- Arabella, llevo tres días intentando arte,he ido a casa de tus padres y tampoco apareces, ¿qué te hice? Estábamos demasiado bien, no entiendo qué sucede -
- Lo lamento, sé que es tonto que te venga a buscar a tu casa después de tres días y sin avisar, pero no tenia el valor aún de hacerlo-
-¿el valor? ¿De qué hablas bella? -
- El día que salí con Aarón de fiesta, conocí a alguien, alguien mayor, tomé demasiado y recién había discutido con mi padre, las cosas no salieron como esperaba, ella insistió y ... -
- Me dió una cachetada - Que imbécil eres -
Cecilia entró a su casa y me cerró la puerta en la cara, no esperaba menos, hasta sentía que había tenido suerte, aún así ya anticipaba el momento y realmente lo único que sentía era alivio, pero ahora me sentía mal por no sentirme “mal”; aquella tarde fui a casa de una amiga, María, ella era nuestra amiga en común, siguió nuestra historia desde el momento uno, pues tomaba clases de piano con nosotras.
-Si que eres tonta Bella, mira que tirarte a una desconocida es fuerte, independientemente de Ceci, las enfermedades de transmisión sexual están al borde - mordió una galleta - ¿qué harás? -
- Me siento mal por no tener ningún remordimiento, pero en el fondo siento que Ceci ha sido y será por siempre mi único amor, no quiero perderla -
-Lástima, yo creo que ya no va a volver, Ceci es orgullosa hasta el cielo -
- Iré a su casa esta noche, de por si sus padres viajan mucho al igual que los míos, la pasaré con ella, sé cómo arreglarlo -
-soltó una risa - ¡si claro! Como si ella te fuese a dejar pasar -
- saqué de mi bolsa mi llavero y se lo mostré con una sonrisa - tengo duplicado de las llaves de su casa, boba - le saqué la lengua -
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