Un amor imposible

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—Entonces si eres mejor que yo, ¿por qué te dejo? ¿No será porque eres una basura? O porque... ¿no sirves? Eres un mujeriego y no sabes cuidar, respetar y darle valor a una chica.

—Ah, con que no sé, ¿eh? —dice el chico de ojos azules para golpear al ojiverde en labio inferior.

¡Wow! ¡Wow! ¡Tranquilo! —dijo el Guardia quitándole a Luka de encima a Adrien, pero en un movimiento rápido Adrien golpeo a Luka en la nariz haciendolo sangrar.

—¡Oh por Dios! ¡Adrien tranquilizate! —grito la chica preocupada, pues esta ya sabía lo que eran capaces de hacer cada uno.

—¡Oh! Yo me tengo que tranquilizar pero dejas que tu noviesito Luka me parta la boca ¡¿no?! ¡¿Sabes que?! ¡Te voy a dejar sola con el! ¡¡Seguro así vuelven!! — dice el chico enojado para después irse.

—¡Adrien espera...! Lo lamento Marinette —dice la señora de cabello rubio y ojos verdes para después irse detrás de su hijo.

—Lo siento mucho señorita Dupaing-Cheng... —susurra el señor de ojos grises para irse detrás de su esposa.

—N-no... —dice la azabache mientras se imaginaba lo peor.

—¡Ordeno que lo saquen! No lo quiero volver a ver aquí ¡Llama a los otros guardias y sáquenlo! —ordena el padre de la azabache.

—¡Sí mi señor! —dijo el Guardia.

—Vamos dentro hija ¿sí?

La Azabache solamente asintió. Se sentía tan devastada como para no querer hablar.

Después de un rato Tom llamó a Nathaniel para que le hiciera compañía y que ella no se sintiera tan sola.

—Hola, tía Sabine... ¿Cómo está ella...? —pregunta un poco preocupado el pelirojo.

—¡Oh Nathaniel...! Ella está está muy triste... No ha querido comer desde esta tarde y me estoy preocupando porque... es normal que no quiera comer por lo que ha pasado, pero la verdad es que no se puede resistir una caja de pizza y ya pasaron 4 horas y...y no se que hacer...no quiere tocar la comida y no quiere hablar con nadie sólo hace gestos para decir sí o no, ni siquiera pide un vaso de agua...

—... Entiendo...iré con ella.

—Sí, ella esta en-

—Tranquila, no hace falta. La conozco demasiado bien como para saber a dónde iría situaciones como éstas.

—¡Oh! Entiendo... Debí imaginarlo...

—No se angustie, ella estará bien.

Nathaniel.

Sabine sólo sonrío sabía que eso era para que yo pudiera proceder a buscar a su hija. Marinette, Marinette ¡oh! Mi querida Marinette ¿Cuántas veces has salido lastimada? Eres una chica muy sencilla, simple y muy sensible, pero al mismo tiempo eres una chica de carácter fuerte y que no se deja intimidar por nadie, en ocasiones como ésta no eres de las típicas chicas que van a los lugares donde estaban con sus ex's para pensar más en ellos y deprimirse aún más. No, eso es absurdo y la misma Marinette me lo dijo, así que solamente estaría en su cuarto donde nadie, absolutamente nadie la molestara, por lo que me dirijo allí y efectivamente ahí estaba mi hermosa Marinette; pero ¿Cómo me di cuenta si el cuarto estaba cerrado? Pues...qué te puedo decir? Estoy acostumbrado a escuchar sus llantos y estos se escuchaban claramente.

—Marinette ¿puedes abrir la puerta? Por favor, soy yo Nathaniel...

—¡Nath...! Eres tú?

—Si bombón.

Sí lo sé, es un poco infantil, pero así la llamo desde que obligó a su madre a que le comprara seis cajas de bombones para compartirlas entre ella y yo...al final me dejó solamente uno.

—Nath... Él... Él ya no...

—Lo sé. No digas nada, sólo abre la puerta...

Y así fue como ví a una Marinette que no veía hace años. Se veía destrozada, de seguro la paso muy mal.

—¡Ay, Marinette! Lo siento mucho...—dice su mejor amigo para abrazarla.

—¡Nath...! ¡Esto duele tanto! Ya no quiero seguir así...—decía la muchacha mientras lloraba—. Espere demasiado tiempo para esto y ahora se va como si nada...

—Lo sé, vamos dentro ¿si? —dijo el pelirojo a lo que la azabache asintió y cerro la puerta.

•••°°∆°°•••

Ya adentro de la habitación la azabache se acostó en su cama y el pelirrojo hizo lo mismo.

—Se que todo se solucionará, no se puede acabar tan fácil y por algo... O mejor dicho alguien tan estúpido—dijo resaltando el "alguien".

La ojiazul que había dejado de llorar le responde: Lo sé... Pero... ¿Y si ahora me odia?

—Nada de eso. El no te odia. Te ama —dice el pelirrojo para no provocar otra escena.

—¿Tú lo crees? —dice la azabache acostándose boca arriba y mirando hacia el techo.

—¡Obvio...! se nota —dice su mejor amigo levantándose para subir al balcón de la princesa— ¿vienes?

—Adelantate...

—¿Segura? —pregunta si mejor amigo. No quería dejarla sola

—Sí—le respondió la chica

—Okay. Cualquier cosa, me avisas —Le dijo el pelirrojo a lo que el azabache asintió.

Narra Marinette

¿Por qué siempre me tienen que pasar cosas así? ¿Acaso es el destino tratando de decirme que no debo estar con Adrien? Sea lo que sea, ya estoy harta...

Me dispongo a subir a mi balcón para hacerle compañia a Nath. Él siempre ha estado ahí conmigo...en ningún momento me ha dejado. Él si es mi amigo.

—Hola...

—Oye Marinette, sé que te sientes mal y sé que no es el mejor momento para decirte esto, pero necesito hacerlo...es que siento la necesidad y y-ya no aguanto más ¿me entiendes? Eres una chica increíble, nunca me cansaré de decirte eso...y no deberías de dejar que ningún chico te pisotee. Tú no eres así...

¿De verdad? Me esperaba esto de muchas personas...¿pero de Nathaniel?

—Nath...no lo entiendes ¿cierto? —Dice la chica soltando una pequeña risa la cual se veía a metros que no era real —Adrien es el amor de mi vida... Literalmente. Lo amo desde que éramos pequeños...entonces; sí luché tanto para ganar esto y fracasé una vez voy a seguir luchando por qué mi amor no vale solo eso, vale mucho más Nathaniel...

— ¡Oh! Créeme Marinette...yo sí sé de lo que hablas...

—... ¿Qué?

—¿Qué?

—¡O por todos los cielos, te gusta alguien!

—... Olvidalo...

—¡No, Nath! Me acabas de levantar el animo. Qui-

—¡Ah, no Marinette! ——interrumpió el chico— Mejor quedate con tu ánimo por el suelo.

—¡Wow! Cuanto amor me tienes.

—Sabes que en estas situaciones cuando de repente te sientes bien al minuto estás llorando y te pones peor de cómo estabas al principio.

Eh... No le crean, no es cierto...

—... Bueno...subidas...baja-

—¡Hay! ¡bajadas de mierda Marinette!

—Okay, Okay...ya estoy triste de nuevo...no me grites...

—Y así quédate. No quiero que te de una depresión.

—Okay... Que intenso —dijo la chica susurrando las dos últimas palabras.

—... Intenso mis cojo-!

—¡Ya! ¡Ya te entendí Nathaniel!

. . .

—Quiero estar solo...

—Lo que hiciste fue muy tonto.

—No me importa.

—Adrien... sabes que te apoyo en muchas cosas... pero esto no está bien.

—¡Claro! Ahora yo soy quien tiene problemas, ¿no?

—No hagas esto Adrien...

—¡Sé que fui un idiota por hablarle así, pero estos son mis problemas, no los suyos. Ustedes no deciden cuándo, cómo y con quién

debo arreglarlos!

La madre del rubio se quedó mirándolo sin decir una sola palabra; el rubio hizo lo mismo, hasta que cansado, dió un suspiro y dijo:

"Lo siento... no fue mi intención hablarte de ese modo."

Su madre se quedó mirándolo por unos segundos, después, salió de la habitación sin decir nada.

—¡Perfecto! Primero Marinette y ahora mi mamá... ¡ash!

Marinette.

—¡Vamos! ¡Vamos! ¡Vamos Nathaniel! ¡¡Dímelo por favooooooor!!

—No es nadie Marinette...

—No confías en mi ¿cierto? —dice la ojiazul un poco triste.

—Marinette... No hagas esto por favor —suplica el pelirrojo, pues este ya sabía lo que la azabache trataba de hacer.

—Claro...

—Te lo diré...

—Siii

—Pero ahora no —dice con una sonrisa triunfante en su cara.

—¡Ayyy Nath!

—Debes aceptar mis condiciones

—...Esta bien... —acepta la chica de mala gana.

—Bueno, ya se está haciendo tarde así que me tengo que ir

—¡Nooo! ¡Duerme conmigo...! —suplico la azabache aferrándose al cuerpo del pelirrojo.

—No puedo, tengo que hacer muchas cosas mañana. Pero te prometo que mañana dormiré contigo.

—Okay...

El pelirrojo se despide dándole un beso en la mejilla. Cuando se fue, dos pregunta quedaron rondando el la mente de la chica: ¿Quién le gustaba a Nathaniel? Y ¿por qué no le había dicho? Sin saber que esa persona era ella.