◦♡|| A Painful Memory (A Kid Script)

- :sunny: - ｗｅｌｃｏｍｅ ᴛᴏ мy вlog - :partly_sunny: -

Bienvenides a este blog, uno cuyo motivo de tardanza se debe a que en mitad del proceso creativo me quede sin inspiración y por poco no llego a competir contra aquellos que estén presentes por aquí. Me siento mal porque siempre que participo en concurso parezco tener menos tiempo para hacer otros escritos o pierdo el entusiasmo por un tiempo para hacer más... pero sobreviviré~

-le pegan-

Bueno, el concurso trata de alegrar a un personaje cosa no muy complicada porque manejo a la perfección personajes deprimidos como Grillby, Sans o Mettaton así que cualquiera de esos tres esta... - ve que le toco Monster Kid. Arroja todos los guiones con los anteriores personajes - Bueno, de vuelta a la madriguera mía llamada casa a intentar no salir de ahí por mucho tiempo. Mientras tanto disfruten, que la misión de hacer algo para la cosa más tierna del subsuelo es complicada, en especial si debe tratar con sus problemas depresivos.

◦Nombre: A Painful Memory

◦Personajes: Monster Kid, Frisk, Toriel. Algunos otros (??

◦Cantidad: 4671 palabras

◦Evento más reciente: Juicio Al Rey De Los Monstruos

◦Evento más lejano: Liberación De Los Monstruos.

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La vida cotidiana en la superficie era innovadora para los más jóvenes monstruos, que se aventuraron afuera de aquella montaña gigante. Nadie negaría el avance que eso trajo, las malas noticias que vinieron seguidas de unas que resultaban, por lo pronto, esperanzadoras para el futuro que ambas razas ya habían planeado. Un tiempo guiado ya no por el rey Asgore —aunque por supuesto que este haría todo en su poder para mejorar todo lo que pasase— sino por la mano de cada monstruo viviente. Algunos lo llamaron un regreso a las antiguas costumbres, de un tiempo incluso más lejano que los reyes con tronos dorados mientras derrotaban dragones, un pasado tan remoto como fantasioso que lograba el crecimiento de la imaginación de los oyentes.

La guerra no fue aquello que más mato a ambas razas, sino la desconfianza que hubo hacia las fuerzas mayores que pretendían aun liderarlos, ademas de las perdidas sufridas por enfermedades insistía la voz de la mujer, en un pésimo esfuerzo por intentar que la clase que había ido con ella se concentrarse en algo que en las típicas charlas adolescentes que, con el tiempo, hacían que la concentración o la pasión de los adultos fuese arrojada por la ventana con rapidez. Aunque en menor medida que la resta de sus compañeros, el monstruo de color amarillo se encontraba perdido en sus propios pensamientos mientras observaba los labios rosadas de su profesora moverse, sacando palabras que no escuchaba y saliva que no veía pero sabía era expulsada por la boca de la mujer.

El crecido Kid se mostraba más pasivo que cualquier otro presente, vistiendo con el mismo suéter amarillo de rayas marrones que ocultaban cualquier brazo que posiblemente tuviese para protegerlos del frío. Contrario a cuando era joven su hocico se había estirado levemente, las garras visibles en sus pies se alargaron al punto de que la posibilidad de tener unos zapatos era una que nadie deseaba experimentar y las aletas detrás de su cabeza se habían mantenido igual, una de las pocas cosas que se mantenía del cuerpo antiguo que el monstruo tenía. Con pocas más diferencias que similitudes al cuerpo infante que antes poseía, Kid suspiro al verse perdido en los recuerdos de la niñez que le pertenecía, con cierta orgullosa guerrera bramando al unísono de los golpes dados por ella misma en su armadura. Si, una lejana vida.

Vida que, pese a dejada en su mente como un recuerdo, volvía a esta con la facilidad de las ruedas de un tren golpeando los raíles. Algo fresco como el aroma del río chocando contra las paredes rocosas, el eco lejano de las celestes flores repitiendo aquellas peticiones dadas por los monstruos... aun incluso llegaba recordar, ya más atrás en su memoria, el recuerdo cálido de un fuego rodeado por ladrillos rojos, encima de este unos calcetines verdes. La voz suave de una mujer llamándole con el olor a galletas, sus sollozos al caer cuando tropezó con la alfombra, los quejidos de su padre cuando le cargaba con su mandíbula. Kid amaba ese recuerdo, la calidez y fragilidad que sentía eran indescriptibles, eran gigantesco el amor que veía en aquellas sonrisas.

Los rostros serenos se deformaban en sombras negras. La cara calmada de Kid comenzaba a arrugarse viendo como se retiraban. Venga pequeño, tú puedes, le decían con un tono que sonaba más distante aun que la posición en la que se encontraba en ese momento. Corre pequeño, corre. No podía correr, sus pies no podían, no respondían a las ordenes que su cerebro le daba, sus pensamientos ya no los guiaba nada de su cuerpo. No nos dejes solos aquí, queremos verte. ¿Les estaría decepcionando? Se había quedado estático, quieto, con las pupilas dilatadas y un frío detrás suya.

Abrió los ojos. La luz era diferente, una solar y natural ademas de escuchar los cánticos alegres de aquellas aves que se posaban en un roble con ramas grandes, robustas, fuertes. La profesora le movió con suavidad en el césped en el que estaba, algunos compañeros seguían hablando entre ellos aunque no de aburridos temas y otros, sin embargo, se centraban más en la salud de su compañero. Aquella alta mujer de cabellos claro, de nombre Clara, suspiro notando como la vista gris de Kid se daba presente de vuelta. Nadie falta observándole, ni siquiera esa carmesí mirada que ahora tanto iraba.

Le preguntaron que le pasaba, contesto con una evasiva bastante creíble sobre un dolor de cabeza pero nada engañaba a Frisk, a su aguda vista digna de un felino observando los movimientos de un pájaro. En esos instantes no tuvo miedo porque fuese el pájaro, sino respeto por saber que un ciclo nuevo comenzaría. Una pesadilla nueva que conquistar, un humano más que vencer.

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Recibir un mensaje de algún amigo podía llegar a significar la importancia en un problema que tenían, aunque intentar averiguar que clase de problema tenía Frisk era algo que solía escapar bastante del pensamiento adolescente suyo que, aunque no puro, se mantenía inocente. Cuando toda la conmoción por el desmayo se desvaneció como aire expulsado por su boca, Frisk se quedo alejado del resto e incluso aparto a Kid del rebaño, queriendo entregarle un mensaje secreto digno de un juego peligroso de espías. Incluso con el pasar del tiempo, con tantas enseñanzas y golpes, el niño serio que conoció había sido convertido en alguien infantil sin remedio y eso algunas veces le sacaba de quicio... luego entendía que la razón del porque ambos se querían tanto debían ser por las similitudes entre ambos.

“Quiero que vengas a mi casa mañana, luego de clases.”

Esas palabras se desplazaron en el aire con la rapidez de una bala, chocando en sus oídos y dejando que su cerebro procesase la información recibida. Una extraña sensación era aquella que el infante sentía en su interior, la sensación de algo que pensaba había ocultado desde que conocía bien al humano de ojos carmesí, pero algunas veces cuando aquel tono de voz se presentaba el árbol del miedo volvía a crecer, la ansiedad se intensificaba y aun así Kid itía que se encontraba estable con aquel humano que tantos amargos recuerdos le traía. No, decir que odiaba al humano sería negar el leve cambio que había tenido, el desarrollo como persona, la poca pero visible madurez. Con eso presente, ya caminando por el suelo de cemento, Kid se aventuro por la tarde a las calles primaverales de aquel vecindario humilde.

Decir que era humilde era decir poco en comparación al hogar donde el niño residía, en uno de aquellos altos edificios de varios pisos y distintas puertas con números dorados en las puertas azules. Los ojos grises del monstruos brillaban como el sol viendo las flores del jardín que la madre adoptiva de Frisk, aquella mujer gigante con cuernos, cuidaba con torpeza pero logrando sacar adelante las plantas. Había un buzón con algunas cartas sobresaliendo, coloreado con un potente rojo y sujetado por una madera en el suelo.

El césped era verde claro, y rodeaba a un camino de piedras que tenía la forma de una serpiente que finalizaba en un escalón pequeño hecho de piedra blanca, unos arbustos a los laterales de este y una puerta marrón de pomo dorado. El tejado era oscuro, una especie de rojo pero diferente al buzón pues era más oscuro, casi parecía un marrón. La pintura en la casa era blanca, habían dos ventanas en el piso de inferior y una en el superior, aunque el monstruo sabía por sus visitas anteriores a la casa que había otra ventana en la habitación del baño. Kid, dando lentas pisadas, se dirigía por aquel elegante camino y dejaba rienda a que su mente volviese a soltarse.

¿Cual era la necesidad de hablar con Frisk en ese momento, uno asfixiante para ambos y tan corto de plazo? De sobra entendía que aquel adolescente era incapaz de planear algo para, más adelante, tirar eso por la borda en búsqueda de mejores ideas o planes llenos de improvisaciones. De alguna forma se sentía dentro de un escenario, jugando la parte en una obra sin planeación y donde todos cambiaban de papeles para volver al que tuvieron la primera vez. Sin duda no era agradable encontrarse en el lugar de Kid, quien pensaba siempre porque aquel humano que tantas emociones le conflictiva era de esa forma tan... esporádica, infantil, temeraria.

Un frío temblor recorrió su espalda de vuelta, sintió su piel erizarse, sus músculos tensarse. Se giro pero encontró la brisa relajada que le llevaba siguiendo todo el tiempo. De nuevo aquella sensación de desesperación volvía a su persona, aquel miedo que sintió cuando el último humano, aquel que bajo al subsuelo, lo visito. No dudo un instante, pateo suavemente la puerta con ciertas dudas, unas relacionadas con aquello que el humano necesitaba.

—Oh...

La voz que se encontraba en el otro lado de la puerta era una llena de genuina sorpresa y calma, reflejaba fuerza pero una fragilidad inusual viniendo de un monstruo femenino. Kid mentiría en el primer momento que mencionase a la Ex-reina del subsuelo, Toriel, con un adjetivo relacionado al miedo en la misma oración, en la misma frase. Desde que habían salido a la superficie no tuvo muchos interés en saber como arreglar tremendo caos provocado por su esposo, incluso empeñándose en alejar al niño de ojos carmesís de este. ¿Alguien la juzgaría? No, porque según ella tenía el derecho a ser fuerte, a ser conocida como la mujer que prefiere tomar acción antes que los gestos. Ella era, según las historias que Kid oía en los libros, “La Llama Roja De La Verdad” y pretendía arder con todos sacando la verdad antes de permitirse morir sin hacer nada.

Muy posiblemente por eso fue la primera en alegrarse sabiendo que su antigua pareja, el rey de las montañas, iba a tener aquel juicio donde pagaría las consecuencias por sus acciones. Según ella existían deberes pero luego existían limites... itía que su querido rey, aunque con buenas intenciones, había pasado la linea invisible.

Si Kid no la conociese bien hubiese supuesto que aquella mujer no era la misma descrita en libros, en pergaminos. Tenía un brillo morado potente y fuerte, demostraba una vitalidad que haría hervir en celos a un joven atleta humano. No vestía el color de sus ojos, algo extraño en ella, pues había optado por un vestido rosada suave y ligero. Pareciese haberse levantado hace poco de haber dormido por como bostezo mientras observaba al adolescente. Kid no respondió, agacho la cabeza con un pequeño rubor rojizo en sus mejillas que se ocultaba a la perfección pues la figura del monstruo era, cuanto menos, atractiva, fina y lleno de elegancia. Aquel gesto levanto una risa calmada de la adulta.

—No te quedes fuera. La brisa se ha levantado, el sol no calienta y tienes suerte porque preparé un poco de pastel.—aquella alta mujer sonrió. Era alta y robusta, sus cuernos le hacían tener un mayor tamaño.—Venga querido, entra.

Acepto la invitación mansamente aunque las dudas perduraban.

El pasillo era uno ancho, lo suficiente para que dos cuerpos pudiesen desplazarse con un espacio personal considerable. Había una alfombra roja decorada con varias figuras doradas, todas las siete que habían formaban polígonos y en el centro destacaba un gigantesco rombo con el centro del rojo que la superficie tenía. A los laterales, en las paredes, se veían fotos bordeados por blanco y cuando el niño se acercó, inconscientemente mientras la curiosidad le llevaba, observo con detalle una foto simple de la familia que Frisk tenía. No supo porque en ese instante, luego de unos segundos irando esa imagen sintiendo su alma pesada. Suspiro, intento alejar esos pensamientos.

—Nos la hicimos hace unos meses atrás, cuando nuevas normas para la ayuda de monstruos fueron aprobadas. El consejo humano permitió la entrada de monstruos semanas antes, y la noticia voló rápido. Frisk estaba feliz, se le veía en su rostro.—Toriel se había posicionado a su lado. Su mirada expresaba nostalgia.—Quiso hacerse una foto, como un recuerdo de lo vivido. No se lo negué, sabes como siempre ha sido.

Claro que lo hacía, pensó el monstruo menor. Cuando ambos eran niños tiene presente el recuerdo de una pelota rosada que se encontraba ahora en las ramas de un árbol, entre estas debido a la fuerza con la que fue pateada. Un niño, Westley de apellido, se había quejado al ver la fuerza que demostró poniendo sus manos sobre la frente para verlo. Sorpresa se dibujaba en su rostro. Frisk miro igual, Kid hizo lo propio y soltó una expresión.

“Wow”

Dijo, repitiendo la única vocal presente. Frisk se acerco al árbol, pero conforme lo hacia su paso se elevaba. La magia era un tema complejo, desconocido por los humanos debido al tiempo que llevaba olvidada, pero aquel niño demostraba talento en esta rama creando escalones rojizos que elevaban su paso. Sujeto la pelota por los laterales y se hizo el mismo camino para descender, para luego jugar se vuelta.

Kid no olvidaría nada de aquella persona. De alguna extraña veía en Frisk un talento nato para la magia, no heredado sino creado. Quizás los magos solo fueron eso... aunque ahora ya nadie pueda decirlo.

—Iré a preparar algunos platos, hasta entonces agradecería si me ayudases con sacar a Frisk de su habitación.

—¿No ha salido?—dudo Kid.

—Se toma bastante enserio un desafío, y ve el aprendizaje como eso, un desafío a superar con la ventaja de aprender cosas por el camino. Honestamente me sorprende como mi niño a madurado... parece que haya vivido cientos de vidas por su mirada.

—¿Su... mirada?

—Delirios de vieja joven Kid, cuando llegues a mi edad sabrás lo que es tener alucinaciones.—el adolescente no pudo evitar sonreír con flaqueza. Toriel se percato, mira hacia arriba de las escaleras con una sonrisa. Algo sabía que Kid desconocía.—Ve a verlo, seguro lo alegras. No les molestaré, tendrán el pastel preparado aunque no esperen verme.—aquel tono de voz era suave y lleno de armonía. La mujer rio mientras se retiraba a la cocina.

El monstruo amarillo torció su rostro levemente, su sonrisa se deformó en una sonrisa no muy decidida y su constante mirada a la puerta daba la sensación de que deseaba retirarse de ese lugar cuanto antes, correr por su vida. No obstante los quince escalones que daban al segundo piso de la vivienda parecían estar vivos, deseando que los pies crecidos del adolescente los pisasen. Simplemente la posibilidad de irse desapareció considerando la falta de educación que sería eso, con la cabeza en alto, y espalda rígida pero recta comenzó su ascenso. La curiosidad era mayor, su anhelo por la verdad al aun no saber que quería Frisk con él.

Los primeros escalones fueron complicados. Kid optaba por mirar la puerta con nostalgia, preguntándose si algo entre el humano y él hubiese cambiado si, pese a estar en su casa, decidiese haber alternado su destino. Ya para el sexto aquel peso de su alma no era tan grande, decaía y permitía que su cuerpo funcionase con normalidad. El tiempo transcurrió rápido, su ascenso se completo y Kid parpadeo con sorpresa. ¿En que estaba pensando para que el tiempo pasase así de rápido? ¿En que probabilidades, factores? Observo varias puertas cerradas, solo una era aquella que más le llama la atención.

Kid no tuvo dones en la magia según Undyne, la capitana convertida en heroína que lo cuido y entreno bajo la ley de los soldados, tan antigua como los mismos monstruos. Una vez, recuerda hace mucho tiempo, que la capitana se frustro tanto que tuvo que levantar pesadas piedras para calmarse contemplando la posibilidad de no seguir entrenando al infante amarillo. Naturalmente ese dato era ajeno a su persona, pero Undyne siguió insistiendo pues los humanos tardan en despertar sus habilidades mágicas mas un monstruo no... a los primeros 100 años de vida ya podían demostrar su talento, luego se perfeccionaba. Y aquel talento era uno que Kid no olvidaría, el talento de sentir concentraciones de magia.

Puesto en palabras más simples, agradecía mucho a su maestra por haberle ayudado a despertar aquel don que le permitía saber una cosa... Frisk estaba usando magia en su habitación.

Conforme su sombra se acercaba a la puerta un brillo rojizo fuerte aparecía por debajo de la puerta. Kid, aunque sorprendido, sabía bastante ya de la magia humana y la comprendía de alguna forma pese a ser diferente a la que los monstruos manejaban, fuese por la cantidad almacenada en los cuerpos vivos o por la forma que tenían para expulsar ese poder. El adolescente sentía miedo, un recuerdo lejano aquel mismo rojo cerca del subsuelo pero entendía que el miedo debía vencerse. ¿Porque temblaba entonces?

Vamos Kid, se decía en su mente mientras la puerta quedaba a escasos centímetros de su rostro redondo. Acerco sus uñas a la puerta, rasgando la madera de estas y lijándola para llamar la atención del niño en el interior de la habitación. Aunque tardo, el pomo se giro aunque la entrada fue abierta tan lentamente que el infante se cuestiono si enserio había alguien ahí o solo fue el viento tomando forma, abriendo la puerta y retirándose para siempre. Era una idea tan pésima entrar. Miro extrañado una parte de la casa, se percato de la falta de sentido en sus palabras y entro con firmeza de vuelta. De todas formas no iba a poder irse ya.

Gimió un poco al encontrar una esfera roja, potente y brillante flotando en la comodidad de la habitación. Luego se percato de que más habían en la sala, muchas más e iluminaban la habitación como las estrellas harían en el cielo, sin luces artificiales. Había un humano presente, aunque se encontraba flotando arriba de un cuadrado. Desconocía Kid si se percato al instante de su presencia o tuvo que procesar quien estaba ahí antes de saltar, pero lo hizo, e imito el salto atlético y la caída perfecta de un atleta. Le sorprendía muchas veces la versatilidad en los movimientos del humano.

—He estado practicando el salto desde hace unas semanas y justo cuando llegas acabo por no torcerme el tobillo. Sin duda el mejor estimulo para no decepcionar a alguien es pensar que esa persona te valora mucho, agarrar ese afecto e ir con fuerza.—Frisk, el humano de jersey azul con lineas moradas, se giro. Nada diferente en su rostro o cabellos se veía.—Pero sin duda alguna me siento muy feliz de verte, aunque no comprendo aun porque habíamos quedado...—Frisk comenzó a estirar sus brazos mientras el rostro de Kid se deformaba en una mueca de sorpresa.

—Este... eras tú quien quería hablar conmigo.—aseguro el monstruo, y como si enserio el humano no supiese de que hablaba soltó una duda. “¿Hmm?” fue lo que Kid escucho.—¿No recuerdas?

—Tiendo a olvidar algo que nunca he dicho, salvo que si lo haya dicho pero lo olvidase, en cuyo caso... ah, olvídalo, pensaba que era para que me ayudases con mis estudios pero los he acabado.

—¿Y has estado jugando con tu magia? Sabes que las normas prohiben el uso de esta en viviendas.

—Siquiera había letra pequeña de eso Kid, no temas.—rio el humano. Una burbuja apareció entre sus manos, la rodeo e impidió el escape pero al tocarla la ilusión desaparecía.—Magia barata creada para la confusión de los ojos. Enserio resulta muy útil por la poca que llegas a usar para un uso tan efectivo. ¿Algunas vez probaste ha hacer magia ilusionista? Aunque no creo que sea tu estilo. Mmmm, que confuso todo...

—Frisk...—Kid se notaba cabreado, pero o Frisk no lo noto o no le presto tanta atención.

—La verdad es que me sorprende que tan habilidoso soy con la mag...

—¿Me necesitas para algo?—el limite se veía en su voz, aunque Frisk le miro confundido como si no supiese que pasaba.—Eres un fastidio cuando quieres. ¿¡No te has dado cuenta, cierto!?—la rabia contenida por mucho tiempo comenzaba a florecer como un árbol, uno que se marchitaba rápidamente.—¡ERES UN FASTIGIO, UNA MOLESTIA CUANDO SIMPLEMENTE ERES INCAPAZ DE VERME, DE SENTIRME! ¿ENTIENDES IDIOTA? TENGO MIEDO PERO TÚ JUEGAS ALEJADO DE MI, VIVES EN UN MUNDO LLENO DE AUN MÁS FANTASÍAS QUE LAS DE UN MONSTRUO HABLANDO, GRITÁNDOTE...—Frisk aun se quedaba con una expresión neutral, confusa incluso. Kid suspiro, incluso apretó sus mejillas causando un morado en estas antes de expulsar el aire.—¿¡Acaso me has entendido!?

Silencio. Fue un silencio cerrado, sincero y probablemente necesario para que la adrenalina en el cuerpo de Kid comenzase a desaparecer, evitando hacerle caso a sus hormonas que necesitaban golpear algo con fuerza. Frisk se veía pasivo, incluso daba miedo la nula expresión en su rostro más allá de aquellos ojos carmesís que, pese a la bondad que notaba, veía una latente oscuridad que llevaría a muchos a la locura, una que el adolescente experimentaba. ¿Sentía miedo, iración y ahora amor por alguien tan confuso? No sabía como tomarse los sentimientos en su interior.

Frisk suspiro, presente en eso había una notable cansancio más una libertad al hacerlo muy presente. Fue la primera reacción que sorprendió a Kid, pero luego le siguió el movimiento que el adolescente contrario mostró al acomodarse en la cama y golpear las sabanas con calma. Nada le obligada a quedarse, prefería irse en ese instante y dejar al adolescente solo... no deseaba que nadie más estuviese donde se encontraba él, gustaba de la sonrisa que el humano siempre traía pese a las emociones que ambos sentían, la tensión tan presente.

Kid se acomodo al lado de Frisk con eso aun presente.

Miro al oscuro techo de la habitación, de un color desconocido para su vista debido a que las burbujas que antes generaban luz desaparecían conforme los minutos pasaban. Con el tiempo la oscuridad les rodeo, la curiosidad era mayor y Kid giro su cabeza para apoyarla de perfil, observando el rostro pasivo del niño. Tenia sus manos sobre su pecho, la cabeza alta y sus largos cabellos castaños ocultaban la vista rojiza que estaba en su rostro, mas la fuerza emitida por aquel brillo era tal que podía verse incluso tapada.

—Necesito decirte un secreto muy importante y espero que, como el secreto que es puedas mantenerlo seguro dentro de tu mente. Nadie debe saberlo, ni Undyne ni cualquier monstruo superior a ella. Espero que, cuando te lo diga, comprendas el motivo.—Kid asintió, aunque las dudas volvieron. ¿Porque confiaba en él? Era una decepción para todos, después de todo.—Tienes que prometerlo con los dedos que tienes en tus pies porque sino nunca sabré que lo cumplirás con tu palabra.—el monstruo suspiro por la testarudez de su acompañante. Cruzo los dedos y Frisk soltó una suave risa, aunque bastante grave.—Muchas gracias.

—No importa, supongo. ¿Que deseas decirme?—aquella bendita curiosidad infantil salió a la luz, motivo que hizo a Frisk arquear una ceja pero la sonrisa en su rostro demostraba su aceptación al gesto. Kid, dándose cuenta, tuvo un leve sonrojo.—Tienes que decirme porque lo jure.

—Y yo jure decírtelo igual, así que viendo que guardarás el secreto, no veo motivos para no ser sincero contigo.—el monstruo tuvo que ser paciente por los segundos en silencio que paso junto a Frisk, pero se digno ha hablar.—Sabía que esto pasaría porque lo vi.

—¿Pasar? ¿Lo viste?—preguntas sin respuesta, de momento, eran las que salían de la boca adolescente del monstruo. De haber tenido manos se hubiese rascado la cabeza.—No entiendo, comprendo muy poco de aquello que deseas explicarme...

—Lo se, por eso mismo te lo explicaré mejor.—Frisk se alzo, con su espalda algo curvada y sus pies creando un circulo. Kid no se alzo, simplemente se acomodo mejor en la cama, con la espalda hacia arriba. Parecía un perro.—Mmmm... cierra lo ojos.

—¿Es necesario?—cuestiono Kid con cierta molestia mas aun se notaba una latente curiosidad.

—No podré explicarlo si no cierras tus ojos Kid, ciérralos.—Obedeció.—Muy bien... imagina un río con tres rutas y controlado por unos... seres mágicos de agua, una especie de manifestaciones de la lluvia que controlan el movimiento del agua.—Kid frunció el ceño extrañado. Todo el mundo sabía que esas manifestaciones de agua y vapor eran, en realidad, seres de oriente perdidos en el tiempo. Quiso reportar sus pensamientos pero Frisk no le permitió eso. Se callo.—La primera ruta esta cortada por unas fuertes piedras que impide el avance del agua, la segunda ruta tiene un puente por lo que hay personas que los usan y el tercero tiene arboles creados por castores. ¿No ves? Se hacen sacrificios... aunque no todos para bien pero algunos sí.

Quiso entender las palabras, las comparaciones pero su mente ahora pensaba en la decepción que era, los recuerdos de sus padres y figuras misteriosas de color negro observándolo con brillantes ojos blancos. ¿Sacrificios? ¿Hay algún sacrificio que se haga por el bien mayor? Sus padres... sacrificios... ¿Frisk sabía de sus padres? La imposibilidad de eso era muy grande, en especial por el desconocimiento de Undyne por estos detalles. Alzo sus párpados, recuerda las palabras dichas por Toriel en su suave tono de voz.

Parece que haya vivido cientos de vidas por su mirada.

Seres mágicos de agua, sacrificios, la tranquilidad de Frisk ante el enojo suyo. Kid veía al niño con intriga, temor y fascinación. Todas las emociones eran sentidas con gran fuerza, con la misma de hecho, por un segundo llegando a pensar que el miedo iba a superarle. Las comparativas de aquellos seres de agua fue acertada, pues esos seres en efecto tenían un control del agua magnifico y su objetivo siempre fue ayudar pese a los sacrificios dados por las vidas pensantes entregadas.

¿Frisk se comparaba con aquellos seres que eran capaces de alterar el curso de la historia? Lo llamaría prepotente, lo llamaría orgulloso, pero eso nunca explicaría las reacciones del humano tan diferentes. ¿Sabía lo que pasaría? ¿Porque lo hizo? Eran dudas que se formulaban en su cabeza... no sabe si lloro por la frustración en las acciones de Frisk, por la imposibilidad de ver a sus padres o porque, simplemente, quiso llorar en ese punto sin razón aparente.

Kid se acomodo en las rodillas de su amigo y permitió a sus manos acariciar sus aletas.

—¿Cuantas veces hemos...?

—No muchas, aunque siempre han sido por las mismas causas. Te veía decaído, triste, distante y sentía que nunca recuperaría aquella parte de mi ser que se alegraría junto a tu persona... es raro sentirse dependiente de alguien, nunca había sentido algo así.—Kid escuchaba, y solo rompía el silencio para no permitir que más lagrimas cayesen.—La necesidad de verte bien me había consumido. En algunos distantes futuros no veía nada más que oscuridad, y sombras negras observándome para juzgarme. Desistí de aquella idea, de quedarme sentado pensando que simplemente alguien vendría a salvarme, por lo que escape. Una luz dorada, cálida, cercana me ayudo a salir.

—Me siento mal por no entenderte... me siento mal por todo.

Frisk acurruco sus manos sobre las mejillas del adolescente, acariciando estas para despojarlas de aquellos rastros presentes de lagrimas. Sonrió, y Kid sintió su mundo levantarse, el mismo sentimiento cálido de las noches pasadas en familia. Permitió que los brazos de su amigo rodeasen su cuerpo, fundiendo ambos seres en un calor que permitió a Kid ver su vida. ¿En que se estaba convirtiendo? Maldecía mil veces la posibilidad de nunca más ver a aquellos que amaba, y la necesidad siempre estaría ahí... la calidez de Frisk, de su nueva familia, de todos aquellos era lo que haría olvidar todo lo que paso.

Cuando Toriel volvió encontró la habitación en silencio, y cuando la abrió monstruo y humano dormían tapados por las sabanas. La gigante sonrió, cerro la luz y finalizo el día con una alta nota presente en su rostro, formando una sonrisa.

╰─────╮ :sunny: ╭─────╯

Chale al chale, por fin logré acabar con el escrito que tantos problemas me causo y tantas ganas de matarme me dieron. No, no es porque este decepcionado con el escrito ni nada, sino porque siento que esta belleza no ganará por no haber enfatizado lo suficiente en el problema emo que tiene Monster Kid. Les reto a leer y decirme cuantas veces repito que Kid tiene problemas para intentar alejarlos de su mente (si aciertas te ganas mi amor infinito. Alto regalo loce)

Bueno... podría estar ante mi mejor trabajo, pese al sentimiento que me acompaña de que capaz esta hermosura nunca ganara algo. Pero bueno, igual tengo que poner a explicar cosas del escrito y mis canons porque los metí. Ya si alguien sintió que fue forzado o no, no es de mi incumbencia :sunglasses:

1. Monster Kid esta deprimido por... PROBLEMAS FAMILIARES. Wow, que original que soy, lpm, pero enserio que en un principio no iba a tratar de esto ya que anteriormente me dieron DOS personajes y ya pensaba hacer algo para Deltarune.

2. Mis primeras opciones para alguien que animase a Kid fueron por parte de Asgore pues sentía que, con la mierda de vida que ha tenido, no deseaba hacer algo que ayudar a los demás. La idea fue descartada, pero no por Frisk, sino por Undyne. Iba a trata sobre la mencionada adopción de Kid por parte de la capitana, pero al final la descarte para usarla en otro escrito. Frisk se quedo con el papel de ayudante, y compañero para tratar de animar a Kid.

3. A saber que paso al final del escrito, estoy abierto a sugerencias de lo que sucedió con las comparativas entre Frisk y porque de repente Kid pensó que el niño sabía. Solo diré, como dato, que este Frisk tiene un conocimiento de las líneas temporales abismales gracias a su gran memoria OwO

4. En el relato hay una breve mención a un juicio hecho por los humanos hacia Asgore, motivo que alegro a Toriel porque ella sentía que el rubio lo merecía. Esta idea ya venía formada de antes, pero hasta ahora me anime a mencionar dicho evento aunque sienta que no vaya a desarrollarlo mucho.

5. Frisk, yes, siente algo por Kid de la misma forma que el monstruo siente algo por aquel niño humano de ojos carmesís. Mate, pero es mi OTP suprema y ya era momento de hacerles algo.

#JoyfulMoment

#WritingJoy

#KenNewScript

#WeCanShipAnything

#TeamWinterAndFire

#TeamKetchupsBottles

#TeamFénix

Escrito dedicado para la bella Michy debido a que, en unos días, es su cumpleaños. Toma mi regalo por adelantado querida, que te mereces aun muchos más :heart: