Cat ιѕ ιn τнє нουѕє!
𝑰𝒎 𝒕𝒉𝒆 𝒃𝒂𝒅 𝒈𝒖𝒚
O3 - O3 - 2O2O
–¿Do you think that even the worst person in the world can change? ¿That everyone can be a good person if they try?
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El pasado de aquel monstruo era casi tan indescifrable como su nacimiento; nadie jamás supo quiénes eran sus padres o allegados. Había quienes pensaban que él era producto de algún conjuro y que por esto tenía ese poder tan imperioso y aterrante. Sin embargo, nunca se pudo dictaminar alguna teoría que no tuviese alguna base en elementos suponedores, que siempre caían en el clásico paradigma de la indecisión reactiva.
Lo que sí se sabía, y aquello era más claro que la mismísima agua, es que sus amigos eran pocos, por no decir nulos. Desde pequeño su capacidad social se vio alterada debido a la temperatura que emitía tras cada segundo. En situaciones estresantes él siempre se carcomía de los nervios,desatando una oleada incandescente de sofocante calor que terminaba en el escarnio público. Y fue por aquella razón que las relaciones e interacciones de cualquier tipo nunca fueron su fuerte. Se podía decir que, sin duda alguna, la persona que fue en sus tiempos de niñez había cambiado demasiado en comparación a quien era ahora, alguien fornido y social que nunca se notaba asustado ante ninguna situación. Su vida había dado un giro de 360 grados cuando se desató la guerra.Al ver a sus “conocidos” sucumbir ante el hastío de la batalla y la tristeza de la pérdida, se sintió como alguien inútil. Alguien minúsculo e indiferente a la situación. En aquellos tiempos se consideraba a sí mismo como alguien inservible, pero que siempre se odiaba por serlo. Fue en la guerra cuando conoció al científico W.D. Gaster, que aún no obtenía su idóneo título de científico de de la realeza, y se sintió aturdido y atraído a él gracias a sus ideas revolucionarias y anárquicas, que siempre tenían que ver con la esclavitud de los humanos o con la creación de mejores medidas de defensa/ataque. Pero ni siquiera se trataba de atracción, sino de curiosidad. En aquellas épocas no le interesaba saciar su sed de compañía social, sino de terminar de forma tangente su hambre de conocimiento que se estaba convirtiendo en un problema exponencial, y que por tanto amerita una desembocadura radical. Que en aquel caso era simple y llanamente el científico, que se convirtió en la desembocadura de sus dudas y conocimientos dejados a medias.
Grillby siempre se notó sorprendido y aterrado debido a la gran casualidad que fue su primer o con el científico: Ambos corriendo,tratando de escapar de las fauces de la guerra, y chocando en frenesí uno contra otro, cayendo abatidos debido al golpe y ayudándose a llegar al refugio más cercano. A veces encontraba tan ilusorio e irónico aquel encuentro del pasado, que se reía debido a la suerte que fluyó en el mundo místico para que se diese tal encuentro espontáneo. Cuando llegaron al refugio hablaron sobre el poco cuidado de Grillby al hacer que ambos se cayesen, hablaron de todo un poco, de su nihilismo, de la estupidez del otro, de los malditos humanos, de todo y de nada especifico al mismo tiempo. Fue una conversación muy provechosa que creo unas pequeñas raíces que luego serían las de un gigantesco árbol de proporciones abismales.
Desde la primera vez que se vieron se toparon varias veces en las que nunca se proponían verse, fueron tantas que Gaster empezó a pensar que el destino existía, aunque aquella onírica idea se vio opacada gracias a sus ideales de nihilismo. Fueron esos encuentros no planeados los que crearon los cimientos de su amistad, pero que en Grillby empezó a crear algo más que aquello. Y fue una tarde de otoño,cuando en vez de un tierno color naranja de hojas caídas en la calle había un carmesí de sangre humana en el suelo, cuando se dio cuenta que el amor lo estaba atrayendo a la marea del ahogo. Notó que ya no se trataba de sólo las ideas de aquel monstruo, sino de sus huesos blanquecinos tapados por su abrigo negro, de sus hermosos ojos que se notaban contrastados por la blancura de su esquelético cuerpo, de su forma de ser y de sentir todo, de su nihilismo que a duras penas lograba soportar pero que constituía un gran despertar filosófico a sus ojos.Ya no se trataba sólo de ideales políticos o sociales, sino también de él y su aspecto. Se trataba de amor.
-Y es por esto, Grillby, que la realidad subleva a la libertad de tal forma que es imposible conseguirla si se está viviendo.
- ¿Y si la consigo, si te la muestro y demuestro ante ti?¿Y si la libertad sí se puede encontrar, pero no la encuentras debido a tus ideales filosóficos a los que estás tan arraigado?
-Uhm…-se pasó su mano por la barbilla, trataba de contemplar la idea que planteaba su contrario- Cuando la encuentres, muéstramela inmediatamente. Yo también la estoy buscando, aunque no lo creas. Llevo buscándola desde que tengo conocimiento de su existencia.
Esa clase de conversaciones siempre fueron muy repetidas en sus constantes encuentros, en los que siempre se debatía sobre la moral o la ética, sobre el rey o sobre la realeza. Sobre la ignorancia y la poca concientización social que poseía la misma en esa época.
La diferencia de edades entre el ser flameante y el científico no era algo descabellado, para cuando se conocieron el científico y él ya habían terminado su desarrollo mental y se clasificaban en el sistema legal de los monstruos como adultos, pero ser adultos no les sirvió de nada en los finales de la guerra. Cuando ya estaban más que claros los términos a los que se debían someter los monstruos para no ser exterminados por completo, se formó una conversación que escaló los pilares jamás explorados de la relación entre Gaster y Grillby. Una conversación tan inusual como única, que daba a entrever unos indicios del prolífico sentir del ser flameante.
-Ya sé dónde está la libertad, Gaster. -dijo mientras lo miraba con cierta mezcla de anhelo y nervios.
- ¿Tan rápido la encontraste? Sorprendente. Y, bueno, ¿dónde se encuentra?
-La libertad es subjetiva, Gaster, lo que para mí represente la libertad no necesariamente ha de ser tu concepto de libertad. Pero para mí la libertad es algo muy propio, como el amor, que revoluciona los cimientos de la profundidad del pensar de las personas. Es por esto, Gaster, que después de recapacitarlo muchas veces, ya sé dónde está la libertad. Está en nuestro alrededor, en nuestro conocidos y allegados, en nuestro mundo. Está al alcance de cualquiera, sólo que pocos desean conseguirla. Tú, Gaster, eres mi libertad.Los libros que leo, son mi libertad. Las personas que amo y que me respetan,son mi libertad. Si no crees en mis palabras vertiginosas, lo entiendo. Pero la libertad existe, y tú más que nadie la posees en sobremanera. Así que la libertad está en todas las cosas, sólo que para verla se necesita de demasiada precisión ocular y pensativa.
El contrario, que se encontraba sorprendido gracias al comentario de Grillby, sintió como sus pilares nihilistas se derrumbaban como un castillo vetusto que estuviese sucumbiendo al daño del tiempo. Él, que siempre fue tan tangente y reservado sobre sus preferencias y gustos, se vio atrofiado y derrumbado debido a aquel comentario. No tanto por lo que decía sobre la libertad, sino debido a que lo definió como “[…] mi libertad”. Es decir, alguien que consideraba amigo estaba escalando los lugares recónditos de su vida y corazón, destruyendo en el paso a su razón transmitida de boca en boca desde milenios.
El científico, y el mundo en general, probablemente desconocían la bien dirigida emoción que sentía Grillby. Pero el desconocimiento de algo es precisamente lo que crea la curiosidad de descubrirlo, y fue por esto mismo que Gaster se notó curioso en las siguientes conversaciones que tuvo con quien en su momento fue un holgazán e inservible,pero que en aquellos nuevos tiempos era completamente diferente a la imagen que vio de él en el pasado. Tal vez aquella distorsión del aspecto de la llama andante fue debido a algo profundo que cambiaba en Gaster, o tal vez fue simplemente algo tonto y fugaz que notó en su momento, fuese o no así, aquella distorsión era muy clara: lo veía con otros ojos.
Y así fue como Gaster y Grillby, quienes sin duda alguna eran inseparables, fueron escalando la montaña del amor y conocimiento. Fue así como en todas las futuras conversaciones se siguió subiendo el tono de las mismas. Hasta que un día todo se volvió claro e inevitable. Fugaz y descontrolado,alterado y distorsionado de tal forma que no había manera de describirlo. Fue entonces cuando Grillby se aburrió de esconder la enfermedad amorosa que lo ahogaba, fue entonces cuando sucedió el beso flameante que se dieron ambos, tan esperado como anhelado, tan frío como ardiente y tan bello como sorprendente que creo las paredes del laberinto del amor que recorrerían en el futuro, aquel beso que fundía el pensar y sentir, el conocer y vivir, el todo y la nada en un mismo y convergente momento que evocaba la máxima expresión del amor de dimensiones astrológicas que se apoderaba de ellos desde la mañana hasta la noche. Y ese fue sólo el comienzo de la atípica historia que sucedió entre aquellos monstruos, que a diferencia de muchos, ellos jamás sintieron el hastío del amor.
Aunque el hastío del amor jamás llegó, si llegó la tristeza de la pérdida. Un día por la tarde, mientras Grillby hacía unos refinados cafés para unos clientes, le contaron una noticia que hizo que las tazas cayesen en el suelo entablado del bar, rompiéndose en miles de trozos diminutos como le ocurrió a su corazón en aquel momento, una noticia que hizo que su órgano circulatorio dejase de bombear fuego por un buen par de segundos, una noticia que lo dejó pasmado, pero, aún más importante, una noticia que demostraba que seguía siendo un inútil como en los tiempos recios a los que se sometió. La noticia era corta y más que clara: Gaster había muerto.
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E P Í L O G O
El bar estaba cerca de su cierre nocturno, sumamente desordenado y arrasado por la multitud de borrachos que fueron al lugar para saciar su sed de delirio. El fundador del bar, que se encontraba bastante sorprendido debido al decreciente estado de la estancia, que solo iba de mal en peor, siempre pensaba que habría y encontraría la forma de arreglarlo. Siempre lo hacía y lograba, siempre superaba toda adversidad que se presentaba en su atareado camino de descubrimiento personal. El bar era una clara referencia a su vida, y su cuerpo era su corazón, cada vez más extinto, roto.
Su aspecto de llama caminante era clara y bellamente asombroso, de su pelo se precipitaban cenizas brillosas que terminaban esparcidas en el pulido suelo de madera del bar, poseía unos anteojos que repelían el calor sofocante de su cuerpo, su traje, así como sus anteojos, estaba constituido por un material que recluía aquellas llamaradas casi incontrolables que fluían en su alrededor. En síntesis, Grillby era alguien impulsivo y guiado por el calor, pero que debido a su poder incontrolable decidió irse a vivir a un lugar sumamente frío: Snowdin. Esa era la única forma de aislar su incandescente poder fluctuoso, que aterraba y sorprendía a quien por su camino se pasase. Fue aquel poder fluctuoso que generaba calor lo que dejó atrapado al científico real de su época, así como lo hizo Gaster con su deleitante filosofía…
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Si consideras que mi blog fue bueno, déjame unas moneditas :two_hearts:
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Comments (42)
Que eso
mAN, YA ME ESPERABA ESE FINAL Y LLORÉ D':
ERA NECESARIO ESE FINAL WEON
Responder a: Cat Kafer [ :ring: ] | #CatShot
eS QUE A MI LOS PERSONAJES SIEMPRE ME ENTRAN EN EL KORA Y NO PUEDO EVITAR HACER LA LLORACIÓN CUANDO UNO MUERE :'<
Responder a: Kikly Art #𝑻𝒆𝒂𝒎𝑭𝒍𝒐𝒘𝒆𝒓𝒔
ESE FINAL DEBÍA OCURRIR, ERA INEVITABLE XD
olanda