poco más en lo que el país quiere y... Que hayan menos bajas en cierta forma - Está vez si hubo una expresión en la chica, tristeza, pero seguía encerrada en su opinión.
- No crees que matar es malo? - Dijo un poco molesta la reportera que llevaba una opinión previa de Ladybug y quería ser la voz de los retractores de la tecnología en masa para modificar el cuerpo humano.
- Siempre hay que pensar en el por qué, el objetivo es lo principal, si ese objetivo es suficiente entonces matar se vuelve algo necesario - Ladybug si se sintió incómoda con esa pregunta y respondió lo que siempre escuchaba de los otros pero no sabía realmente que pensaba, después de todo ella era humana.
- No tengo más preguntas, gracias por su paciencia, eso es todo - La reportera tenía toda la información que necesitaba.
Los camarógrafos dejaron de grabar y todos salieron de la oficina de Ladybug, algo había en los ojos de la reportera, tenía emoción, estaba contenta, pero era un sentimiento destructor.
Cuándo dejamos de ser humanos? Cuándo son demasiadas modificaciones? Qué sucede en la mente del individuo modificado? Por qué tratamos como un arma u objeto a un héroe?
Todas estas eran las preguntas que ella quería plantear en el público, pero para probar su punto debió inmiscuirse en los vagos pensamientos de otra persona, rompiendo su confianza y haciéndola cuestionarse sus órdenes.
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Comments (2)
Está historia este Muy interesante. Me hubiera gustado ver a Chat como ladybug para ver si el también es menos humano.
Me encanto tu historia
Pues si, ambos están mutados pero no se sabe si cambió su personalidad :eyes: quizás escriba de ello ;)