ADRIEN AGRESTE

Hombre heterosexual 31 años.

Estatura 1.90, peso 78 kg.

Viniendo de un universo alterno al original, ha pasado por varias cosas en su vida, desde estudiar en casa, recibir un miraculous, e incluso descubrir que su padre tenía a su madre en una especie de ataúd cristalino, sin olvidar que su padre era el villano con quien peleó por 10 años.

Cuando vencieron a su padre pensó que todo había terminado, y eso fue justo lo que lo llevó a perder a su compañera y sus amigos.

En los últimos años que batalló contra su padre su miraculous fue dañado, trataron de repararlo con los aretes de la mariquita, pero no pareció dar resultado.

Al pasar los días se dio cuenta de que la combinación de ambos miraculous habían, de alguna manera, fusionado al anillo junto con el.

Cuando despertó notó los cambios físicos, en su cabello crecieron raíces capilares negras, sus iris parecían rasgadas, la luz del sol dolía levemente en sus ojos, sus uñas crecieron lo suficientemente para llamarse garras.

Sus reflejos aumentaron al igual que sus sentidos del olfato, oído y vista. Podía correr con más agilidad y rapidez, daba saltos más altos, era muy sigiloso; sin olvidar el aumento de apetito.

Cuando fue a consultar con la portadora del miraculous de la catarina cayó en cuenta sobre dos cosas, su anillo tenía una rasgadura bastante profunda, lo segundo fue Plagg, no lo había visto por ningún lado desde que su transformación terminó la noche pasada.

Después de asimilar la pérdida y que Tikky le explicase como tenía la escénica del Kwami negro sobre el, llegaron las sorpresas más shockeantes. Aparecieron dos chicos de 14 y 15 años, la adolescente de cabellos rubios con raíces negras y ojos rojos era más alta que su acompañante, el chico tenía cabellos azabaches y ojos de un azul cielo, la chica se presentó como su hija y el varón como el hijo de Marinette.

Según palabras de los viajeros, se acercaba un peligro mayor a Howkmoth, mucho peor, que lo iban a enfrentar con ayuda de los otros portadores e incluso los guardianes del templo. Y por más esfuerzos que hicieran perderían, la única esperanza era funcionar los prodigios, siendo Adrien que se ofreciera a usar los aretes, pues el anillo como tal era inútil ya que Plagg y la magia estaban en el interior de Adrien. Se despidió de sus amigos, de su compañera y por último de su novia, con quien había estado desde los 16 años, poco después de descubrir que su padre era su enemigo.

Fusionar ambos miraculous le dio un poder inmensurable e indescriptible, peleó contra Devastador hasta que sus fuerzas se agotaron, cuando utilizó los poderes combinados de ambos miraculous para contrarrestar los ataques mágicos del destructor hubo un gran resplandor que segó a todos los presentes, cuando el brillo terminó todo estaba como nuevo, las ciudades reparadas, las pérdidas se recuperaron y parecía que nadie recordaba lo ocurrido.

Cuando despertaron, los portadores estaban confundidos y sentían que algo les faltaba, no fue hasta que tomaron su prodigios que lo recordaron gracias a una nota: <<Segunda oportunidad, perdón por no ir al baile de Navidad.>> y como firma un dibujo de una garra de gato. A quien más le afectó fue a la madre de Emilie, como se llamaba la chica del futuro, pues estaba embarazada y junto a la nota, que era diferente ya que sólo era una despedida, se encontraba el anillo replica que había recibido por parte de Adrien en su aniversario de 5 años.

Pero para Adrien la cosa fue diferente, pues vio las memorias de Devastador, lo que él había vivido, las vidas que había tomado y los mundos destruidos con sus manos. Pero también vio cómo de esas vidas crecían más, como de esos mundos nacían nuevos e incluso con más vitalidad. Tras pasar por eso vio cómo su mundo estaba en ruinas, sólo polvo y desolación, dejó su orgullo  para rogar a la fuerza del universo que le permitiera regresar todo a la normalidad.

Si bien se vio recelosa, la entidad mística le propuso un trato, con ayuda de Devastador, Adrien regresaría la vida a ese planeta y el otro se dispondría a pasar de largo la tierra. El aceptó feliz sin saber que para devolver una vida, se tiene que perder otra. Aceptó con pesar una vez dicha información fue recibida por sus oídos, sintió calor, como si su piel se quemara a cientos de grados centígrados, y luego nada, no había luz, no había sonido, no había oscuridad… nada.

Tras pasar un tiempo indefinido sintió que era jalando hacia atrás, y después cayó en un contenedor de basura. Parecía que había regresado, estaba feliz y extasiado, pero poco le duró tal sentimiento, pues vio a lo lejos a sus compañeros como unos adolescentes y a sí mismo.