El multiverso últimamente ha estado en un proceso de destrucción acelerado debido al consejo de los señores del caos un grupo de malvados que pretende destruirlo para crear un imperio usando el poder de kindgom Hearts y así comenzar una nueva era para todos incluido los vengadores
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Base de los vengadores
La base de los Vengadores, reconstruida tras la brutal batalla contra Thanos, brillaba bajo la luz de un nuevo amanecer. Sam Wilson —el Capitán América actual— caminaba por la sala principal mientras todos los activos se reunían. Estaban ahí todos: Doctor Strange, Wong, Thor, Hulk (Bruce Banner), Hawkeye, Ant-Man, Wasp, Capitana Marvel, Black Panther (Shuri), Shang-Chi, Wonder Man, White Wolf (Bucky Barnes), además de los nuevos reclutas She-Hulk (Jennifer Walters) y Falcon (Joaquín Torres).
En el centro de la sala, un enorme holograma flotaba, mostrando la fractura creciente del multiverso. Las líneas temporales colapsaban unas sobre otras en un espectáculo aterrador. Se veían planetas partiéndose en pedazos, universos siendo tragados por la nada. Las incursiones, como había advertido Strange, ya no eran eventos raros... estaban ocurriendo cada hora.
Sam golpeó ligeramente su escudo para llamar la atención.
—Escuchen todos. Esta es la situación.
Doctor Strange avanzó, su capa ondeando como si sintiera el peso del momento.
—El Consejo de los Señores del Caos está detrás de esto. No buscan gobernar el multiverso. Buscan su destrucción. Cada incursión que no detenemos, ellos la aceleran.
Las caras de los héroes reflejaban tensión y determinación. Thor cerró el puño con fuerza. Bruce Banner frunció el ceño. Hasta Wong, siempre sereno, mostraba preocupación.
Antes de que Strange pudiera continuar, un destello azul apareció en la sala. De un portal surgieron cuatro figuras: los Cuatro Fantásticos. Reed Richards, Sue Storm, Johnny Storm y Ben Grimm —aún adaptándose a su nueva vida después de su aparición tras la fractura del multiverso— se unieron a la reunión.
—Lamento la interrupción, —dijo Reed, —pero venimos a ayudar. Si el multiverso cae, nosotros caemos con él.
Sam asintió.
—Bienvenidos al equipo.
Mientras tanto, lejos del cuartel de los Vengadores, en un mundo distinto, la mansión X del universo Fox temblaba. Afuera, el cielo era una maraña de grietas rojas y negras. Las montañas flotaban desintegrándose. El fin era inevitable.
Dentro de la mansión, el Profesor Charles Xavier observaba la tragedia a través de una ventana, su mente sintiendo la desesperación de millones.
—No hay salvación aquí, —dijo Xavier con una voz rota.
Logan (Wolverine), Magneto, Jean Grey, Storm y Cyclops lo rodeaban.
—¿Qué hacemos? —preguntó Storm, conteniendo el pánico.
Antes de que Xavier pudiera responder, una motocicleta ardiente irrumpió frente a la mansión.
Era Ghost Rider (Nicolás Cage), su cadena llameante iluminando la desolación.
—No hay tiempo. —rugió el Ghost Rider.— Si quieren sobrevivir, síganme. El UCM nos espera.
Sin más opción, los X-Men de Fox montaron un portal infernal creado por Johnny Blaze. A su espalda, su tierra se partía como vidrio. Se despedían de su hogar para siempre.
En otro rincón del cosmos, en la TVA (Time Variance Authority), Mobius, OB y otros agentes contemplaban monitores gigantes, horrorizados. Cada pantalla mostraba una línea temporal sucumbiendo en un cataclismo de energía.
—¡Es demasiado! —gritó un analista— ¡Las líneas se destruyen más rápido de lo que podemos corregirlas!
Mobius apretó la mandíbula, impotente.
Mientras tanto, en el árbol Yggdrasil, Loki observaba desde su nuevo dominio de magia y tiempo. Sentía el tambaleo del multiverso. No era solo su hogar en peligro; era la existencia misma.
Con decisión, Loki invocó portales, reclutando héroes de infinitas realidades:
Un Iron Man sobreviviente de una Tierra alternativa.
Wonder Man, el actor convertido en guerrero.
Un Hulk más salvaje que el de Banner.
Una Black Widow que había derrotado al Titán Loco en su mundo.
Un Hawkeye de una tierra arrasada.
Un Doctor Strange endurecido por la pérdida.
Un Capitán América que nunca fue congelado.
Un Ghost Rider (Robbie Reyes) rugiendo en su Charger demoníaco.
Una Bruja Escarlata que había resistido la corrupción del Darkhold.
Ellos, como los X-Men, serían trasladados al UCM para preparar la última defensa.
En un planeta lejano, Vekta, hogar de los Helghast y la ISA, la bandera de Peter Parker ondeaba entre ruinas reconstruidas. Peter, con su traje simbiótico mejorado y su espada maestra de llaves en la espalda, se preparaba frente a una inmensa multitud. Guerreros Helghast, soldados ISA, portadores de llaves espada, y aliados de múltiples dimensiones lo miraban en silencio reverente.
A su lado, como fantasmas de su pasado, aparecían Tobey Maguire y Andrew Garfield, los otros Spider-Men.
Peter respiró hondo.
—Hoy... —empezó con voz firme— no luchamos solo por nuestras casas. Luchamos por cada recuerdo, cada amigo, cada amor que alguna vez conocimos. Luchamos para que el mañana exista.
Tobey sonrió, dándole una palmada en el hombro.
Andrew, con sus ojos brillando, asintió.
Peter levantó su llave espada.
—¡Vamos a salvar el multiverso!
La multitud estalló en vítores, sus armas resonando como un trueno.
El viento de guerra ya soplaba.
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El cielo sobre la Tierra se oscureció como nunca antes. Desde los confines del multiverso, el Consejo de los Señores del Caos había llegado.
Primero, una grieta roja desgarró el cielo sobre Washington. De allí emergió Ultron, su cuerpo brillante, acompañado de un ejército infinito de robots y sincorazones, seres de pura oscuridad. Su mirada, fría y mecánica, se fijó en la Casa Blanca.
—La era de la humanidad ha terminado, —anunció con su voz metálica, retumbando en todo Washington.
Casi al mismo tiempo, tres figuras aterradoras descendieron sobre Nueva York: Doctor Doom, el imponente y astuto soberano de Latveria; Kang el Conquistador, viajero del tiempo, maestro de realidades rotas; y el enigmático Maestro de Maestros, cuyas intenciones eran un misterio incluso para los seres más sabios.
Desde otra brecha en el cielo, Vanitas, oscuro y retorcido, surgió en Wakanda, acompañado de un ejército de sincorazones, preparado para envolver en sombras el vibrante reino africano.
Lord Darkar del Winx Club, envuelto en oscuridad ancestral, emergió sobre Londres, liberando una tormenta de sombras que se extendía como un cáncer sobre la ciudad.
Otros villanos, junto a las infinitas variantes de Kang, se repartieron por el mundo: Moscú, París, Tokio, Roma... Nadie estaba a salvo.
En la base de los Vengadores, la alarma sonó como un rugido de guerra. Los hologramas mostraban múltiples puntos de ataque.
—Ya comenzó, —dijo Sam Wilson, el Capitán América, mirando a todos los presentes con gravedad.
Sabían que dividirse era arriesgado, pero no había otra opción. El multiverso dependía de ellos.
Sam tomó su escudo y se puso al frente.
—Escuchen bien, Vengadores, amigos, aliados...
—Hoy no peleamos solo por nosotros mismos. Peleamos por los caídos. Peleamos por cada alma de cada mundo que cree en la esperanza. Somos la última línea de defensa del multiverso.
El eco de sus palabras llenó la sala. Inspiraba la misma fe que Steve Rogers, el Capitán América original. Todos asintieron, listos para luchar hasta el final.
División de grupos:
Primer Grupo: Nueva York
Capitán América (Sam Wilson)
Falcon (Joaquín Torres)
Thor
Hulk
Hawkeye
Los 4 Fantásticos (Reed, Sue, Johnny y Ben)
Segundo Grupo: Washington
War Machine (Rhodey)
Ant-Man (Scott Lang)
Wasp (Hope van Dyne)
Shang-Chi
Tercer Grupo: Wakanda
Black Panther (Shuri)
White Wolf (Bucky Barnes)
Cuarto Grupo: Londres
Doctor Strange
Wong
Capitana Marvel
She-Hulk
Con una mirada final de determinación, todos se separaron.
Nueva York
La ciudad que nunca dormía temblaba.
Kang, Doctor Doom y el Maestro de Maestros descendieron en medio de Times Square, desatando el caos.
La gente corría, gritando. Las pantallas gigantes estallaban en destellos de energía oscura.
—Esta ciudad caerá primero, —dijo Kang, su armadura brillando con energía temporal.
—Y desde sus ruinas, nacerá nuestro nuevo orden, —añadió Doom, invocando criaturas místicas de Latveria.
El Maestro de Maestros solo sonrió, enigmático, como si ya supiera el resultado.
El grupo de Sam llegó segundos después, atravesando portales de tecnología de Reed Richards.
—¡Avengers, a la carga! —gritó Sam, liderando la embestida.
Thor invocó un rayo masivo que iluminó el cielo, Hulk rugió con fuerza descomunal, Hawkeye disparó flechas explosivas, y los 4 Fantásticos desplegaron sus poderes de forma sincronizada.
La batalla por Nueva York había comenzado.
Washington D.C.
En la capital, Ultron avanzaba, su ejército destruyendo todo a su paso. Las estatuas, los monumentos, todo se derrumbaba.
War Machine volaba sobre el campo de batalla, lanzando misiles de energía.
—¡Aquí War Machine! ¡Ultron ha llegado! ¡Solicito apoyo! —gritó a través del comunicador.
Ant-Man y Wasp se redujeron de tamaño para infiltrarse en las líneas de Ultron, saboteando a los robots desde adentro.
Shang-Chi, con sus anillos brillando, luchaba cuerpo a cuerpo, su energía ardiendo contra las hordas mecánicas.
Era una guerra desesperada... pero no imposible.
Wakanda
En el trono dorado de Wakanda, Shuri se puso la máscara de Black Panther. Junto a ella, Bucky Barnes —el White Wolf— se preparaba para la lucha.
Vanitas, en el borde de la ciudad, liberó oleadas de oscuridad.
—¿Listos para proteger su hogar? —susurró Vanitas, su Keyblade en mano.
—Siempre, —respondió Shuri, activando su traje vibranium.
El choque de poderes era brutal: tecnología avanzada contra magia oscura. Pero Wakanda no se rendiría sin pelear.
Londres
Lord Darkar volaba sobre Londres, oscureciendo el Big Ben y el Parlamento en una cúpula de sombras.
Doctor Strange, Wong, Capitana Marvel y She-Hulk aparecieron a través de un portal, la magia de Strange protegiéndolos de los ataques iniciales.
—Darkar es más peligroso de lo que parece, —dijo Wong.
Carol Danvers sonrió.
—Perfecto. Estaba buscando algo de diversión.
Se lanzaron al combate mientras She-Hulk destrozaba criaturas sombrías con sus puños y Strange convocaba hechizos que iluminaban la noche.
Mientras todo el mundo ardía en batalla, un portal gigante se abrió en Central Park.
De él emergió Loki, con su ejército de héroes multiversales: versiones alternativas de los Vengadores, Ghost Rider (Robbie Reyes), Bruja Escarlata, Capitanes América, Black Widows... todos listos para unirse a la batalla.
Detrás de ellos, una segunda oleada llegó.
Peter Parker, con su icónico traje mejorado, portando su Keyblade.
A su lado, los Guardianes de la Luz: Sora, Riku, Kairi, listos para la guerra.
Junto a ellos, su familia de las Islas Hirvientes: Raine, Eda, Lilith, Luz, King, Amity, Willow, Gus, Vee, Edric, Emira, Viney, Puddles, Skara, Boscha, Mattholomule, Jarbo, Barcus... y muchos más.
Todos portaban armas, magia, valor. Dispersándose rápidamente por la ciudad, luchando contra la oscuridad que consumía Nueva York.
Peter se colocó su máscara.Miró a Luz y los demás.
—¡Hoy no caeremos! ¡Hoy, peleamos juntos!
Nueva York ya no era la misma. Cada distrito, cada calle, cada edificio se había convertido en un campo de batalla. El cielo estaba teñido de tonos rojos y púrpuras, fragmentado por las grietas del multiverso. Portales y sombras danzaban sobre los rascacielos mientras el destino del universo entero se decidía en cada esquina.
Y fue en ese caos donde llegaron refuerzos.
Sentry descendió como una deidad, su cuerpo brillando con un aura dorada.
—Yo soy la luz… y también la oscuridad. Pero hoy… seré esperanza.
Visión, habiendo vagado por el mundo buscando su identidad, volvió con claridad en su alma y una comprensión renovada de su humanidad. Se unió a los Vengadores sin decir una palabra, solo con acción.
Desde el espacio, Star-Lord aterrizó con su nave junto a restantes de los Guardianes, su música sonando a todo volumen mientras abría fuego.
En Hell’s Kitchen, Daredevil, Jessica Jones, Luke Cage y Iron Fist —los Defenders— defendían sus distritos con ferocidad. A su lado, Punisher, con su bandera en el pecho y su rifle a la espalda, protegía civiles en las calles con brutal eficiencia.
Black Cat y White Tiger tejían movimientos ágiles en las sombras, interceptando sincorazones antes de que estos atacaran.
Los Thunderbolts —Yelena Belova, Guardián Rojo, Taskmaster, US Agent y Ghost— se lanzaron sobre el enemigo como una fuerza encubierta, destruyendo comandos enemigos sin piedad.
Los Young Avengers también dijeron presente:
America Chávez abría portales entre calles para mover tropas rápidamente.
Wiccan y Speed liberaban ataques mágicos y veloces que limpiaban bloques enteros.
Ironheart, Cassie Lang (Stinger) y Kate Bishop peleaban coordinadamente con precisión quirúrgica.
Finalmente, los X-Men de Fox, liderados por Charles Xavier, Wolverine, Storm, Jean Grey, Cyclops y Magneto, descendieron como titanes sobre Nueva York, liberando un aluvión de poder que rompía las líneas enemigas.
La guerra por la ciudad se volvió global. Y emocional.
Desde la cima de un edificio, Peter Parker observaba los movimientos del trío que lo había inquietado desde el principio: Kang, Doctor Doom y el Maestro de Maestros.
—Ellos son el núcleo —dijo Peter—. Si caen, el resto tambaleará.
A su lado, estaban Sora, Luz, King y Richard Rider (Nova Prime). Juntos, se preparaban para un asalto directo al epicentro del caos.
Peter se giró y miró a Riku, Kairi, Tobey Maguire, Andrew Garfield, y a los cientos de soldados con llaves espada y Nova Corps.
—Ustedes protejan la ciudad —ordenó Peter—. Lideren a los nuestros. Yo... iré por el corazón del problema.
Riku asintió.—Confío en ti, Spidey.
Capitán América (Sam Wilson) encabezaba a su equipo junto a Thor, Hulk, Hawkeye, Joaquín Torres y los 4 Fantásticos, abriéndose paso con pura fuerza y estrategia.
Simultáneamente, Loki, con su ejército de héroes multiversales, emergía desde la otra punta de Manhattan. A su lado marchaban versiones alternativas de Vengadores, Ghost Riders, y una Bruja Escarlata que dominaba las energías del caos.
Ambos grupos avanzaban hacia Times Square, convergiendo en el mismo punto que Peter.
Washington D.C.
El segundo grupo de Vengadores libraba una guerra sin tregua.War Machine, Ant-Man, Wasp y Shang-Chi batallaban contra Ultron y su ejército.
Nick Fury, al frente de los agentes de S.H.I.E.L.D., desplegaba estrategia y fuego.
Los Guardianes de la Luz —Roxas, Axel y Xion— ayudaban a liberar distritos clave.A su lado, los soldados sobrevivientes ISA y Helghast luchaban con honor, a pesar de sus diferencias pasadas.
Wakanda
El combate era colosal.
Shuri (Black Panther) y White Wolf luchaban junto a las Dora Milaje, incluyendo a Okoye.
Aqua, Ventus y Terra lideraban batallas aéreas y mágicas contra sincorazones y enemigos alternativos.
Vanitas y Ventus chocaban Keyblades con una intensidad devastadora.
Shuri, junto a Aqua, enfrentaba variantes corruptas de antiguos Black Panther y enemigos interdimensionales.
Londres
El caos no era menor.
Doctor Strange, Wong, Clea, Capitana Marvel y She-Hulk luchaban en las ruinas del Parlamento.
Se les unieron Capitán Britania y los hechiceros británicos, junto a las guerreras Winx, quienes usaban su magia para purificar hordas de oscuridad.
Asia y Oceanía
Los Agentes de Atlas, liderados por Jimmy Woo y otros héroes locales, defendían Hong Kong, Tokio, Seúl, Sídney, Yakarta.
Con ayuda de la TVA, coordinaban evacuaciones y defensas mágicas y tecnológicas por todo el sudeste asiático.
Times Square.
El punto cero.
El corazón de todo.
Kang, Doctor Doom y el Maestro de Maestros observaban cómo todos los grupos convergían hacia ellos.
—Están desesperados —dijo Kang—. Como ratas frente al fuego.
—Perfecto —sonrió Doom—. Será más fácil destruirlos a todos juntos.
—No —añadió el Maestro de Maestros—. Este... es el momento que quiero observar. El momento en que el corazón del multiverso se pone a prueba.
Desde una calle, Peter Parker apareció, con Sora, Luz, King y Nova Prime a su lado.
Desde otro ángulo, Sam Wilson, Thor, Hulk, los 4 Fantásticos y compañía se acercaban.
Y desde el norte, Loki y su ejército multiversal, caminaban en formación perfecta.
Los tres grupos se miraron por un segundo, intercambiando miradas, reconociendo el peso de lo que se avecinaba.
Peter dio un paso al frente.
—¿Están listos para hacer historia?
Sam alzó su escudo.
—Por el multiverso.
Loki sonrió.
—Por el caos... y el equilibrio.
Los tres ejércitos se lanzaron.
Kang, Doctor Doom y el Maestro de Maestros observaban la llegada de los tres grupos de héroes: Peter Parker, Sam Wilson y Loki, con sus ejércitos detrás.
La batalla no comenzó al instante.
Primero vino la conversación.
—¿Saben por qué el multiverso merece morir? —inició el Maestro de Maestros, de pie sobre un pedestal creado con energía oscura—. Porque ustedes... lo sobrecargaron de esperanza. De idealismo. De fe vacía.
Kang, de brazos cruzados, añadió:
—Cada incursión... cada variante... cada interferencia. Esto no es un accidente, es un cáncer. Nosotros... somos la cura.
Doom, con su voz como un trueno, finalizó:
—Y como toda cura, al principio, dolerá.
Loki sonrió con sarcasmo.
—Lo que realmente les duele es que no pueden controlar lo impredecible. Os creéis que sabéis todo cuando ni siquiera sabéis que vendrá después
Peter Parker, con su traje de combate reforzado, habló con firmeza:
—No importa cuántas veces intenten destruirlo todo. Siempre hay alguien que se levanta. Siempre.
Sam Wilson, erguido con su escudo al frente:
—Ustedes subestimaron la voluntad. No de un solo héroe, sino de muchos.
El Maestro de Maestros bajó su capucha, y por primera vez, su rostro brilló con un extraño resplandor.
—¿Quieren saber cómo comenzó esto?
—Tras la muerte del Kang exiliado en el reino cuántico —narraba el Maestro—, visité al Consejo de Kangs. Les ofrecí una idea: no conquistar… sino reiniciar.
La escena mostraba cámaras infinitas llenas de variantes de Kang, mirando al misterioso forastero.
—Ellos aceptaron. Luego vino Vanitas, obsesionado con destruir la luz. Después, Lord Dakar, maestro de la corrupción multiversal. Ultron, cuya única meta era el orden absoluto. Y al final, Doom, la mente fría que todo lo calculó.
—Juntos, comenzamos la sinfonía del colapso —dijo el Maestro—. Y ahora, su mundo será la última nota.
Con una explosión que quebró el cielo, Times Square se convirtió en el escenario más épico jamás visto.
Miles de llaves espada brillaban junto a rayos de energía, hechizos, disparos y rugidos de combate.
Los X-Men de Fox luchaban codo a codo con los Nova Corps, cubriendo flancos y salvando civiles.
Riku defendía a Andrew Garfield’s Spider-Man, mientras Wolverine desgarraba a enemigos sin corazón.
Los Defenders y Thunderbolts combatían variantes corrompidas de héroes caídos.
Star-Lord y Moon Knight peleaban espalda con espalda, cubriéndose como viejos amigos.
Sentry y Visión volaban alto, destruyendo criaturas dimensionales antes de que llegaran a la tierra.
Washington D.C.
Ultron lideraba a millones de drones y sincorazones.War Machine, Shang-Chi, Ant-Man, Wasp, y tropas ISA/Helghast luchaban ferozmente, pero las bajas aumentaban.
El suelo estaba cubierto de cuerpos, pero también de heroísmo.
Londres.
Strange y Lord Dakar cruzaban hechizos que rompían las leyes del tiempo.Wanda, aterrada, buscaba a sus hijos perdidos entre las realidades.
Clea, Capitán Britania, las Winx y los hechiceros combatían al borde del colapso.
Wakanda.
Vanitas luchaba con furia ciega contra Ventus, Terra, Aqua, Black Panther (Shuri) y White Wolf.
Ellos intentaban razonar, pero Vanitas solo respondía con oscuridad.
La batalla se convirtió en un ballet de poder, dolor y desesperanza.
Tres batallas principales se desarrollaban:
1. Kang vs. Thor, Hulk, La Mole y Mujer Invisible
Cada golpe hacía temblar los edificios.Kang usaba tecnología para crear realidades falsas, pero Thor lo enfrentaba con relámpagos.
Sue Storm mantenía escudos para proteger a los aliados, mientras Hulk y La Mole embestían como titanes.
2. Doom vs. Falcon, Luz, King, Antorcha Humana, Ghost Rider (Robbie), Loki
Doom invocaba magia oscura y tecnología.
Luz, en su forma de Titán, luchaba con una furia emocional.
Ghost Rider quemaba el alma de cualquier enemigo.
Loki, irónicamente, lideraba con nobleza, aunque fuera el dios del engaño.
3. Maestro de Maestros vs. Spidey, Sora, Sam Wilson, Hawkeye, Hulk y Reed Richards.
El Maestro usaba poder puro del corazón del multiverso.Sora giraba su llave espada con precisión celestial.
Hawkeye, herido, seguía luchando.
Reed analizaba patrones para contrarrestarlo.
Peter, en el centro, luchaba con rabia contenida.
Poco a poco, los héroes caían:
Wolverine, atrapado por variantes.
Jessica Jones, derribada por energía multiversal.
Kate Bishop, gravemente herida.
Terra, petrificado por un hechizo de Vanitas.
Star-Lord, salvando niños, cayó por un rayo dejándolo mal herido.
Moon Knight, rodeado, luchó hasta el último aliento.
Uno a uno… hasta que solo quedaron de pie:
Loki
Spiderman (Peter)
Capitán América (Sam Wilson)
Sora
Reed Richards
Luz
King
Todos exhaustos. Sangrando. Casi vencidos.
Luz, en su forma Titán, canalizó toda su ira y poder.
Con la llave espada en alto, golpeó una y otra vez a Doom, que esquivaba con una sonrisa.
—¡Esto es por mi gente, por mis amigos! ¡Por todo lo que han destruido!
Pero Doom, con calma, desvió su arma.
—Tu corazón es fuerte… pero ingenuo.
En ese instante, Peter, con las últimas fuerzas, saltó entre explosiones y polvo.
Golpeó a Doom en el rostro con una patada directa.
Su máscara cayó al suelo, haciendo eco en el silencio repentino.
Todos quedaron paralizados.
Spiderman se acercó.
Miró el rostro. Y se congeló.
—No… no puede ser.
El rostro debajo de la máscara…
Era Tony Stark.
Pero no el que conocían. Era una versión endurecida, rota, corrompida por siglos de guerra multiversal.
—Hola, Peter —dijo con una voz rasposa y oscura—. Sabía que algún día lo descubrirías.
La máscara de Doctor Doom yacía a los pies de Peter Parker.
Lo que vieron no era una alucinación. Era Tony Stark.
Sam Wilson bajó su escudo.
Bruce Banner retrocedió, jadeando.
Thor miraba con el ceño fruncido, confundido como pocas veces.
Hawkeye susurró:
—¿Esto es una ilusión?
Peter, con los ojos brillosos, dio un paso adelante.
—¿Tony…? ¿Eres tú?
El hombre asintió.
Pero lo que dijo a continuación, los destrozó:
—No soy el Tony que conociste. Él… murió por su mundo. Yo... vengo de un universo en el que los héroes nunca existieron.
Loki, aún enfrentando a Kang, giró el rostro.
—¿Un universo sin esperanza...? ¿Y decidiste vestir la máscara de un tirano?
Stark-Doom continuó:
—En mi mundo, la humanidad se autodestruyó. Las máquinas, los gobiernos, las guerras… todos se aniquilaron sin superhéroes que los contuvieran. No quedaba nada. Solo yo. Encontré restos del Multiverso y del poder del Maestro de Maestros. Vi cómo se acercaba el colapso, y decidí actuar.
—No como un héroe. Como un dios.
Mientras Loki luchaba contra Kang, sus pensamientos giraban.
—¿Cómo llegó aquí?
—¿Viajó por sí solo entre realidades?
—¿O alguien lo trajo?
Su mirada se cruzó con la del Maestro de Maestros.
—¿Acaso todo esto fue provocado desde el principio?
—¿Desde antes de Quantumania?
—¿Desde antes de que supiéramos lo que era una variante?
Loki golpeó con fuerza renovada. Pero la duda lo carcomía.
A pesar de la revelación, Peter se recompuso.
—Eres tú... pero no eres él. Eso no te da derecho a decidir por todos.
Con King, Luz, Sam, Reed, Thor, Hawkeye y Loki, se lanzó a la ofensiva.
Kang, Doom, el Maestro, Ultron, Vanitas y Lord Dakar desataron su poder como dioses antiguos.
El caos era tan grande que los cielos cambiaban de color con cada golpe.
Sam lideraba el ataque como lo hacía Steve, pero no había escudos que resistieran el destino.
Luz, aún en su forma Titán, protegía a Peter, pero la energía oscura la superaba.
King rugía, luchando con su magia primordial.
Uno a uno, fueron cayendo.
Thor, derrotado por un desgarro en el tejido del tiempo.
Hawkeye, atrapado por los sincorazón.
Sam, con el escudo partido en dos.
Finalmente, solo Peter quedó de pie, agotado, sin máscara, frente a Stark-Doom.
Doctor Doom-Tony Stark levantó ambas manos.
Sus aliados rodearon el epicentro.
—Este universo ha fallado. Todos lo han hecho.
Una energía blanca y negra brotó del cielo.
Realidades completas se fragmentaban como vidrios rotos.
—Desde los restos de sus errores… nacerá un nuevo orden.
Battleworld emergió como un planeta-mosaico, uniendo fragmentos de mundos destruidos:
Partes de la Tierra-616
Ciudades del universo de los X-Men
Territorios de las Keyblades
Sectores de Helghast y del ISA
Restos de mundos mágicos, científicos y apocalípticos
Cada zona, gobernada por uno de los seis tiranos: Kang, Doom, Ultron, Vanitas, Lord Dakar y el Maestro de Maestros.
Peter, cayendo de rodillas, solo alcanzó a susurrar:
—¿Y ahora qué…?
Espacio profundo. Dimensión del Vigilante.
Uatu, de pie frente a un cosmos estéril, observa lo imposible:
El Multiverso… colapsando.
—Ha comenzado.
En sus ojos se reflejaba Battleworld, suspendido en el vacío.
—Las últimas piezas están en el tablero…
… y no hay marcha atrás.
El Vacío.
Un espacio donde el tiempo no existe. Ni estrellas. Ni sonido.
Naminé, sola, camina por un páramo blanco.
Sus pasos no dejan huella.
Encuentra un libro viejo, desgastado, en medio del vacío.
Lo toma con cuidado.
El título: “El Principito”.
Lo abre. La primera página lleva una inscripción:
“Para Peter, que sueña con otros mundos. —Tía May.”
Naminé se pregunta:
—¿Cómo llegó esto aquí…?
—¿Quién lo trajo?
Mira al horizonte.
El vacío empieza a temblar ligeramente.
Y una voz, apenas audible, susurra:
—“Lo esencial es invisible a los ojos…”
![Avengers: Kang dinasty-Doomsday-[BI]El multiverso últimamente ha estado en un proceso de destrucción acelerado debido al cons](https://image.staticox.com/?url=http%3A%2F%2Fpm1.aminoapps.programascracks.com%2F9376%2F818b9bbfb9c159bc771b2f9388a9b7dcfe0ef844r1-1382-2048v2_hq.jpg)
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