Magia negra | Capítulo 6 + 7 | Fanfic

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Marinette vió a lo lejos cómo al otro lado del jardín aparecía Ladybug y cómo Félix se le acercaba. Hablaban, seriamente... No escuchaba nada.

—Toma, Marinette —La diosa estaba detrás de ella de repente, nunca vio cuando esta desapareció del extremo del jardín, Félix tampoco estaba ya. La chica dio la vuelta y vio en las manos de Ladybug el anillo plateado. Sin darle tiempo a aceptarlo, esta ya estaba tomando su mano derecha y colocando el anillo en su dedo anular— Controlarás este jardín, los Agreste, la oscuridad, la maldad, la mala suerte y lo negativo. Eres Dame Sombre.

Dama Oscura.

Marinette se transformó en una especie de diosa, un poco menor en poder que Ladybug, pero de todas formas con grandes capacidades.

Su apariencia se transformó a un vestido negro con varios volantes blancos y adornos pequeños de plata. Mangas y guantes grises, con detalles blancos y negros. Botas del mismo color con mallones largos ajustados plateados y decoraciones negras. Su cabello se hizo largo, se acomodó en una dona que de todas formas le sobraba cabello hasta la media espalda, sus mechones se achinaron hasta la altura de la barbilla. Ahora también tenía maquillaje negro: El delineador y sus labios se hicieron negros, la sombra de sus ojos plateada, su piel más pálida y un pequeño rombo negro debajo de su ojo derecho.

Se dirigió al trono sin al menos agradecer por habérsele sido otorgado el anillo, y se sentó muy diva, pero muy feliz y con la sensación de finalmente liberarse de su única preocupación: El fin de la buena suerte, ya no ocurriría, según ella, que alguna vez tuvo este temor de repente. Raro, por alguna razón lo tuvo.

Los cuatro hermanos sólo se enteraron de su nueva ama, aunque no acudieron a saludarle, pero a ella no le importaba, solo relajarse y ya.

A ninguno, menos Adrien. Estaba temeroso de si ir a saludarle o no. Era su nueva diosa, posee el anillo. Lo había matado una vez, y había sido revivido por Ladybug. Aunque no debía matarlo, ya que si no pierde su poder, pero si puede lastimarlo, sobre todo que ahora es una diosa oscura y su ama.

Más sin embargo, él sentía algo más...

La nueva diosa estaba disfrutando la vista de su nuevo bello jardín. Al ver algo, se levantó impactada. ¿Eso era...?

El Chat Noir menor y una chica.

Si esa chica hacía que él se fuera del área del aura del jardín, aproximadamente 600 metros alrededor lejos, perdería su poder. Le valía cualquier cosa menos su poder. Tan ambiciosa y egoísta era ella.

Definitivamente perfecta portadora de aquél anillo.

Pero si mataba a esa chica, que podía hacerlo con sólo tronar los dedos si quería, Chat Noir podía enojarse e irse sin más, aunque sea torturado por ella probablemente luego por desobediencia. ¿Porqué el enojarse? Porque se veía muy acaramelado con esa chica.

Ladybug se acercó a Dame, que aún observaba a los nuevos enamorados con la gota gorda.

—Si cualquiera de los Agreste se va, el anillo se destruye en cuatro, y en esos cuatro pedazos estará el poder de los cuatro hermanos, pero inutilizable para cualquiera excepto ellos —Le dijo en su oído— ¿Que harás con la pobre chica? La he visto muy desafortunada ¿Eres capaz de hacerle mal? Como diosa de la destrucción, tienes un mínimo derecho que nadie tiene ni llegaría a tener, pero seguiría siendo imperdonable.

Una lágrima descendió del ojo de la diosa oscura. Realmente, no quería hacerle nada malo a esa pobre pequeña, pero no quería perder su poder. No se podía hacer nada.

Ella comenzó a llenarse de miedo. Siguió observando a esa chica, llamada Bridgette, con un nuevo pequeño clavo en su corazón, que le molestaba para decirle que tenía esa nueva carga y preocupación.

Salió disparada al cielo para huir de ahí un momento y pensar en una solución...

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Aterrizó alejando cualquier cosa cercana a ella con una fuerte onda, las hojas y ramas secas se apartaron de ella y esa pequeña área quedó limpia.

Caminó un poco pensando en qué hacer... Todo se apartaba con cada pisada suya, y lo que no escapaba ella lo desintegraba por gusto.

No sabía las intenciones de Bridgette, de manera que no sabía si ella podría hacer que Chat Noir se vaya sabiendo que puede afectar su poder... Pero no solo se afecta a Marinette, puede afectar el aspecto de que la destrucción y negatividad al quedarse sin un dios, corre el riesgo de que se descontrolen en realidad. La cosa no era sólo la ambición y ego que tenía sobre su poder y que no le pase nada, ella no lo sabía pero si había riesgo en el mundo sobre eso.

Tenía mucho miedo, y la tristeza por si tenía que hacerle daño a la chica empezó a atacarla. Empezó a reflejarse eso en su cara.

—¿Estás bien? —Escuchó la voz de alguien. La diosa supo todo con sólo escucharle, sus intenciones y el resto. Un pelirrojo abrigado con un par de mochilas y facha de explorador, su nombre era Nathaniel— ¿No tienes frío con ese vestido? ¿Porqué estás aquí? Este bosque siempre me ha dado mala espina.

Ella se dió la vuelta lentamente. Cuando él le vió la cara parecía como si el mundo hubiera desaparecido y sólo quedaran ellos.

"No sabe nada" Pensó la diosa "No sabe ocultarse, no sabe quién soy, no sabe qué es este lugar en realidad"

—Por favor, cúbrete que hace bastante frío —Dijo mientras se acercaba con una saco.

Ella se alejó mirándole mal. Tocó el saco con el dedo e hizo que se hiciera polvos.

—Vete de este bosque y aléjate del jardín —Ordenó firme y mirándolo seria.

El joven se aterrorizó cuando vio los restos en el suelo.

—¿Quién eres tú? —Tartamudeó.

—Vete. Vuelve a casa. No sobrevivirás de esta si no te vas —Comenzaba a hartarse... Qué poca paciencia.

—¿Quién eres? —El pensaba sobre ella, qué carácter.

Adrien acababa de llegar y con un rifle de asalto ligero y cañón bastante recortado que asombrosamente apuntaba con una sola mano al joven.

El pelirrojo vio que era amenazado, sin volver a moverse quedó frente a la fría y ahora malvada mirada de la diosa, que sólo decía con sus ojos "Vete de este bosque, vuelve a casa".

El joven no perdió más tiempo y se fue corriendo alejándose de ellos. Miedo a que le mataran.

Se escuchó un disparo.

—No hay que matarlo. Deja que siga viviendo.

Ella había desviado aquella bala que Adrien había disparado por... Un pequeño enojo con ese pobre chico.

Adrien finalmente bajó el arma y quedó callado.

La diosa soltó una risa y lo llamó celoso.

"Maldita sea" Adrien pensó. Fue descubierto.

—Lo ito, si estaba celoso de que ese tipo te hablara.

—¿Y porqué? —Preguntó aún con risa— Puedes hablarme, puedes servirme. Eso es bastante inmaduro. Creí que eras más tímido y menos atrevido.

—Lo sé —Respondió. Cambió de tema— ¿Qué harás con Bridgette? Cada vez ella y Chat Noir se enamoran más. Ni el mayor soporta ver a la chica.

—El mayor es tan amargado. Me da gracia ese gato viejo —Rió, volvió a lo serio y se preocupó de nuevo— Ya pensaré en qué hacer con ella.

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