Prólogo
(Darío entra)
Darío: (Arrodillado) Oh, pues ódiame, Orus, pero escucha mis plegarias, deshazte del destino que me carcome en una mirada.
No sea mi brillo que irradia, pues, de mi patria seré abandonado.
Y de mi arte ya no seré apreciado. Maldito día donde se me ha confiado; un sinfín de amanecer escaseado, una tormenta que me ha inundado.
Ya no seré partícipe en la cama de mi amada
Por haber yacido en la de un amado
Que ni siquiera era mío. No merezco más allá que solo un ser que me escuche; mi vida ya parece una condena.
Déjame rememorar las palabras de mi futura esposa: "merece ser ejecutado". No me arrepiento de eso, pero sí de su muerte, porque gracias a esta, mi día a día es como una maldición tras otra. ¿Habrá sido su vida tan importante?
Episodio I
Escena I
(La prometida de Darío, Margaret, entra y deja platos en la mesa)
Darío: Escúchame, cielo, entre mi carne y la suya cayó un desespero. Se intentó disculpar mil veces a mí, mas estoy condenado... ¿a mi vida?
Margaret: ¿¡Condenado a tu vida!? ¡Un degenerado que turbó a mi prometido no se le debe tener piedad, según sus actos, ya pagó, mas no pagó el que su cuerpo debió haber sido comido por aves y perros, mereció algo peor, pero tuvo la suerte de que se suicidó! ¡Maldito astuto, ya va a sufrir peor en el Hades!
Darío: Bueno, quizás tienes razón, no debería tenerle piedad.
Margaret: ¡Pues claro que no! ¡Jamás, jamás, pero en parte, es tu culpa! ¡¿Por qué tomaste esa noche, como un buitre insaciable?!
Darío: Pero...
Margaret: ¡Cállate, no mereces mi perdón, estoy cansada de recordar lo que hiciste, fingiendo que no sé nada, fingiendo que te perdono!
(Margaret, enfadada, le tira el plato)
Escena II
(Darío inconsciente, desmayado)
Margaret: (Llorando) ¡Amor, despierta, por favor, era mentira, no quise hacerte esto! (Llora más fuerte)
Doctor: Estará bien, la loza cortó una parte en su cabeza, le hizo sangrar mucho. No debería ser así con él, ningún hombre ni mujer tiene derecho de lastimar ”sin querer".
Margaret: ¿¡Por quién me toma!? ¡Mejor no me vuelva a tratar de esa manera!
Episodio II
Escena I
(Darío, con su cabeza vendada se sienta en una banca)
Darío: (Para sí) Orus, escucha a este cuerpo perdido, en un vaivén mi futuro estará a medida que el de Paolo. En un pestañeo, mi maldición empeorará...
Señora que iba pasando: ¡Si usted es Darío!, ¡qué gusto verle!
(Darío se alegra por un momento)
Señora: ¡Que gusto verle para decirle que es un atrevido, no merece un lugar aquí, es como si fuese un burgués vagabundo, usando a su esposa de mucama y acostándose con hombres!
Darío: Señora, mi prometida se ofreció a reemplazar a las mucamas, está celosa de hombres y mujeres.
Señora: ¡Usted sí que miente, Margaret ya me contó todo; que la usa como una apariencia, como un decorado para ocultar su verdadera naturaleza!
(Darío se muestra confundido y triste)
Escena II
Darío: (Desperanzado) Ya no merezco nada, ni un lugar en el mundo, ni un lugar en la cama, ¿por qué me emborrachas?
Margaret: (Coqueta) ¡Anda, cariño, yo solo deseo estar contigo pegada a ti esta noche!
(Darío la aparta)
Darío: No ahora...
Margaret: ¡¿Ya no me amas?!
Darío: ¡No, no quiero seguir esta tortura a tu lado!
Margaret: ¿¡Es porque extrañas a ese desgraciado, verdad!?
Darío: Solo espero que esta vez sea la última vez que te grite (...)
Margaret: ¡Así que ya te empezaste a dar cuenta!
Darío: (...) que sea la última porque espero no volver a verte...
(Darío se va enojado y Margaret grita enfurecida)
Escena III
Darío: (Al público) Quisiera simplemente saber, ¿por qué mi esposa finge tenerme compasión?, cuando en realidad me reprocha, me insulta y habla mal de mí. Miente sobre mí.
En un eterno linaje, un montaje que finge
Le dije mil y un cosas las siguientes noches,
Y en cada palabra intentó pegarme
Construimos una casa fría, dónde la pasión se tiró por la terraza, dónde el amor abrió la ventana y voló, dónde las palabras de cariño abrieron la puerta y por orden alfabético se fueron. Todas se mudaron. A simple vista, soy un ciego enamorado
Mas estoy encadenado
¿Será que Paolo me pasó su maldición?
Volví a la vieja casa de un difunto
Leí todos sus conjuntos
Que extrañamente no fueron quemados;
¿Será que Paolo ya fue olvidado?
Sus poemas de amor a mí
¿Podré ser yo, en los recuerdos de los demás, un discapacitado estando vivo?
¿O tendré que morir para hacerme un banal tipo?
Después de tanto tiempo
Me di cuenta que la única maldición que tuve;
Es la gente que te reprocha por los errores y te culpa; siendo la víctima de tus propios ojos y derroche de tu propio cuerpo...
Y quien realmente me tuvo compasión, quizás, estuvo sin, yo, haber estado en mis sentidos.
![Tardío, desafortunado (Obra de teatro)-[IC]Prólogo
(Darío entra)
Darío: (Arrodillado) Oh, pues ódiame, Orus, pero escucha mi](https://image.staticox.com/?url=http%3A%2F%2Fpm1.aminoapps.programascracks.com%2F9400%2F3e340c90a7bc4da144922f99481c1d1330e54e64r1-525-768_hq.jpg)
Comments (3)
Cuando me dí cuenta de que es una continuación me quedé 🤯
¡Conmigo siempre habrán cuestiones inesperadas!
Está muy mal escrito, tenerme compasión!