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Prologo •LadyNieves•

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Esta novela esta en mi Wattpad, pero para que puedan conocer el trabajo que hago la público por aquí.

Si quieren que siga publicando esta historia y próximamente otras, por aquí como en Wattpad, hagan lo saber, me ayuda mucho.

Esta historia la hice gracias a una idea de una chica que hizo a MLB como la película Disney Blanca Nieves, yo quise desarrollarla mucho más, espero les guste, sin más, disfruten.

Los rayos mañaneros empezaron a salir por las nubes que tapaban su camino. Desde muy temprano todos los ciudadanos del reino de los Agreste empezaban sus labores diarias.

Vivían en plena paz y armonía, el reino no tenía batallas ni problemas con reinos vecinos ya que no tenía sentido pelear.

El reino de los Agreste siempre fue pacífico pero no en un solo día.

Cada doncella del reino en un solo día se preparaba para verse de lo más hermosa ya que ese era el único día para ganarse el corazón de el príncipe.

En esta generación no era la excepción pero digamos que el príncipe estaba un poco en desacuerdo ya que no quería estar esposado con una chica que decía que lo amaba pero en realidad solo lo que le interesaba era ser la Reina. Muchos libros con desamores le había inundado la cabeza con esa idea.

Por otro lado, una chica de la misma edad del príncipe se hallaba limpiando el piso de su casa. Estaba tan sucio que tenía que tallar con fuerza para que toda la tierra del jardín saliera y quedara reluciente, como a su madre le gustaba.

Coloco su mechón de cabello por detrás de las orejas, dejo de un lado la escoba y tomando con fuerza una cubeta de agua la aventó para dar por terminado su trabajo doméstico.

Todos los días eran igual, Marinette lava la ropa, Marinette lava los trastes, Marinette haznos de comer. Sabia que no podía negarse porque si no la sacarían de casa, su único hogar que le había dejado su padre y que ahora ocupaba esa mujer que tenía como hija a una niña caprichosa.

Su hermanastra, Chloe tenía la misma edad que ella solo que tenían personalidades muy distintas.

Su hermanastra era caprichosa y tenía que hacer todo lo que ella quería, incluso, se aprovechan de un joven de su misma edad de cabellos pelirrojos. Era lindo el chico y a Marinette sabia muy bien que al chico le gustaba, no podía corresponder sus sentimientos por ella no amaba a nadie.

Sin embargo, ella era de los más generosa y amable, tenía sus defectos ya que era un tanto torpe pero eso no quitaba lo bella que era.

Tomo la cubeta la cual había utilizado para lavar el sucio suelo y la escoba. Ya había acabado con el jardín, ahora seguía con el almuerzo de su madrastra y hermanastra.

Hoy debía cocinar algo distinto y a su mismo tiempo nutritivo para que no le regañaran el porque la comida era tan grasosa.

Tan solo recordar la última vez que cometió ese error le daba miedo, se llevo un castigo después de una bofetada y unos cuantos gritos de el porque quería hacerlas engordar. Su hermanastra la miro de manera superior y tirándole la comida sobre ella se retiró de la sala.

Había cometido más errores y había recibido castigos peores pero tenía que soportarlos.

Suspiro y se tallo los ojos quitando algunas lágrimas en ellos.

"Ya Marinette, tranquilízate princesa, recuerda, las niñas bonitas no lloran..."

La gruesa voz de su padre le hizo dar una ligera sonrisa, respiro hondo y dejando ir ese mismo aire se dirigió a la cocina la cual le esperaba para empezar con el almuerzo.

No comía con su madrastra y hermanastra, no se le era permitido hasta que ellas dos terminaran.

La madrastra de Marinette tenía un serio problema con su belleza por que siempre que le pedía que hiciera algo o que acomodara algo en su habitación, siempre se la encontraba hablandole a un gran espejo el cual creía estar vivo.

Cientos de veces había escuchado a su madrastras preguntar a el espejo quien era la más bonita del reino, a lo que el espejo siempre le respondía que era ella pero había alguien más hermosa que ella.

El espejo nunca le decía quien era para proteger a dicha persona ya que no solo era una si no dos.

La madrastra de Marinette sabia que la primera persona era la Reina, la cual había dejado pasar porque ella igual aceptaba que era más bonita que ella pero hay algo que ella no toleraba y es que haiga alguien más que seas más bella que ella y la Reina.

Su odio a esa persona que no conocía era inmenso hasta el punto de querer asesinarla para que ahora si solo ella sea la segunda mas hermosa en todo el reino. Claro, luego iría con la Reina para eliminarla pero su objetivo principal era la persona que estaba más a su alcance.

Marinette siempre supo que su madrastra estaba loca, desde que llego a su casa aquella sonrisa le había parecido la más forzada que había puesto y es que sabia que solo se había casado con su padre por dinero.

Su padre era uno de los caballeros del rey, la mano derecha del rey en casos de emergencia y es que el Rey confiaba plenamente es su padre ya que además de trabajar para el, eran buenos amigos.

Su padre podía considerarse un héroe, su más grande héroe que había dado su vida por la vida del rey. Y es que no todo el tiempo el reino fue pacífico, los reyes eran los pacíficos, los reyes vecinos eran los que atacaban para quedarse con sus tierras y en una de esos ataques el Rey había protegido a su familia para que una de las flechas no llegara a su único hijo y adorada esposa.

Lo que no se espero es que la flecha nunca atravesó su cuerpo si no que al volver a mirar en la dirección donde según estaba el atacante lo que se encontró fue la espalda de su amigo y compañero. Los estaba protegiendo, sacrificando su vida por la de su rey.

Marinette sabia que su padre lo hizo porque al rey le debía muchas cosas y la principal era haberle dado un hogar y trabajo para mantenerla después de la muerte de su madre.

Cuando Marinette apenas tenía nueve años, su madre junto a su padre colocaron un local en donde vendían dulces y postres los cuales eran los más deliciosos de todo su reino.

La pastelería era demaciado famosa y gracias a ella su padre conocio a el Rey el cual siempre le compraba panes para su único hijo el cual nunca logro ver.

Siempre se imagino que seria el hijo perfecto, caprichoso, una Chloe en versión masculina y sabia muy bien que aquel príncipe llevaría el reino hacia la mierda.

Incluso, creía que Chloe y el haría una perfecta pareja la cual la llamaría "Pareja Oxigenada" era gracioso para ella ya que sola se creaba sus historias las cuales Tikki tenía que soportar escucharla luego.

Acomodando la mesa mientras tarareaba una de sus canciones favoritas escucho como unas pequeñas alas revoloteaban cerca de su oído, en seguida supo quien era.

-- Hola Tikki. ¿Como te fue con Plagg? -- El Kwami se sentó en su hombro para contarle todo lo que hizo con su mejor amigo.

-- Me la pase genial Marinette, Plagg me enseño un juego muy divertido, te lo mostraré después. Por ahora, solo quiero dormir. ¿Hay galletas? -- Su pequeña criatura había conocido en unos de sus viajes de exploración al bosque a otro Kwami pero este era un gato negro que amaba el queso.

-- Están recién salidas del horno, ve, son para tí. -- Dándole una ligera sonrisa a su única amiga y viendo como esta se retiraba del comedor siguió con su trabajo el cual estaba a punto de terminar.

-- Marinette... -- La voz chillona de Chloe le informo que quería algo, observado como entraba con su caminar lento y superficial mientras miraba el nuevo aparato que su madre le había comprado para comunicarse mejor con sus compañeros y amigos de la escuela. Marinette no había podido seguir estudiando ya que su madre le decía que ella no podía ser nadie en la vida, que solo servía para ser sirvienta, que nadie iba a querer a una carita tan fea como la de ella.

-- ¿Que sucede Chloe? -- La chica de cabellera rubia la miro masticando el chicle que tenía en la boca. Guardo el celular que en ningún momento dejaba de vibrar.

-- Quiero que me ayudes a sacar la ropa que ya no uso o ya no me gusta para que tu la utilices o la tires a la basura... ¡No! ¡Mejor! ¡Tírala! ¡No quiero verte con mi ropa! -- Tomando otra vez el aparato que no dejaba ni un segundo se sentó en una de las sillas esperando a que su madre hiciera su aparición y empezara a ordenarme a Marinette que sirviera la comida. Deseaba con ganas volver a tirarle la comida en su cara.

El almuerzo transcurso normal y al parecer esta vez no había problema con la comida cosa que alivio a Marinette. Su madre, satisfecha por el gran trabajo que hizo ese día decidio darle el día libre que restaba para que descansara.

Marinette le agradeció a su madre y llevándose los platos que utilizaron se retiró sin antes despedirse.

Lavando los trastes y vasos que ocuparon su madrastra y hermanastra, sirviéndose la comida que había preparado, la comió con lentitud. Aunque no se diera cuenta, así eran todos los días de su vida desde los doce años. La muerte de su padre le dejo todo a cargo a su madrastra incluso a ella que la tomo de inmediato como una sirvienta para no contratar a más personal y no gastar el dinero que el Rey le seguía dando a su madrastra para mantener a Marinette.

El rey estaba siendo engañado diciendo que todo ese dinero iba para Marinette pero en realidad iba para ella y Chloe.

Subió las escaleras que la dirigía a su cuarto. Pequeño pero acogedor. Se tiro en su cama para poder descansar un poco y luego tomar una ducha la cual necesitaba pero ahora solo quería descansar un poco por el duro trabajo de la semana.

•Discúlpeme si hay errores ortográficos•

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