Magnetismo Parisino 8

Pero ¿Qué es esto, que hacemos aquí?. Cuestionaron ellas al unísono.

Aquí mis bellísimas princesas es donde nos quedaremos los próximos días. Dijo Nino muy entusiasmado.

¿Les gusta?. Cuestione ansioso.

Es bellísimo amor, pero no les parece que es demasiado. Dijo Marinette insegura.

Claro que no my lady si lo que te preocupa es que haya gastado demás, eso no pasó pues este lugar pertenece a la familia Agreste`s desde hace mucho y había que aprovecharlo...

mmm Digamos que nos ahorramos lo del hotel y lo mejor de todo es que aquí enmedio de la naturaleza estamos totalmente solos y podemos hacer muchas cosas. Susurraba en el oído de Marinette mientras la rodeaba con mis brazos y le provocaba escalofrío.

Bueno pues creo que tenemos mucho tiempo así que vamos a conocer la casa. Dijo Nino arruinando nuestro momento.

De inmediato entramos en la casa que a pesar de encontrarse en lo que parecía un perfecto Oasis, era hermosa e impecable con todas las comodidades posibles, espaciosa y ordenada con unos ventanales enormes que dejaban ver las estrellas y sentirte libre.

A pesar de que yo ya conocía el lugar me impresione igual que ellos ya que sólo había estado ahí dos veces. Tal parece que inmediatamente que cruzamos la puerta las chicas se olvidaron de sus preocupaciones, así que con con calma recorrimos la enorme casa hasta llegar a nuestras habitaciones.

Los cuartos estaban separados por un amplio pasillo y se encontraban de frente.

Inmediatamente entramos y dejamos el equipaje en el suelo.

Vaya hermano esto cada vez se pone mejor. Dijo Nino mirando toda la alcoba de reojo.

Lo sé hermano pero siento desilucionarte, pero su habitación es la de enfrente. Dije riendo y tocandole el hombro.

Bueno que esperamos echemos un vistazo. Respondió emocionado y tomó a Alya de la mano para que lo acompañará.

Jaja adiós, a y recuerden que en una hora salimos rumbo a la playa para cenar. Les recordé y cerré la puerta.

Al voltear Marinette estaba sentada en la cama con una cara de asombro total.

Que pasa princesa ¿Te comió la lengua el gato?. Dije acercándome a ella.

No amor es sólo que todo esto es hermoso y que a pesar del tiempo que llevamos casados creo que nunca había estado en un lugar así. Dijo convencida.

Sí es excelente y lo mejor es que en esta casa estaremos totalmente solos pues no hay nisiquiera gente se servicios así que somos libres para disfrutar de nuestra libertad. Afirme

Bueno pues ya disfrutaremos después porque por lo que oí hay que prepararnos para cenar ¿O no?.

Claro mi lady.

Entonces iré a ducharme rápido. Dijo y me pidió que le mostrará la ducha dónde entro minutos después.

Sé que acabamos de llegar y que aún tenemos dos días que aprovechar pero ya no puedo controlar más mis impulsos así que esta vez mi lady no se escapará de mis garras. Todo esto pasaba por mi cabeza al mismo tiempo que me desnudaba y entraba en la ducha de la manera más sigilosa posible.

Al sentir mi cuerpo pegado al suyo Marinette dió un salto y soltó un pequeño grito. ¿Qué haces aquí gato tonto?, recuerda que no tenemos tiempo para esto ya casi es hora de cenar. Exclamó un poco molesta.

¿Tiempo para qué Bogabuu? Yo sólo vine a ducharme. Dije rodeandola con mis brazos.

Que mala excusa sabes, pero te advierto Adrien Agreste que está vez no caeré en tu juego. Respondió firme.

¿A no?. Cuestione, en ese momento mis manos subieron hasta sus pechos y comenzaron con un masaje pero ella seguía inmóvil, así que empecé a morder su cuello hasta dejarlo marcado y aún no había respuesta entonces usé mi arma secreta. Sin detener ninguno de mis movimientos la acorrele contra la pared, usando mis pies separé sus piernas y me frote con todas mis fuerzas en su entrada.

Al fin puede escuchar pequeños suspiros y gemidos de placer que se le escapaban. Rindete ya caiste. Le susurre al oído y luego la giré hacía mi para besarla apasionadamente y levantarla con mis manos arriba de mi cintura, una vez ambos en posición inicié el o con una velocidad exagerada pues no podía contenerme más.

Inmediatamente Marinette se dejó llevar por el placer y comenzó a decir mi nombre. Adrien... Adrien... primero como un susurro y terminando con gritos.

Ambos bajamos la velocidad poco a poco mientras recuperabamos el alimento entre pequeños besos, despacio la puse en el suelo y ella salió de la ducha.

Te amo pero esto no se va a quedar así señor Agreste. Dijo mientras se enredaba en una toalla.