¤Fanfic: "My Lady" (Capítulo 5)¤

Hola, ¿Que tal sus mañanas? Como verán en el título, este es el capitulo 5 del Fanfic que estoy escribiendo. Espero que lo disfrutem tanto como yo, no olviden que pueden dejar sus opiniones en los comentarios para poder mejorar. Este sería el primer blog del año así que, sin más que decir, empecemos:

¤CAPÍTULO 5¤

Estaba un poco confundido, mi cabeza daba vueltas y me dolia las piernas el solo pararme. No recordaba lo que habia pasado hasta que me fije en la habitación en la que estaba, era con un estilo rupestre muy antiguo, pero todo estaba humedo como si recién estuviera construido. En lo personal no me molestaba ya que se veía muy acogedor. Luego se me vino en la mente mi propósito.

-¡Marinette!-Dije en voz alta-no esta en la habitación, deben de habersela llevado eaos monstruos de la puerta.-susurré.

Agarré mis cosas, incluyendo mi espada, la cual tenia para este tipo de situaciones, por lo que me parecía extraño el hecho de que no me la hayan quitado y peor, haber despertado en una habitación y no en una cárcel o algo por el estilo. Pero no le di tanta importancia y salí de aquella habitación y corrí por lo pasadizos, que por cierto eran muy estrechos, hasta poder encontrar una salida.

Sentía que habian pasado varias horas y aún asi no encontraba ninguna puerta, pero al cabo de unos minutos encontre la salvación.

-¡Una salida!-Grité emocionado, no podía contener la alegría de volver a ver algo que no sea madera pero al entrar por aquella puerta, me di cuenta que había estado dando vueltas por toda la habitación.-Q-que...no puede ser...-susurré.

Luego de esa tremenda decepción, me encontré con otra peor ya que, no pasaron ni dos segundos y escuché varias carcajadas viniendo de las paredes. Afiné mi sentido del oído y me coloqué en las paredes de a poco hasta encotrar una pared falsa. La cual tiré de un golpe. Y al otro lado se encontraba Marinette y los dos tipos gigantes riéndose de mi.

-No te dije Cedrick que el chico no servía para nada-dijo Marinette señalandome.

-Es verdad... al parecer nos equivocamos-dijeron dándole a la encapuchada un real de oro.

Yo seguía estupefacto por la situación en la que me encontraba, me parecía que me habían jugado una broma, pero no estuve tan seguro hasta que la peliazul se comenzó a burlar de mi, de nuevo. No podia creer que me había mentido de nuevo.

-¿Porque me miras con esa cara?-dijo irónicamente.

-¿Porqué te miro? ¿En serio lo estás preguntando? -dije molesto.

-¿Que es lo que te pasa? ¿Por qué tomas todo a pecho? Era la única forma de que nos dejarán en paz.-se volteó- ellos decían que te iban a matar...

Nose si era mi imaginación pero Marinette tenia un poco los ojos rojos, como si quisiera llorar. Me sentí muy mal al ver aquella escena, que por impulso la abrace. Vi su cara de asombro a mi respuesta y no lo dudó ni un segundo en apartarme de ella.

-¿Que es lo que te pasa?-dijo sonrojada-N-no p-puedes hacer eso asi nada más.

-P-perdón fue un impulso, no pensé que te molestaría, es que te veias muy frágil y...

-¡Yo no soy frágil!-Gritó, esta vez con una cara molesta y eufórica.-¿Por qué todos dicen eso?-Huyó.

-Espera Marinette, no fue...mi intención...-dije, pero no creo que me haya escuchado.

Ahora estaba en una encrucijada, ¿Porqué se habrá molestado de ese modo? Solo la abracé, no recuerdo que eso sea algo malo. Solo, por alguna razón, me daba ganas de protegerla. Salí hacía el bosque de aquel lugar para encontrarla, hasta que llegué al pueblo, me sentía desesperado y con ganas de romper cualquier cosa, sentía nostalgia con este sentimiento. Le preguntaba a todas la personas que veía por una encapuchada de pelo azul, sin obtener resultados positivos. Por un momento pensé en rendirme y culparme por su desaparición, hasta que llegue a un bar, en el cual se escuchaba gritos de pelea. Interrumpí la escena golpeando la puerta con fuerza, pero me di cuenta que no era necesario, ya que vi a la peliazul, golpeando con fuerza a uno de esos hombres.

-¿Que crees que estás haciendo?-dije agarrandola del brazo-No tienes que pelearte con nadie.

-¡Déjame en paz! Ellos me dijeron debilucha, y no dejo que nadie me hable así.-dijo tratando de zafarse de mis brazos.

-Escuchame, te dije que no podiamos llamar la atención-dije en voz baja, cerca a su oído.-vi que se sonrojaba, lo cual no entendía porque, hasta que baje mi mirada a nuestras manos, las cuales estaban perfectamente entrelazadas. Me sonrojé también, mirandola a los ojos, hasta que el tipo el cual habia sido golpeado por la encapuchada, nos interrumpió.

-Miren chicos, parece que tenemos a dos tortolitos-dijo haciendo que todos se burlaran.

-Si es verdad-le dije sin dudar aprovechando la situación-y mi novia, al aprecer es muy escandalosa-miré a la peliazul molesto-pero ya se tranquilizó, así que ya nos vamos ¿Verdad amor?-Agarré su mano con fuerza.

-S-si estoy un poco loca y ahora, nos tenemos que ir-me jaló despacio para retroceder hacia la salida. Hasta que uno de los gradunlones nos cerró la puerta.

-¿Irse? Pero si recién llegaron, por que no nos divertimos un rato, ¿Les parece?-Dijo con una sonrisa malévola.

Habían tapado la única salida que nos quedaba, por lo que no teniamos más opción que luchar. Saqué mi espada para ponerla en guardia. Marinette hizo lo mismo, solo que con sus puños. Todos se reían como si nos tomaran en broma, pero los dos sabíamos que la iban a pasar muy mal, y así fue...

Al cabo de unos minutos, podíamos encontrar a varias peraonas en el piso, agonizando. Mientras que yo y Marinette celebramos nuestra victoria, aún que ella no parecía muy feliz.

-Vamonos- dijo en voz baja y dando la vuelta. Yo la seguí sin reclamos.

No hablamos en todo el camino, hasta que sonó mi barriga, por lo cual la chica rodó los ojos y me tiró una manzana de su mochila para que la comiera. Nos quedamos varios minutos en silencio, hasta que decidí hablar primero.

-No quiero que te incomodes conmigo, ni nada de eso. Pero me gustaría saber el porqué te molesta que te digan debilucha. Yo sé que tu no lo eres, así que....

-Escucha, no quiero hablar de ese tema ¿Si?-Dijo interrumpiendome, parecia que lo había dicjo con mucha tristeza, por lo que decidí decirle la verdad.

-Marinette, hay algo que tengo que decirte... se que no nos conocemos mucho, pero te considero una buena persona y en verdad me caes muy bien. Eres una chica fuerte y decidida, por lo que seguro te fastidia el hecho de que no te tomen en serio. Pero a decir verdad, a mi tampoco me toman en serio allá en el reino.-dije sentandome a su lado para que me escuchase. Ella solo me miraba con cara de asombro pero luego bajaba su mirada a sus manos.

-Se que no quieres hablar de esto, pero yo no soy la persona que crees...

-¿A si? ¿No eres un ricachon presumido, que cree tener la razón todo el tiempo?-dijo en tono de burla.

Queria romperle la cara en ese instante, pero soy un caballero y no le pego a las mujeres. Solo me relajare y seguiré con mi relato.

-Escucha-suspiré-yo si soy del reino, pero no soy cualquiera del reino. Soy un principe.-dije sacando mi placa de nuevo.-Mi padre es el rey Agreste, por lo que yo soy el unico heredero al trono.-estaba siendo totalmente sincero, pero parece que Marinette no se lo tomó muy bien, ya que agarró mi placa y la tiró bien lejos.-Oye...

-Escuchame-me interrumpió-yo ya sabia que eras hijo de un rey, y sabía la razón por la que quieres volver al reino, ¿Y sabes como lo supe?-dijo haciendo una pausa-¡Exacto! Por esa tonta placa. Los guardianes querian matarte porque valias mucho para ellos, y tuve que hacerte ver como un completo retrasado para que ellos pudieran ver que no valia la pena matar un principe así.-dijo con los ojos un poco rojos.

-Marinette...-Estaba completamente conmovido por la escena, no sabia que me podrian matar por ser hijo de un rey. Pero lo que si sabia, era que aquella chica me habia salvado la vida dos veces, por lo que tenia que recompensarla si o si. Lo primero que hice fue abrazarla, aunque ella no quisiera, para mi era suficiente. Pero extrañamente, ella también de aferró a mi y nos quedamos un rato en silencio, hasta que me aparté despacio.

-Lucas yo...-se sonrojó. Me había olvidado de ese detalle.

-Ah... eso también es mentira, mi, verdadero nombre es Adrian, mucho gusto.-dije extendiendo mi mano.

Marinette agarro mi mano y la estrujo por un segundo.

-¡Auch! Eso duele- me sobe.

-eso es por mentirme-dijo molesta-pero está bien, me dijiste que me ibas a decir porque te llamaban debilucho ¿Verdad?

-Bueno, nose si sepas, pero no hay una reina en mi pueblo, ya que mi madre desapareció hace mucho tiempo y solo vivo con mi padre, el nunca me toma en serio, piensa que porque no está mi mamá, yo me e vuelto debil y malcriado. Pero no es así, practico todos los días con la espada para que todos vean lo fuerte que soy.-dije juntando mis manos con fuerzas. La peliazul me miró con tristeza y se levantó en frente mio.

-Yo también tengo secretos, pero solo te diré uno de ellos-se acercó a mi lado de nuevo- yo nunca conocí a mis padres-dijo haciendome quedar en shock- siempre me decían que ellos habían muerto en una guerra civil entre el pueblo y los del reino. Por eso es que siempre le e tenido odio a los de la alta sociedad. Pero Lucas-la miré- digo... Adrian... tu eres diferente, y aprecio mucho que me hayas querido salvar de esos bandidos, después de todo soy una chica solitaria que conociste dianbulando por ahi-me sonrió.

Con lo último mi corazón se aceleró demasiado rápido, podía sentir ese sonrojado en mis mejillas. Su sonrisa era demasiado peligrosa, preferí alejar mi mirada al suelo para que no se diera cuenta de mi reacción. Lo único que podia pensar es que la habia juzgado mal todo este tiempo y que teniamos más en común de lo que parece. Por lo que pensé que no solo me habia encontrado con una chica cualquiera, sino con la persona que había esperado toda mi vida.

-También hay otra cosa, a mi madre le encantaban las rosas indigas, eso es lo que siempre me dice Marlene, por lo que me obsesiono con ese color. Disculpa que nos hayamos metido en problemas por mi culpa. Aqui tienen una tradición muy sagrada de no sacar las plantas de sus sitios, ya que se podrían molestar los espíritus.-dijo mirando alrededor del bosque, mientras que yo voteaba a verla solo para contemplar su sinceridad y hermosura. Lo que me hizo sonreir bastante.

Después de la pequeña charla que tuvimos, decidimos hacer una nueva pagina a nuestra historia y prometimos que desde ahora no podrían haber más secretos entre nosotros. Armamos una fogata para pasar la noche y Marinette me ofreció un lugar en una taberna cerca que conoció por aqui hace tiempo. Por lo que nos fuimos a pasar la noche allí, no sin antes cometer otra locura....

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Y al fin la parte 5, ¿Que les pareció? Recuerden que pueden dejar sus opiniones en los comentarios. Recibo cualquier tipo de crítica. Pronto subiré la parte 6 así que estén atentos, espero que les haya gustado y puedan darle like. Gracias por todo y...

¡FELIZ AÑO NUEVO!