Me equivocaría si digo que te quiero,
porque lo que invade mi cuerpo cuando te veo
suele no ser tan pasajero.
Sin embargo, tampoco podría decir que te amo,
porque ese verbo, amargo e inhumano,
podría escaparse de nuestras manos
y volver el tramo más engorroso,
dejando de lado lo genuino y hermoso
que suele conocerse.
Lo que me pasa a mí, en cambio, es algo diferente:
se me entorpece la sien y se me nubla la mente.
Suele ocurrirme de manera inconsciente,
y sucede siempre que te veo de frente.
No sé si me explico...
es algo raro pero exquisito,
una mezcla entre torpeza absoluta
y adormecimiento fortuito,
un conjunto infinito
que, desde que te vi, se ha vuelto mi favorito.
Así que sí, no sé cómo explicarlo,
porque me pasa hasta cuando voy caminando,
o comiendo, o riendo, o jugando.
Presiento que me sucede eso que dice la gente:
cuando te encuentran distraído
y abstraído del ambiente.
No quiero suponer, pero ya me estoy asustando severamente...
No puede ser que esta atrofia repentina
me limite tanto el subconsciente.
No sé si es miedo genuino lo que estoy manifestando,
porque no puede ser eso, ni jugando.
No... a mí no.
No puede ser que yo me esté enamorando.
----------------------------------------------------------------------------------- #DV
Este poema tiene derecho de autor
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