#MiZombieMLB || Fanart digital/tradicional + One Shot

Heeeeeeeeeeeeeeeeeeyyyyyyyyyyyyyy

Hellou gente!

Hoy vengo con un...

ⓞⓝⓔ彡ⓢⓗⓞⓣ

Inspirado en la película "Mi novio es un zombie" (Una besha película que jamo con todo mi kokoro -3-)

Igual participaré en el concurso #MiZombieMLB mostrado mi dibujo al final del ⓞⓝⓔ彡ⓢⓗⓞⓣ

\°^°/

Uy, cuanto tiempo sin participar en un concurso xdxd (por fin me acuerdo)

¿Listos para leer el One彡Shot?

Pues todavía no lo mostraré sin explicarles sobre la película que me inspiré (Mi novio es un zombie)

Mi novio es un zombie

Warm Bodies (Mi novio es un zombie en México, Memorias de un zombie adolescente en España) es una película estadounidense de romance zombi, basada en la popular novela del mismo nombre escrita por Isaac Marion.

Dirigida por Jonathan Levine, la película es protagonizada por Nicholas Hoult y Teresa Palmer.

Esta película se centra en el desarrollo de la relación entre Julie (una adolescente) y R (un zombi), y un romance que pone en marcha una secuencia de eventos que pueden transformar el mundo de los vivos como el de los zombis.

Fue estrenada el 1 de febrero de 2013.

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∽Wikipedia∽

Listo:)

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Estoy muerto.

lo sé

Pero no es tan malo.

He aprendido a vivir con ello. Disculpen que no pueda presentarme apropiadamente, pero ya no tengo un nombre. Casi ninguno de nosotros lo tiene. Los perdimos como las llaves del auto, los olvidamos como los aniversarios. El mío quizá empezaba con “A”, pero eso es todo lo que tengo ahora. Es gracioso porque, cuando estaba vivo, siempre olvidaba los nombres de las otras personas.

Mi amigo “N” dice que la ironía de ser zombi es que todo es gracioso, pero ya no puedes sonreír, porque tus labios se han podrido...

...

Antes de convertirme en zombi, supongo que debí ser el típico chico del bachillerato, porque llevo ropa de ese estilo. Jeans azules y una camisa negra, la cual ahora está algo agujereada y gastada, por el tiempo...

Todavía estoy en las etapas más tempranas de la descomposición. Sólo tengo la piel pálida, un olor desagradable, y círculos oscuros bajo mis ojos. Casi me podría hacer pasar por un hombre vivo que solo necesita vacaciones.

Nadie que yo conozca tiene algún recuerdo en específico. Sólo un conocimiento vago de un mundo ya hace tiempo perdido.

Vivimos en un aeropuerto abandonado, peferemos tener paredes y techos sobre nuestras cabezas. De otra manera, solo estaríamos vagando sin rumbo en algún campo abierto lleno de polvo por algún lado, y eso sería extrañamente horroroso. No tener nada a nuestro alrededor, nada que tocar o mirar, sin ningún límite de nada, y las enormes fauces del cielo. Me imagino que eso es lo que se siente cuando estás totalmente muerto....

Un vacío vasto y absoluto.

Creo que hemos estado aquí por mucho tiempo. Todavía tengo toda mi carne, pero hay mayores que son un poco más que esqueletos con trozos pegajosos de músculos, secos como cecina. De alguna manera, siguen contrayéndose y estirándose, y ellos siguen moviéndose.

★★★

Tengo hambre, me he reunido con “N” para buscar alimento. Debo itir que nunca me ha gustado lastimar a las personas vivas, pero ¿Qué puedo hacer?, la carne humana es el único alimento que satisface mi hambre.

Mientras "N" y yo caminábamos, poco a poco se nos unían unos cuantos zombis, algunos por hambre y otros por que no tienen nada interesante que hacer (como siempre).

Ahora, mi pequeño grupito y yo caminamos por las calles vacías de la ciudad, lento... Muy lento...

Hasta que...

Sentí su olor.

Ese olor a vida que viajaba por mi fosas nasales.

Al igual que yo, todos mis compañeros sentimos el olor dentro de un edificio abandonado. Nos dimos vuelta y comenzamos a seguirlo.

Poco a poco dicho olor se hacía más fuerte y algunas voces fluidas de vivos se escuchaban dentro de una habitación.

Empujé la puerta de dicha habitación y ahí estaban, eran como unas seis personas vivas. Cuando me adentré uno de ellos me golpeó en la cara con algo duro, tirándome al suelo. Mis compañeros comenzaron a atacarlos. Balazos y gruñidos se escuchaban. Me acomodé sentándome en el suelo y mientras observaba la batalla, pude ver a una linda chica de cabello azabache y bellos ojos azules disparando con su arma. Por primera vez había sentido algo dentro de mí.

Me puse de pie y me comenzé a caminar hacia ella, pero algo me detuvo... Un disparo, la bala me había dado en el pecho. Miré al responsable... Un niño ligeramente mayor con un cabello llamativo, que está de pie sobre un mostrador en medio de la habitación. Corro a través de la habitación y agarro las botas del chico. Tiro de sus pies y cae, golpeándose la cabeza en el borde del mostrador. Sin vacilación me abalanzo sobre él y muerdo su brazo, mirando el lindo reloj en su muñeca de un color dorado brillante. Un grito desgarrador salió por parte del chico. Suelto su brazo y comienzo a golpear su cabeza fuertemente contra el suelo, una y otra vez...

Realmente no me gusta estar narrando esto, como dije antes, no me gusta lastimar a las personas.

Lo siento.... Pero no puedo evitarlo, es la parte más deliciosa de todo.

Doy un mordisco al ...... del chico y mientras lo saboreo, puedo ver toda su vida, todos sus recuerdos; desde que era un niño hasta la actualidad. En sus memorias pude saber el nombre tanto de él, como el de la chica azabache de hace un momento...

—Mari... nette —Me susurro a mi mismo al abrir mis ojos, saliedo de los recuerdos del chico.

Me pongo de pie y miro alrededor, algo mareado y tambaleante. Nunca había tenido una visión tan profunda, como una vida entera apareciendo en mi cabeza.

Oigo un grito y me giro, era de ella... Comencé a acercarme lentamente, murmurando con dificultad su nombre, una y otra vez.

Ella arroja un cuchillo hacía mí y éste se introduce en el centro de mi pecho. Lo saco y lo dejo caer al suelo. Extiendo mis manos, haciendo suaves ruidos con mis labios, pero estoy impotente. ¿Cómo voy a parecer inofensivo cuando hay sangre deslizándose por mi mentón?

Estoy a solo unos pocos metros de distancia ahora y ella está buscando, con sus manos temblorosas, otra arma en sus pantalones.

Detrás de mí, los Muertos están terminando su carnicería. Pronto ella llamará su atención y la atacarán. Tomo un profundo respiro.

—Mari... nette... —Digo con algo de dificultad.

Ella se sorprende y se congela del miedo.

―Marinette ―digo de nuevo. Saco mis manos. Apunto a los zombis detrás de mí.

Ella se me queda viendo, sin dar señal de entender. Pero cuando me acerco para tocarla, no se mueve. Y no me apuñala. Estiro mi mano libre hacia la cabeza herida de un zombi caído y recojo un puñado de sangre negra y sin vida.

Lentamente, con suaves movimientos, la unto en la cara de ella, por su cuello y en su ropa.

Ella ni siquiera retrocede.

Probablemente está paralizada.

Tomo su mano y la pongo de pie. En ese momento N y los otros terminan de devorar sus presas, y se giran para inspeccionar la habitación. Sus ojos recaen en mí. Recaen en Marinette.

Camino hacia ellos, agarrando su mano, sin arrastrarla del todo. Se tambalea detrás de mí, mirando hacia el frente. N olfatea el aire con cautela. Pero sé que está oliendo exactamente lo que yo estoy oliendo: nada. Solo el negativo olor de la sangre de Muerto. Sin decir palabra alguna, abandonamos el edificio y nos dirigimos de vuelta al aeropuerto. Marinette se sostiene sin fuerzas de mi mano, mirando a un costado de mi rostro con los ojos muy abiertos y los labios temblorosos.

Mientras caminábamos, podía sentir las miradas con sospecha de los zombis hacia Marinette...

Agarro un poco mas fuerte su mano y la meto a prisas para sacarla de los ojos de los zombis. La conduzco a una puerta, bajando por el túnel de embarque y dentro de mi casa: un jet comercial. No es muy espacioso, el esquema del piso no es práctico, pero es el lugar más solitario del aeropuerto y disfruto la privacidad.

Marinette y yo nos paramos en el pasillo central, mirándonos el uno al otro.

Apunto hacia un asiento en la ventana y elevo mis cejas. Manteniendo sus ojos firmemente en mí, se apoya en la fila y se sienta. Sus manos agarran el apoyabrazos como si el avión estuviera dando una zambullida de muerte en llamas.

Me siento en el asiento del pasillo y libero un resuello involuntario, mirando al frente hacia mis montones de recuerdos. Cada vez que voy a la ciudad, traigo de vuelta alguna cosa que me llame la atención: un puzzle, flores, revistas, libros, etc. Los traigo aquí a mi hogar, los coloco alrededor de los asientos y pasillos, y me quedo mirándolos por horas. Las pilas alcanzan el techo ahora. N sigue preguntándome por qué hago esto. No tengo respuesta.

―No… comer ―le gruño a Marinette, mirándola a los ojos―. No… comeré.

Ella se me queda viendo. Sus labios están apretados y pálidos.

La señalo. Abro mi boca y apunto mis dientes torcidos y manchados de sangre. Sacudo mi cabeza.

Ella se presiona contra la ventana. Un gemido de miedo se levanta en su garganta. Esto no está funcionando.

―A salvo ―le digo, dejando escapar un suspiro―. Te mantengo… a salvo.

Me pongo de pie y voy hasta mi tocadiscos. Excavo entre mi colección de LP5 entre los compartimentos superiores y saco un álbum. Llevo los audífonos de vuelta a mi asiento y los pongo en las orejas de Marinette. Ella aún está congelada, con los ojos muy abiertos.

Reproduzco una canción y me vuelvo a sentar. Cierro mis ojos mientra escucho aquellas melodías de la canción.

―A salvo ―murmuro―. Mantenerte… a salvo.

Cuando mis ojos se abren por fin, el rostro de Marinette ha cambiado. El terror se ha desvanecido, y me mira con incredulidad.

―¿Qué eres tú? ―susurra.

Vuelvo mi rostro hacia otro lado, sin responder...

Hubo un pequeño silencio hasta que escuché pequeños sollozos por parte de ella.

―¿Por qué yo? ―murmura entre sollozos. La miro al escucharla―. ¿Por qué me salvaste a mí? ―Me da la espalda y se acurruca en la silla, abrazándose por los hombros―. Aparte de todos… ―murmura nuevamente en el cojín―. ¿Por qué yo?

Esas eran sus primeras preguntas. No aquellas urgentes por su propio bienestar, no el misterio sobre cómo conozco su nombre o la aterradora perspectiva de lo que podrían ser mis planes para ella; no se apresura a satisfacer esas hambres. Sus primeras preguntas son por otros. Por sus amigos, preguntándose por qué ella no pudo tomar su lugar. Soy lo peor. Soy el fondo del universo.

Suelto un suspiro y miro al suelo.

―Lo… siento ―digo, y dejo el avión.

∽

Paso fuera del túnel del embarque durante aproximadamente una hora después de salir. Abro la puerta del avión en silencio. Marinette está acurrucada en la clase ejecutiva, durmiendo. Está envuelta en una manta hecha del corte de los pantalones vaqueros que me traje de recuerdo un par de semanas atrás. El sol de la mañana hace un halo en su pelo azabache, haciéndola parecer una santa.

―Marinette ―susurro. Sus ojos se abren una rendija. Esta vez no se sacude ni se aparta lejos de mí; solo me mira con los ojos cansados e hinchados.

―¿Qué? ―murmura.

―¿Cómo… es…?

―¿Cómo crees que estoy? ―Se pone de espaldas a mí y se envuelve la manta sobre los hombros. La miro por un momento. Su postura es como una pared de ladrillos.

Bajo mi cabeza y me giro para irme. Pero mientras paso por la puerta, dice―: Espera.

Me doy la vuelta. Ella está sentada, con la manta apilada en su regazo.

―Tengo hambre ―dice.

La miro fijamente.

¿Hambre? ¿Quiere un brazo o una pierna? ¿Sangre caliente, carne y vida? Ella está Viva… ¿Se quiere comer a sí misma?

―Tú sabes, ¿comida? ―pregunta Marinette. Imita el acto de dar un bocado―. ¿Sándwiches? ¿Pizza? ¿Cosas que impliquen no matar personas?

Asiento con la cabeza.

―Yo voy a… conseguir.

Empiezo a salir pero ella me detiene de nuevo.

―Solo déjame ir ―dice―. ¿Qué estás haciendo? ¿Por qué me tienes aquí?

Pienso por un momento. Me paro en su ventana y apunto a las pistas de aterrizaje abajo. Ella mira y ve a los zombis afuera. Hay docenas de ellos allí abajo.

―Mantenerte… segura.

Ella me mira desde su asiento con una expresión que no puedo leer. Sus ojos están estrechos y sus labios apretados, pero no es exactamente rabia.

―¿Cómo sabes mi nombre? ―exige.

Ahí está. Tenía que llegar finalmente.

―En ese edificio. Tú dijiste mi nombre, lo recuerdo. ¿Cómo es que sabes mi nombre?

No hago ningún intento por responder. No hay manera de explicar lo que sé y como lo sé, no con mi vocabulario de jardín de niños y educación especial con déficit del habla. Así que simplemente me retiro, salgo del avión y camino penosamente por el túnel de embarque, sintiendo más intensamente las limitaciones de lo que soy.

Mientras estoy en la puerta considerando donde ir desde aquí, siento un toque en el hombro. Marinette está de pie detrás de mí. Se mete las manos en los bolsillos de su jean rosa ajustado, luciendo insegura.

―Solo déjame salir y caminar un poco ―dice―. Me estoy volviendo loca en ese avión.

No respondo.

Miro a mí alrededor los pasillos.

―Vamos ―dice―. Entré aquí y nadie me comió. Déjame ir contigo a conseguir comida. No sabes lo que me gusta.

Eso no es… del todo cierto. Sé todo lo que le gusta, pero ese conocimiento es robado.

Asiento con la cabeza lentamente y la apunto.

―Muerta ―pronuncio.

Aprieto mis dientes y hago un exagerado movimiento de zombi.

―Muy bien ―dice ella.

Avanzo alrededor de un círculo con pasos lentos, pasos inseguros, dejando escapar un gemido ocasional.

―Entendido.

La tomo por la muñeca y la llevo por el pasillo.

Señalo en cada dirección, indicando los pequeños grupos de zombis vagando por las sombras oscuras de la mañana. La miro fijamente a los ojos.

―No… corras.

Ella pone una mano en su corazón.

―Prometido.

Al estar tan cerca de ella, descubro que la puedo oler de nuevo.

Ha eliminado gran parte de la sangre negra de su piel. Todavía sosteniendo su mirada, froto mi mano en un herida reciente en mi antebrazo, y aunque está casi seca ahora, me las arreglo para sacar una capa delgada de sangre.

Lentamente difundo esta tinta en su mejilla y por su cuello. Ella se estremece, pero no se aparta. Al final de todo, es una chica muy inteligente.

Si pudiera... Me sonrojaría en ese momento.

※※※

Regresamos al avión con una lata de frutas. Marinette se sienta en el piso y abre la lata con un cuchillo. Limpio una cuchara y se la entrego.

―Dis...fruta ―digo.

Recibe la cuchara y comienza a comer.

―Realmente no recuerdas mucho, ¿cierto? ¿Cuánto tiempo ha pasado desde que comiste comida real?

Me encojo de hombros.

―¿Cuánto tiempo ha pasado desde que moriste?

Pongo un dedo en mi sien y sacudo la cabeza. Ella me mira.

―Bien, no pudo haber pasado mucho tiempo. Te ves muy bien para un cadáver.

La miro y llevo una mano a mi pecho.

―Mi… nombre… ―tartamudeo, pero no sé cómo continuar.

Baja la cuchara y se inclina un poco hacia mí.

―¿Tienes nombre?

Asiento.

Sus labios se curvan en una media sonrisa divertida.

―¿Cuál es tu nombre?

Cierro mis ojos y me esfuerzo en pensar, tratando de sacarlo de la nada, pero lo he tratado tantas veces antes.

―Aaad... ―digo, tratando pronunciarlo.

―¿Ad? ¿Tu nombre es Ad?

Sacudo mi cabeza.

―Aaa…

―¿Aaa? ¿Empieza con A?

Asiento.

―¿Albert?

Sacudo la cabeza.

―¿Alex? ¿Adam?

Sacudo la cabeza.

―Eh… ¿Aleck?

Suspiro y miro el suelo.

―¿debería ponerte un nombre? O ¿llamarte por algun nombre que empiece con "A"?...—Murmuró así misma—, Um... ¿Qué tal si te llamo Adrien? Es un buen comienzo, ¿verdad?

Mis ojos se mueven hacia los de ella y sueltan una pequeña chispa que se desvanece rapidamente.

“Adrien”.

Una lenta sonrisa se desplaza por mi rostro. Ella sonríe y vuelve a comer.

—Así que, ‘Adrien.’ ¿Por qué me tienes aquí?

La pregunta me golpea como una bofetada sorpresa. Miro a un lado...

―Mantenerte a salvo.

―Tonterías.

Hay silencio. Ella me mira con dureza. Mis ojos se retiran.

―Escucha ―dice―. Entiendo que salvaste mi vida en la ciudad y supongo que estoy agradecida por eso. Así que, sí; gracias por salvar mi vida. Pero tú me trajiste a este lugar, y estoy segura de que me puedes sacar. Así que, de nuevo: ¿por qué me tienes aquí?

Sus ojos son como hierros calientes en el lado de mi cara, y me doy cuenta de que no puedo escapar. Pongo una mano en mi pecho, sobre mi corazón. Mi ‘corazón.’ ¿Ese órgano lamentable todavía representa algo? Yace inmóvil en mi pecho, sin bombear sangre, sin servir a ningún propósito y aun así, mis sentimientos parecen originarse dentro de esas frías paredes.

Mi tristeza en silencio, mi anhelo vago, mi raro parpadeo de alegría; se originan en el centro de mi pecho y de filtran desde ahí, diluido y débil, pero real. Presiono mi mano contra mi corazón. Entonces lentamente me acerco a Marinette y la presiono contra su corazón. De alguna manera, me las arreglo para mirarla a los ojos.

Ella se sonroja un poco y dirige su mirada a un lado quitando mi mano de su pecho.

—N...No, hagas eso.. —dijo algo avergonzada.

Retiro mi mano y miro hacia el suelo, agradecido de no ser capaz de sonrojarme.

―Necesitas… esperar ―murmuro―. Ellos… piensan que tú eres… un nuevo convertido. Se darán cuenta.

Ella me mira un poco.

―¿Cu... Cuánto tiempo?

―Pocos… días. Ellos… olvidarán.

Suspira un poco.

―Tú… estarás bien... Yo te cuidaré... ―le digo―. Lo prometo.

Coloco mi mano en su mejilla mientras la miraba. Ella toma mi muñeca y con su mano libre toca un poco mi cara, al sonreír...

Por primera vez desde que morí... Estaba sonriendo... No sabía cómo, pero lo estaba haciendo....

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Listo:)

Aquí acaba el corto One-Shot xd

Ahora les presentaré mi dibujo para el concurso \°^°/

3

2

1

Aquí ta uwu

Proceso \°^°/

Base

Cabello

Ropa

perdonen la iluminación :'v

Lineart

Colores

Fondo y efectos

Diálogo y Firma uwu

Firma a mejor vista uwu

Wueno, io me despido. Que tengan un lindo día, tarde o noche (sea la hora que leen este blog) y nos vemos...... Luego :kissing_closed_eyes: :two_hearts:

No me quieren :'c