~vσℓvεя α αмαя~

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-¡basta! ¡Sueltame! ¡Tenemos que salvar a Adrien!

-Pero entonces te estarías exponiendo tu -Dijo el rubio con una mirada fría-

-Pudiste salvarlo a el también -Dije entre sollozos-

Luka no decía ni una sola palabra, su rostro estaba serio, como si estuviera prosesando todo los he le acababa de decir.

-Marinette, no le diré a nadie tu secreto, pero si piensas darme como sacrificio es mejor que te vayas buscando a alguien más. -dijo con tono serio-

El se levantó sin querer escuchar lo que tenía que decirle.

-Jamás pensaría en sacrificarte -dije a la nada.

Esa noche no pude parar de pensar en Luka, en como el creyó que yo sería capas de hacer eso.

En el interior sabía que era lo correcto, era mejor que me separará de el, las cosas habían ido demaciado rápido.

Dejé de ir a la escuela por puro capricho, mi madre nisiquiera se daba cuenta de esto, podía ver aún los carteles de "Desaparecido" De Adrien.

- Te extrañó tanto -

susurré

- Daría lo que fuera por tenerte a mi lado una vez más amor mío. -

Dije mientras acariciaba el cartel.

- Si tanto lo extrañas ¿Por qué no reconsideras mi oferta? -Dijo Félix detrás mío-

-Ese no es tu asunto, además, dudo que tu absurdo plan funcione.

-Funcionó con papá.

-Yo no soy como el, no me compares, además, tu padre tenía el cuerpo de tu madre.

-Bueno... Si... y yo tengo el de Adrien.

-No te creo.

No podía creer lo que escuchaba, Felix me llevo a verlo, su cuerpo estaba en los huesos y olía fatal.

-Felix ¿Por qué conservas esto?

- Se cuanto sufrías por la pérdida de el, así que pensé "Si papá pudo traer a mamá devuelta a la vida" ¿Por qué nosotros no? Y fui a buscar el cuerpo.

-Felix ¡Estas demente!

-Lo hice por ti.

-Nisiquiera me preguntaste, buag, que asco esto apesta fatal, me largo de aquí.

-¡Espera! ¡Marinette! ¿No lo vas a intentar? ¡Ese chico es la clave!

-Olvidalo.

Volví a mi casa com el estómago completamente revuelto, las imágenes de Adrien no se podían ir de mi mente, no podía creer que ese chico sonriente al cual yo amaba ahora no era más que un par de huesos.

-Adrien...

susurré a la nada

-Ten -Dijo mostrando mis aretes-

- No quiero volver a ser Ladybug -Dije melancólica-

- No se los robé a mi padre para que me dijeras que no.

Silencio incómodo

-No será lo mismo sin Chat -Dije rompiendo el silencio-

-Bien... también tengo el anillo, puedo ser el nuevo Chat Noir.

Anoche no pude dormir, los fantasmas de mi pasado no dejaban de atormentarme, pero eso sólo me dio una idea.

Adrien me amaba, y si tenía que dar algo entonces... tenía que dar a alguien que también me amará.

Era Domingo, un día perfecto para salir a buscar pareja.

Me arreglé y salí básicamente corriendo de casa, pues este día iba a buscar a un nuevo amor.