[ :wind_chime: ] noches de luna llena — drabble

título: noches de luna llena.

palabras: 469 (drabble).

advertencias: mención de homosexualidad; si no te agrada el tema, te invito a que te retires.

si encuentras algún error ortográfico o gramatical, te agradecería que me lo hiceras saber.

En las noches de luna llena, los cazadores salen a pasear. Con sus intimidantes expresiones y sonrisas tétricas, escogen a sus víctimas de la manera más minuciosa posible, inspeccionando cada uno de sus detalles para asegurarse de que son los indicados.

Y siendo conscientes de este mismo peligro, las presas tenemos que callar.

—Feliz cumpleaños, por cierto. —Alya susurró en medio del silencio que inundaba nuestra casa y al resto del pueblo.

Un solo paso en falso significaba ser atrapados por aquellos merodeadores, cuya sed nunca lograban satisfacer por más personas que atacaran.

—Gracias —tuve que resistirme a la necesidad de soltar un suspiro—. Lo mismo va para ti —le sonreí, ignorando las ganas que sentía de tomarle de la muñeca y escapar junto a ella. Era mi decimoctavo cumpleaños, pero seguía sin acostumbrarme a la asfixiante sensación de que en cualquier momento el corazón se me saldría del pecho.

—Qué trágico cumpleaños, ¿no lo crees? —intentó reír un poco, aunque el miedo fuera más fuerte que cualquier otra cosa—. Es muy duro tener que pasar por esto con tanta frecuencia.

Las dos estábamos sentadas en el suelo debajo de la ventana, esperando a que el tiempo pasara hasta que el sol pudiera salir de la caverna en donde siempre se ocultaba.

Alcé la mirada para ver al reloj colgado en la pared frente a nosotras. Eran a penas las doce de la mañana.

—Solo hay que… esperar un poco más, supongo. —Las manecillas se movían a una velocidad que se me hacía eterna. ¿Por qué siempre éramos nosotros los que tenían que sufrir? Tal vez nunca lo sabría.

—Supongo.

Sombras empezaron a moverse. La luz de la luna que se colaba por la ventana lograba que se vieran más intimidantes de lo que ya eran, en conjunto con el inquietante sonido del armamento que siempre cargaban consigo. Los odiaba con toda mi alma por hacerme sentir tan débil en cuestión de unos pocos segundos.

—Marinette, en serio tengo miedo… —Alya entrelazó sus dedos casi temblorosos con los míos y recostó su cabeza sobre mi hombro, buscando tal vez un poco de confort que lastimosamente no le podía dar. Yo también estaba aterrada.

—No hables… —le di un pequeño beso en la frente en un vago intento de consolarla—. Todo va a estar bien si hacemos silencio…

“Silencio”.

Se había convertido en una palabra tan conocida y a la vez tan desconocida con el pasar del tiempo.

Cuando era pequeña, el mundo me parecía tan fantástico que era simplemente imposible dejar de hablar sobre él. Ahora, después de tantos años, debía mantenerme callada si quería continuar viva al lado de la persona que más amaba, quien también era la única que me quedaba.

—Está bien.

Y me dolía saber que lo mejor que podíamos hacer para conseguirlo era obedecer.

no había escrito seriamente desde hace un tiempo por falta de inspiración, así que cuando me picó la curiosidad y empecé a leer nuevamente sobre la historia de mi país, decidí que no estaría mal plasmar un poco sobre ella en una corta historia tomando personajes de la serie. también era una buena para volver a la comunidad después de tanto tiempo, así que decidí tomarla.

gracias por leer, en serio.