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Hoy fuí a la mansión Agreste para ver a Adrien. Creo que ya no me gusta tanto, pero él me dijo que me quería presentar a alguien. Estuve ensayando mis mentiras para recordar todo lo que debo decir y siempre tener un plan B. Así es como me salgo siempre con la mía. No es mi culpa ser tan perfecta.
Al llegar, me antendiaron con amabilidad, pero distancia y esa frialdad que siempre se nota en ellos. Son una familia muy rara.
-Hola Adrien - le dije, dándole dos besos en las mejillas -. ¿A quien me querías presentar?
-Hola Layla. Pues a mi primo. ¡Félix, ven para acá que te conozcan!
-Espera, hay muchas comidas ricas y... ¡Ai! ¡Sí, mamá, ya voy! No, no seré tan glotón - parece que hablaba con su madre -. Agh, ya voy.
-Hola Félix. Esta es Layla, y este es mi primo Félix. Me encantaría que os conocierais.
-Hola.
-Ei - dije yo. Entonces nos dejó solos.
Se produjo un silencio incómodo hasta que él habló.
-¿Me ayudas ha hacer algo malo?
-¿Eres malo?
-Mucho.
-Mmmm, ¿que saco yo a cambio?
-Mmmm, nada. Solo hacer algo malo. ¿Te apuntas o no?
-Ok. ¿Que quieres hacer?
-Ya le robé un anillo al Gabriel, quiero robarle el otro.
-¿Cual es el plan?
-Tú solo sígueme.
Entronces entramos. Estaba confundida y emocionada, era de mis primeras misiones malvadas. Y era de mis primeras veces que tenía un aliado malo. Así que, al entrar, ya estaba la comida servida y casi todos se sentaron.
-Hola, tu debes de ser Layla. Soy Amélie, la mamá de Félix, un gusto.
-El gusto es mío.
-¿Empezamos a comer? - Preguntó Adrien.
-¡No ! Aún no. Tenemos que - pensé esa excusa muy deprisa, vya que soy muy buena - lavarnos las manos.
-Echo.
-Ya las lavé al llegar.
-Yo no voy a comer. Solo estoy aquí por si necesitáis algo más.
-Agh, me las voy a lavar - dice Gabriel. Genial, así se quitará el anillo y lo robaré.
-¿Dónde vas Layla?
-Ai, pues al baño, Amélie. Tengo que tomar unas pastillas antes de comer siempre por una enfermedad que tengo.
-¿Y tú, Félix?
-Yo...
-Él me acompaña porque sola no me las puede tomar y necesito ayuda. Él se ofreció para ayudarme. Tiene un hijo muy amable.
-Por supuesto, Félix es el mejor.
-Señor Agreste, ¿donde están los baños? - pregunté yo, alcanzándolo desde la lejana.
-Eh, en el pasillo de la derecha la tercera y cuarta puerta.
-Gracias.
-Se te da muy bien mentir.
-Ya lo sé, Félix.
Entonces Gabriel entró al baño. Al sacarse el anillo, entramos y Félix cogió muy sigilosamente el anillo. Luego nos escapamos y nos fuimos al jardín.
-¿Te quieres probar un anillo?
Yo asentí. Me puso uno y él se puso el otro. Luego, salió una luz muy brillante de color plateada y salieron dos animales voladores completamente grises. Era iguales.
-Hola - hablaron a la vez - somos los kwamis del poder de cumplir deseos. Si os transformais a la vez os cumpliremos los deseos que queráis y si solo se transforma uno el poder será menos efectivo.
-Yo me llamo Ankiita. Seré tu kwami - eso me lo dijo a mi -. Tienes que decir a la misma vez que el chico : Ankiita, ¡pozo de los deseos!, y te transformarás.
-Yo soy Innikko. Seré tu kwami. Tienes que decir a la misma vez que la chica : Innikko, ¡pozo de los deseos!, y te transformarás.
-¿Podemos confiar en vosotros?
-Sí. Ankiita, ¡pozo de los deseos!
-Innikko, ¡pozo de los deseos!
Entonces nos transformamos. Nuestro traje era gris con rayas y relámpagos amarillo apagado. Llevábamos antifaz negro y blanco y el pelo nos cambió a gris.
-Hala. Estoy hermosa. Me buscaré un nombre, no me puedo llamar Layla. Mmm, Queen Wishes. Sí, queda mejor que Reina Deseos.
-Yo seré Trébol Afortunado.
-Genial, ¿que deseamos?
-Que nos dejen salir a fuera de la Mansión Agreste.
-Me parece bien.
Así que nos fuimos a dentro de la mansión.
-Señor Agreste, ¡deseo que nos dejes salir a fuera! ¡Creador de Deseos ! - dije disparando una cosa blanca de mi bastón. Félix deseó lo mismo, peor apuntando a Amélie. En ese momento Adrien estaba en el baño, así que nos fuimos antes de que viniesen.
-O-oye Trébol Afor-afortunado. ¿Quieres ir a por un, un helado?
-¿Como una cita?
-S-sí.
-Está bien, pero antes.... - entonces se acercó a mi. Me besó y le devolví el beso. Estuvimos un par de minutos Hasat que nos fuimos a por el helado.
-Emm, veamos. Limón como su pelo y chocolate como el de la chica. Virutas de menta para acompañar como los ojos del caballero.
-Gracias.
-Son cinco euros.
-¡Creador de Deseos! Deseamos que sea gratis.
-¿Sabéis que? Hoy los helados gratis.
Entonces nos comimos el helado y empezamos a salir.
Fin.
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