𝘐𝘵’𝘴… 𝘺𝘰𝘶

❝10Mar→ 2025❞ ─❨ :leaves: )

˗ˏˋ :tulip: ˎˊ˗

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La clase había comenzado como de costumbre; con una breve y muy aburrida introducción. Libros van, libros vienen, caldero e ingredientes en mano y voilá: la combinación perfecta para el desastre.

No me destacaba por ser la mejor de la clase, eso no era secreto para nadie, pero sí la mejor en hacer que todo volara por los aires. Sin embargo hoy era diferente, había algo que me impulsaba a querer hacer, por primera vez, las cosas bien: Él.

No sé si ha sido el destino, la casualidad, o un ser todopoderoso y divino que me ha cumplido el capricho, pero hoy, él está sentado a mi lado.

Su compañero se había ausentado por problemas familiares, él mío… en la enfermería, aún recuperándose de nuestra última poción, motivo por el cuál hoy debemos trabajar juntos.

Su mirada despectiva que tanto me fastidiaba tiempo atrás, miraba con preocupación al profesor mientras éste daba claras indicaciones de qué hacer a continuación.

—El día de hoy deberán preparar una Amortentia de forma excepcional —. Nos informó el profesor dejando sus apuntes sobre el escritorio, lanzando una mirada interesada a la clase, como si esperara ver quién sería el primero en cometer un error.

Sentí de pronto como sus ojos iban a parar a nuestra mesa y por algún motivo que desconozco, por primera vez me sentí avergonzada.

—Todo esto me parece absurdo —escupió él, cruzándose de brazos con un notable fastidio.

Puse los ojos en blanco. Por supuesto que lo diría. Porque claramente, nada era lo suficientemente bueno para él. Porque todo —salvo él— resultaba ser inferior y siempre estaba por debajo de su nivel.

—Pero qué sorpresa —murmuré irónicamente mientras tomaba un frasco con semillas de anís verde y lo dejaba frente al caldero —. Draco Malfoy desestimando como siempre algo que no puede controlar.

—No se trata de control —respondió él de inmediato, su tono afilado cortaba el aire —. Es una pérdida de tiempo.

—Me temo, señor Malfoy, que si quiere aprobar esta asignatura, deberá seguir las instrucciones al pie de la letra —intervino el profesor en un tono severo y sumamente estricto, deteniéndose frente a nuestra mesa —. A menos, claro, que prefiera pasar el resto del año realizando un sinfín de tareas extras.

Con la mandíbula tensa y su mirada puesta en el caldero, sus dedos comenzaron a tamborilear sobre la mesa con un nerviosismo muy bien disimulado. Suspirando, tomó un par de ingredientes y comenzó a triturar varios pétalos de rosa con una elegancia digna del legado Malfoy, como si aquello fuera la cosa más sencilla y común del planeta.

—Fascinante —murmuré, observándolo con la cabeza apoyada entre las manos —. Hasta cuando pretendes hacer pociones luces como si estuvieras planeando una venganza.

—¿Piensas ayudar o vas a quedarte mirando? —preguntó sin levantar la vista. Acto seguido, pude notar como se detuvo a medio movimiento.

Algo parecía haber cambiado en el aire, entre nosotros.

Un aroma suave y dulce comenzó a desprenderse, flotando entre ambos, envolvente, intenso. Demasiado intenso diría yo.

Una exquisita fragancia a tulipanes, chocolate blanco, entonces un tercer aroma llegó a mí, era embriagadora, dulce, familiar.

Sentí como se me cortaba la respiración. Podía sentirlo a él.

Mi piel se erizó y el corazón comenzó a latir a toda velocidad. Sentía una chispa de emoción que rara vez buscaba disimular. Miré de reojo a mi compañero que sorpresivamente, a pesar de aún mantener aquella postura altiva y sus labios levemente apretados, se había quedado inmovil con su ceño fruncido muy sutilmente, como si aquel aroma lo hubiera golpeado de lleno.

Parpadeó. Una, dos, tres veces.

Su mirada que siempre desprendía una arrogancia incomparable, ahora había pasado de su exasperación inicial a la incredulidad.

—Pero… ¿cómo es posible? —su voz fue apenas audible, casi un susurro.

Me quedé allí, observando cada reacción, cada movimiento que realizaba con suma curiosidad. Sus ojos grises que siempre parecían juzgarme en silencio, se clavaron en los míos de repente y su mirada se había ensombrecido con algo que me fue imposible de descifrar.

Parecía tan confundido como yo lo estaba en ese momento. La Amortentia… deduje casi de inmediato

—¿Qué sientes? —Pregunté sin pensar.

Draco tragó saliva.

—Menta —itió con cautela—, ámbar gris, manzana verde y…

Dudó. Vi ese momento exacto en el que decidió callar. Pero las palabras no fueron necesarias, porque su mirada, tan intensa, devoradora, peligrosamente sincera, se clavó en mí de un modo que nunca antes lo había hecho.

Me quedé sin aire.

Aquel ultimo aroma que no mencionó… ¿era yo?

Su expresión cambió nuevamente, volviendo a levantar aquella barrera invisible de indiferencia. Apartó la vista con brusquedad y se concentró nerviosamente en remover la poción, como si nada hubiera ocurrido. Como si aquella escandalosa revelación no hubiera tenido lugar.

—Ya tenemos suficiente olor a sentimentalismo —gruñó —. Sé que es tu especialidad, pero te agradezco que sigas revolviendo antes de que esto explote en nuestras caras.

Su tono buscaba aparentar desdén, arrogancia, frialdad.

Pero el leve rubor en su pálida piel, junto con su respiración irregular traicionaban esa fachada.

Y, por primera vez en la historia, Draco Malvoy no fue capaz de ocultar la verdad.

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¡Bienvenidos de nuevo al pequeño rin-

cón de escritos de Eli! Hoy les presento

mi participación para la actividad Amor-

tronus. Personalmente Draco Malfoy es

el personaje por quién más debilidad yo

siento (como podrán darse cuenta jajaja,

es por esto que pensé en representar el

aroma que podría tener la Amortentia de

Draquito, y la realidad es que la imagino

de forma agridulce; una característica in-

teresante que perfectamente puede defi-

nir a este personaje. Es por eso que tanto

la menta como la manzana verde van de

la mano dentro de esta poción de amor.

Un toque de frescura y claridad junto con

la característica acidez de una manzana,

símbolo de vitalidad, de juventud, asocia-

da a lo prohibido. El ámbar gris por otra

parte, es una sustancia rara y valiosa, su

aroma dulce evoca misterio y profundidad,

incluso algo refinado, esto podría simboli-

zar entonces, la atracción hacia algo se-

creto, e incluso hasta algo inalcanzable.

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Muchas gracias por leer y ¡nos estamos viendo pronto!

Gracias Lizzie por la portada tan bonita🩷

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#Amortronus