El Nacimiento de un Monstruo

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¡𝘽𝙞𝙚𝙣𝙫𝙚𝙣𝙞𝙙𝙤 𝙆𝙤𝙪𝙨𝙚𝙞𝙞𝙣!

Te estábamos esperando.

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↻O8/O6/2O21

×Your Lung, Amino.

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21頭のモンスター

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﹙﹙ :u7981: ﹚﹚⇆ :: ヤクザ :: ⇆︿̌︿̌ 𖠇

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⋯⋮⋯⋮⋯⋮ ↳ ❛Introducción❜ ︿̌︿̌︿̌︿̌︿̌︿̌. 𖠇

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𖠎•-¡Mucho gusto! Soy Vlady, la mascota

𖠎•-de este bonito team, el M21C.

𖠎•-Hoy traemos la historia de origen de

𖠎•-la gang

𖠎•- ¿Quieres escucharla?

𖠇-¡Empecemos! ︿ⵓ︿ᤤ︿ⵓ︿ᤤ︿ⵓ︿ᤤ︿ⵓ︿

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El Nacimiento de un Monstruo

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Una noche, a horas más cercanas de la madrugada que de la tarde, el izakaya Nekota se alistaba para cerrar sus puertas después de una buena jornada de trabajo. Pero, en su interior, contrario al vacío y silencio que se esperaría, abundaban las risas y conversaciones enérgicas.

En la barra principal del restaurante, un joven rubio y una chica pelirroja se encontraban cenando y conversando agustamente.

Hoy fue un gran día, muchos clientes satisfechos como siempre - dijo Chisai, mientras comía un ramen de res.

Si, me alegra poder mantener este restaurante como se merece, por la tradición familiar y todo eso - respondió Kesshuu, feliz.

Jaja, si, haces un buen trabajo, Kesshuu… Hablando de familia, ¿ustedes si que son unidos, eh..? - La joven miró hacia las mesas donde se encontraban, por un lado, Mura y Hanamaru riendo a carcajadas mientras terminaban su cena, y por otro, Amai y Akemi conversando amenamente, con unas tazas de té.

¿Está celosa de que me lleve bien con tantas chicas?.

Ni idea de que hablas; sólo me preguntaba cómo llegaron a ser tan familiares entre sí, además de cómo consiguieron dominar Kabukicho ustedes cinco.

Pues es una larga historia…

Tenemos tiempo.

Bien… tu ganas, te contaré:

En un inicio nosotros no nos llevábamos del todo bien, apenas nos habíamos conocido por algunas semanas y los roces y discusiones no escaseaban.

Teníamos toda la intención de hacer realidad nuestros planes de formar una pandilla, pero realmente no teníamos territorio para trabajar. En ese entonces, Kabukicho era dominado por un clan yakuza muy conocido, y nosotros éramos apenas cinco novatos.

Una tarde, los cinco nos reunimos aquí, en el izakaya, para decidir que haríamos para convertir el “proyecto” en una realidad. Hablamos de los clanes yakuza más poderosos, con quienes podríamos negociar, con quienes no debíamos meternos, las reglas bajo las cuales trabajaríamos y todos los pormenores necesarios para crear a la M21C; pero aún nos faltaba lo más importante, un territorio al cual llamar nuestro.

Al final termine proponiendo hablar con el clan a cargo de Kabukicho, el clan Yamagawa, para pedir autorización del Kashira y trabajar sin provocar que nos corten los dedos en el proceso. La respuesta de los chicos fue bastante mixta, Mura quería pelear contra los yakuza de la zona y hacernos un lugar por la fuerza, mientras que Amai concordaba en que lo más sensato para nosotros era el diálogo y la negociación.

Sólo recuerdo que Mura decía algo como:

“Vamos y le pateamos el trasero a esos tipos, ganarnos el territorio a la vieja escuela”

Mientras que Amai mencionó algo de no meterse en la boca del lobo, que la verdad Mura no escucho.

Al día siguiente, nos dirigimos a la morada del clan yakuza que controla Kabukicho; los Yamagawa. Ahí dentro, nos encontramos con su kashira, el señor Iwata. Por su apariencia, era fácil darse cuenta de por qué tenía bajo su dominio este barrio, sin duda era y es uno de los yakuzas más peligrosos de Tokio.

El hombre nos recibió de una manera formal y educada, como te esperarías que fuera una reunión de negocios, pero al poco de iniciar la conversación nos dimos cuenta de que su actitud era bastante renuente. No solo era obvio que el maldito viejo veía con malos ojos que la mayor parte del grupo esté formado por mujeres, sino que también no confiaba en nosotros por ser jóvenes; aun así, le doy crédito al hecho de que no le importó si éramos humanos o neohumanos.

Al final, nada de lo que le ofrecimos y ninguno de los argumentos que le dimos fue suficiente para convencerlo, después de todo, Kabukicho era una gran entrada de dinero que él no estaba dispuesto a ceder, ni siquiera por el favor que tenía al apellido Chihara.

No nos quedó más remedio que tragarnos el orgullo y retirarnos del lugar con las manos vacías. Me sentí muy molesto, tanto que me hubiera encantado hacer lo que sugirió Mura, pero lo más probable es que ellos nos hubieran terminado matando.

Pero lo divertido de la vida es que a veces la diosa de la fortuna te sonríe mientras le escupe a otros en la cara, jaja; pues veras, después de que pasaron algunos días, la oportunidad que necesitábamos tocó a nuestra puerta. Estaba circulando el rumor de que la pequeña hija de Yamagawa Iwata había sido secuestrada por un clan yakuza enemigo, se decía incluso que fue alguna de las mafias más nefastas de Japón.

Era el momento de volver a negociar con ese viejo, por lo que no perdimos nada de tiempo en regresar a esa casa para hablar otra vez con Iwata; esta vez sin formalidades ni citas previas.

El anciano al final aceptó, pero nos dejó en claro que aún así sus hombres seguirían buscando a la niña, por lo que, ciertamente, teníamos que trabajar contra el tiempo. Sabía que necesitaba usar todo recurso disponible, busque informantes, cobre favores y todo cuanto estuvo a nuestro alcance.

Al final, quien nos dio la pista del camino que buscábamos hallar fue Lysha, en ese entonces, ella era solo una informante más, pero te aseguro que se ganó nuestro aprecio cuando nos dijo, de propio testimonio:

“Oh, a quienes buscan son los hombres de la pandilla Onisawa, estoy segura que los vi llevar provisiones que servirán más para una niña que para un grupo de hombres adultos, directamente a la mansión del gran jefe de su clan; y que yo sepa, él no tiene hijas ”.

Era una coincidencia demasiado conveniente como para no sospechar de ella, además, era la única pista a la que podíamos aferrarnos.

El Oyabun de los Onisawa, es decir, el líder principal de esta familia, vivía en una antigua e inmensa mansión oriental, la parte buena es que su esposa lo había dejado hace un par de años y sus hijos eran hombres adultos, así que no heriríamos a inocentes, la parte mala es que al ser la casa principal del clan, sabiamos que estaria sumamente resguardada y llena de yakuzas en todo momento.

Amai fue muy astuta y sugirió escabullirnos a través de la entrada de la servidumbre y esperar hasta el cambio de guardias, que seguramente estarían vigilando a la pequeña rehén. No me fue extraño que ella supiera todos estos datos, puesto que asumí, que se habría dado cuenta de estas cosas, gracias a, digamos… su antigua ocupación.

Decidimos actuar de día, además de que no teníamos tiempo que perder, en las mañanas la gente suele estar menos atenta que en la noche. Entrar disfrazados de empleados fue fácil, la parte difícil fue lograr convencer a Mura de contenerse, en ese entonces era mucho más impulsiva de lo que es ahora, y no es poco decir.

Como había crecido en una “mansión yakuza”, fue relativamente fácil para mi guiarlos por la casa; sabía que el lugar más apropiado para los rehenes eran aquellas clásicas celdas en el subsuelo, esas que los clanes usaban en la antigüedad para arreglar sus asuntos sucios. Logramos divisar la entrada al subsuelo, fácilmente distinguible por los dos hombres vigilando; afortunadamente no esperamos demasiado antes del dichoso cambio de guardia, quince minutos de espacio para sacar a la niña y largarnos antes de que el siguiente grupo de guardias notara su ausencia.

Bajamos con cautela, por si había más hombres en el piso de abajo, pero solo encontramos a la niña recostada en el interior de una de las celdas del lugar. Mura forzó la cerradura de los candados con el filo de sus garras, y Hanamaru creó una pequeña réplica de la niña con raíces; por si, tal vez, este pequeño truco nos hacía ganar un poco más de tiempo.

Salimos rápidamente del subsuelo, siguiendo los caminos que los fantasmas de Akemi habían indicado como despejados, pero éramos mucho más lentos ahora que debíamos cargar el peso de una niña de ocho años. Por lo que al final, en cierto tramo de nuestra ruta de escape, apareció uno de los hombres de Onisawa; claramente lo más lógico hubiera sido tomar otro camino un poco más largo, pero salir sin ser notados, aun asi, Mura no obedeció mis órdenes, creyendo que noquearlo y seguir por nuestra ruta seria mas facil.

Creo que no hace falta que te diga que aquel guardia no cayó en silencio, después de alertarlo a él, el  resto fue como una cadena de dominó. En cuestión de segundos toda salida factible había sido cerrada o rodeada por un montón de hombres, tuvimos que abrirnos paso por las malas; no te daré tantos detalles de esa pelea, pero te diré que los chicos demostraron ser huesos duros de roer.

Finalmente, Hanamaru logró abrir un boquete en un muro trasero, ya que consiguió romperlo con un árbol gigante, pero en ese momento, ya que ella estaba concentrada utilizando su poder, fue alcanzada por una bala justo en la cabeza. Sin detenerme a pensar le di la niña a Amai, cargue a Hanamaru en mis brazos y salimos del lugar gracias a que Akemi y Mura nos cubrieron las espaldas; pero yo estaba en pánico, Hanamaru sangraba demasiado y la hija de Yamagawa no paraba de llorar.

En el camino de vuelta, solo se escuchaba el llanto de la niña y el sonido de mi sangre goteando sobre la herida de Hanamaru para intentar detener su propio sangrado. Gracias a que estábamos utilizando uno de los autos del viejo Yamagawa, no tardamos en llegar hasta él, dejar a la niña y regresar al izakaya los cinco.

Afortunadamente para cuando llegamos, Asahi ya estaba en el lugar, yo la había llamado en el camino, y resultó ser que aquella bala sólo había rozado a Hanamaru en la cabeza; el cuero cabelludo sangra mucho, ¿sabes?, pero la herida en realidad no era nada grave.

Claro está, en ese momento yo aún estaba cegado por la ira y la frustración, por lo que no tardé en recriminarle a los chicos él como su falta de disciplina casi nos había costado la vida de un miembro del equipo.

“¡¿En que mierda estaban pensando?!, quieren ser yakuzas pero ni siquiera seguir una puta orden pueden. Casi perdemos a Hanamaru allí, son unos jodidos incompetentes”.

Pero las palabras de Mura, me devolvieron a mis sentidos y llegaron hasta mi corazón, porque sabía que era la verdad.

“¡Si fueras un mejor líder esto nunca hubiera sucedido!”

En ese momento me negué a reconocerlo así que seguimos discutiendo y la intensidad de la pelea escaló, hasta que finalmente no puedo soportarlo más. Mura amenazó con abandonar la pandilla y se fue del lugar mientras me daba una última mirada llena de decepción al marcharse.

Siguiendo a Mura, Akemi se quejó de mis sermones, y se fue del izakaya agitando su mano en señal de cansancio mientras seguía su camino, y antes de que me diera cuenta, incluso Amai se había marchado sin decir nada, fue un momento sumamente amargo.

Pasaron unos días, en los cuales seguí viendo por el bienestar de Hanamaru, hasta que finalmente se recuperó. Ella no estaba para nada molesta, aunque yo seguía resentido.

Hanamaru me aseguro que los chicos habían dado lo mejor de sí y que solo era cuestión de tiempo para que nos adaptáramos a funcionar como equipo. Fue gracias a la serenidad que mantuvimos durante esa plática, que me hizo entender que yo realmente necesitaba mejorar como líder también; así que, tomé la decisión de reunirlos a todos de nuevo, pero cuando me decidía a salir del local, me di cuenta de que los tres estaban justo fuera del izakaya.

Mura parecía haber querido tomar la iniciativa de tocar la puerta del restaurante, ya que me la encontré más cerca y con una mano alzada. Tanto ella como Akemi tenían el ceño fruncido, aunque expresaban emociones diferentes, mientras una estaba decidida, el otro se veía, a mi parecer, molesto.

La tercera, Amai, estaba con su sonrisa de siempre; en el momento en el que hice acto de presencia, sus ojos se posaron en mí, igual que los del resto. Hanamaru estaba detrás mío, ilusionada con la repentina aparición del resto del equipo; y no voy a mentirte, yo me sentía casi igual, aunque no iba a demostrarlo, obviamente.

La verdad es que en un inicio nadie sabía qué decir, fue bastante incómodo. ¿Cómo no iba a serlo si la última vez que nos vimos les había gritado y recriminado por sus errores sin tacto alguno?.

Mura, quién no parecía saber cómo formular las palabras que tenía en mente, se me quedó viendo unos minutos, los otros dos igualmente en silencio. Aunque Akemi soltaba pequeños bufidos, como si estuviese siendo regañado, aunque aún no le había dirigido palabra alguna.

Quien primero habló fue Mura, fue bastante sincera y explicó cómo Atsushi, su viejo amigo, había sido su voz de la razón y le había ayudado a darse cuenta de que no había manejado las cosas de la mejor manera. Al final terminó por decirnos que no abandonaría la pandilla, porque sabía cómo se sentía ser abandonada por sus propios camaradas.

Si te lo preguntas, hasta ese punto de la historia, ella ya me había contado lo que había pasado con su antiguo grupo, Snake Eye. Aunque claro, sin importar cuanto explique, sólo puedo intentar entender un poco sus sentimientos, nada más.

Como sea, aquellas palabras se sintieron genuinas y fueron de gran valor para mi; ella fue de las primeras en depositar su total confianza en la Gang, y sobretodo, en mí, y creo que ella supo entender lo mucho que eso significó.

Después de ella, Akemi se disculpó, motivado por las demás más que por el mismo; aun así, parecía un niño pequeño tratando de resarcir su error, de una forma caprichosa pero tierna.

Entonces, una tercera voz se hizo notar, la única que no había hablado en ningún momento, incluso durante la pelea. Amai no se acercó, pero tampoco parecía con intenciones de abandonar el lugar.

Ella… Básicamente me dio un sermón, la verdad fue bastante pasivo agresiva, pero al final fue bastante comprensiva y amable. Para cuando terminó de reprenderme, sus palabras se sentían dulces y cálidas; no soy capaz de descifrar si fueron porque ella fue muy elocuente y elegante, o porque salieron desde lo más profundo de su corazón, pero sin duda se sintieron como un alivio.

Una vez que Amai dejó de hablar, Hana salió de detrás mío para abrazar a los tres chicos y fue bien recibida, creo yo, recuerdo bien que ella lloraba de felicidad. Yo no me uní al abrazo grupal, ya me sentía muy avergonzado como para meterme a hacer alguna cursilería como esa, solo sonreí junto al resto.

Mi manera de disculparme fue invitarlos a comer, o más bien, a qué cocinemos el almuerzo juntos; pero sabes, realmente fue muy divertido.

Y así fue nuestra primera y caótica misión juntos, después de eso, trabajamos mejor y nos unimos como equipo.

¡Wow! ¡Qué emocionante! - Chisai aplaudió a Kesshuu ni bien concluyó con su narración - Una hermosa historia de origen, los cinco juntos. Y al final llegaron tan lejos.

Increíble, ¿no lo crees? - el rubio sonrió de vuelta - Ya con algo de territorio, el resto de cosas se fueron volviendo más fáciles, al punto en el que aprendimos a combinar bien entre nosotros. De esa forma, nos hicimos lo suficientemente conocidos como para que otros grupos yakuza nos pidieran ayuda o incluso nos llamaran directamente a negociar con ellos.

Quién diría que las cosas terminarían así, ¿no?.

Kesshuu iba a contestar, de no ser por la llamada de otro miembro, había surgido otra misión.

Oh… yo quería hablar más contigo - se quejó Chisai.

Qué remedio, será para otra ocasión.

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¡Muchas gracias por leer!

Esperamos que la historia haya sido de su agrado (◕દ◕)

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