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ＫＩＥＦＥＲ      ＩＳＬＥＩＦ

—"Lᴀ ɴɪᴇᴠᴇ; ᴄᴜᴀʟ ᴍᴀɴᴛᴏ sɪʟᴇɴᴄɪᴏsᴏ, ᴀᴄᴜɴᴀ ᴍɪs ʜᴇʀɪᴅᴀs, ʏ ᴇɴ sᴜ ᴍᴀɴᴛᴏ ᴘɪᴀᴅᴏsᴏ ᴀᴄᴜɴᴀ ᴍɪ ᴅᴏʟᴏʀ. Lᴀ sᴀʟᴠᴀᴊᴇ ᴍɪʀᴀᴅᴀ ᴅᴇ ʟᴀs sᴏᴍʙʀᴀs ᴀᴛʀᴀᴠɪᴇsᴀɴ ᴍɪ sᴇ́ʀ; ᴄᴏᴍᴏ sɪ ᴜɴ ᴘᴇᴄᴀᴅᴏ ᴛᴇʀʀɪʙʟᴇ, ᴍᴇ ᴀᴛᴀʀᴀ ᴄᴏɴ sᴜs ʜɪᴇʀʀᴏs ᴀ ʟᴀ ɴᴏᴄʜᴇ. Sᴏʙʀᴇ ᴍɪs ʜᴏᴍʙʀᴏs ᴇʟ ᴅᴇsᴛɪɴᴏ ᴅᴇ ᴛᴇɴᴇʀ ϙᴜᴇ ᴅᴇsᴛᴇʀʀᴀʀ ʟᴀ ᴏsᴄᴜʀɪᴅᴀᴅ ᴅᴇʟ ᴍᴜɴᴅᴏ ᴄᴀʀɢᴏ. Mᴀs sɪ ᴇʟ ᴍᴀ́s ɴᴏʙʟᴇ ɢᴜᴀʀᴅɪᴀ́ ɴᴏ ᴘᴜᴅᴏ, ¿Qᴜᴇ́ ᴇsᴘᴇʀᴀɴᴢᴀs ᴍᴇ ᴇsᴘᴇʀᴀɴ? Nᴏ ʟᴏ ᴘᴜᴇᴅᴏ sᴏᴘᴏʀᴛᴀʀ, ʙʀɪɴᴅᴀᴍᴇ ᴛᴜ ʟᴜᴢ ʏ ɴᴏ ᴍᴇ ᴅᴇsᴀᴍᴘᴀʀᴇs, Kᴀᴛʜᴇʀɪɴᴇ..."—

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PARTE DE SU HISTORIA

Nació en una humilde casa, donde en cada rincón guardaba secretos. Creció envuelto en un manto de sobreprotección, como una reliquia frágil que sus cercanos temían lastimar.

Su madre y hermana eran sus guardianes más leales, aunque sus intenciones eran buenas hacían que el menor dudará sobre la seguridad de su propia vida. Estaba Katherine —la niñera que más que cuidarlo parecía vigilar cada uno de sus movimientos—. La comida siempre estaba servida en la mesa, las ropas siempre limpias. A pesar de tener una vida cómoda, había algo más, una niebla espesa llena de misterios que flotaba en el aire.

Los niños del pueblo lo miraban de reojo; las madres apartaban a sus hijos cuando él pasaba, como si fuera portador de alguna maldición contagiosa. Kiefer en su inocencia, lo atribuía todo a un exceso de cariño, sin poder comprender el veneno que había en sus acciones.

Los años pasaron, la burbuja donde lo habían mantenido comenzaba a agrietarse. Su curiosidad despertó y estaba hambriento por respuestas.

Un día, a sus 70 años, se armo de valor y le exigió una respuesta a su madre:

—"Querida madre..."—Su voz tembló ante el miedo de lo que su pregunta podría ocasionar — "¿Quién es mi padre? ¿Es acaso escarcha, como el padre de mi hermana?"

El rostro de la madre mostró horror ante aquello dicho. Lo único que hubo en el aire fue un asfixiante y denso silencio por un largo periodo de tiempo. Distraido en sus pensamientos, se dio cuenta tarde del veneno que su madre había derramado en sus pequeños ojos. No había nadie en aquel momento que lo ayudase, y al ser tan pequeño no tenía la fuerza para revelarse contra aquella autoridad.

Nunca más volvió a preguntar sobre el tema, comprendio que a su progenitora no le gustaba aquel hombre que los abandono. Sentía que, al ser el hijo de un posible mal hombre, el también lo era. Por lo que, comenzó a odiar características de su ser que no fueran como las de su madre.

Pasados alrededor de unos 30 años, la noticia de que los Reyes fallecieron se esparció como las algas. El reino se sacudió en fuertes revueltas en busca de respuestas, los ciudadanos invadieron la entrada del castillo esperando alguna noticia de lo acontecido. Sin embargo, fueron forzados a abandonar el lugar.

Desde el momento en que Natasha Victrix asumio el rol de gobernante, las reservas de alimentos del reino; bajaron en grandes cantidades de un momento a otro, y con ello la hambruna tocó la puerta de todos los habitantes. Isleif recuerda con mucho detalle, el como por la falta de comida, su madre se arrancaba su propia carne para poder darle de comer y también a su hermana.

—"Madre amada, esta noche no me apetece ensuciar el diente." — Dijo Kiefer, intentando convencer a su madre de no darle de comer.—

Marybel — Su madre— lo miró con una mirada entristecida. Hace mucho se había dado cuenta, que su querido hijo, la había visto preparar el alimento con su propio cuerpo.

—"Esta bien, mi cielo." —Hablo dulcemente— "En ese caso, solo le daré algo a tu hermana, para que le de a sus niños." —Sus palabras le pesaron, sabía que Kiefer le había mentido, y le dolía no darle algo para llenar su estómago.

Katherine —su antigua niñera— seguía cuidando de él, debes en cuando, pasaba por la casa a dar algas secas e insípidas, que con tanto esfuerzo le costaba encontrar. Cada que ella salía a buscar algo para no quedar hasta los huesos por la inmensa hambre; Kiefer cuidaba a los hijos de la susodicha. Si tenían suerte una polilla fresca o una deliciosa lombriz estarían servidos; si no contaban con esa suerte, comerían algas viejas o dormirian con hambre.

La falta de medicación llevó a muchos Alō hacia la muerte. Kiefer no tuvo la oportunidad de despedirse de su querida abuela que por ello en escarcha se convirtió.

Fueron 10 años donde todos estuvieron llenos de desesperación, en donde la Reina sólo se reía en su trono por la situación en la que estaba su reino.

Los Alō se cansaron; muchos habían fallecidos y todo era entretenimiento para el Rey. En gran manada fueron a protestar por la falta de compasión que tenían los altos mandos. Por lo que, la ira de la reina, cual bestia salvaje, arremetió contra todos usando el poder del Khrustallum.

Intentaban correr fuera del alcance del ataque, algunos lo lograron, pero no todos tuvieron la misma suerte y fallecieron por las fauces de la bestia. Kiefer recuerda como intentaba buscar a sus familiares en todo el revuelo, por más que gritaba sus nombres no los encontraba. La tormenta de nieve no ayudaba mucho en la búsqueda, y el olor de la dulce sangre llenando sus fosas nasales tampoco ayudaba.

Corriendo de forma desesperada, mientras intentaba esquivar a los ciudadanos, llegó sin darse cuenta al lugar donde se encontraba Katherine.

—"¡Katherine!"— Grito con desespero, intentando llamar la atención de la mayor— "¡Me alegra mucho encontrarte!, ¿estás bien? ¿sabes donde está mi familia?"—

Katherine lo miro con terror para luego gritar —"¡Corre!" — fue lo que escucho el menor, antes de ser enviado a volar lejos.

Su cuerpo se estrello con unos escombros; el fuerte golpe lo dejo desorientado, su mirada se nubló y dejó de escuchar correctamente. Si anteriormente había ahogado sus ganas de llorar, esta vez no pudo, se sentía tan frustrado de que la suerte no estuviera de su lado y de no poder ayudar en algo.

Alzo su cabeza para intentar encontrar a Katherine; su vista nublada no lo dejaba distinguir lo que tenía en frente, pero sabía que su antigua niñera estaba luchando contra la reina. Sin previo aviso y sin poder recuperarse del anterior golpe; los escombros que estaban inestables le cayeron encima, enterrando su ser. Quedo en la inconsciencia por culpa del agotamiento y el fuerte golpe.

No recuerda lo que paso después de ello, solo zumbidos que le irritaban sus orejas y el dolor de cómo le arrancaban sus colas. Al momento de recobrar el conocimiento lo primero que lleno su mirada fue la figura de su hermana —Sosteniendo el brazalete de metal que le pertenecía a su madre.—

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Datos

Kiefer anteriormente contaba con 6 colas, pero debido a que los escombros cayeron sobre el; Katherine estaba demasiado desesperada porque no le podía hacer frente a Natasha, por lo que, lo desenterro de los escombros sin mucho cuidado. Por lo que perdió, parte de una de sus antenas, tres de sus colas y parte de dos.

Su padre sello sus poderes, debido a ello, tiene un desarrollo más lento que el resto de Alōbranch y mayor esperanza de vida.

Su planeta tiene 27 meses y cada mes cuenta con 50 días; por lo que en años de la tierra, kiefer tendría aproximadamente 400 años.

Como fue muy sobreprotegido no sabia como actuar en momentos de alta presión.

Como su madre infecto dos de sus ojos, tiene cierta ceguera en ellos.

Es el único entre todos los Alō en ser (casi) de raza pura.

Esta es parte de su historia, de antes y a comienzos de el ataque de Natasha Victrix Regnatrix.

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(Esta ilustración no la realice yo, la hizo una amiga a la que llamó Gury)

(Tengo flojera de hacerle una ilustración completa Jsjsjs)