Capitulo 3: Recuerdos Del Pasado

Cassius Rowle nunca imaginó que regresaría a la Casa Rowle. Había dejado ese lugar atrás hacía muchos años, y lo había hecho con la esperanza de nunca volver. El lugar que alguna vez fue un hogar lleno de risas, ahora estaba marcado por el abandono y el paso del tiempo. La mansión en ruinas parecía reflejar el vacío que sentía en su interior.

Se apareció en los jardines delanteros, donde la maleza había invadido todo. Las altas columnas de piedra, antes impecables, ahora estaban cubiertas de musgo y grietas. Cuando pisó el umbral de la entrada, una ráfaga de aire frío se coló entre las puertas de madera, que crujieron al abrirse. Cassius pasó por el vestíbulo, observando los muebles cubiertos con sábanas, como si esperaran que todo regresara a la normalidad algún día.

De alguna manera, el lugar le resultaba extraño, pero al mismo tiempo familiar. La biblioteca, el comedor, incluso la escalera que ascendía al segundo piso… todos los rincones de la casa estaban impregnados con los recuerdos de su infancia. La casa parecía guardar secretos, y Cassius sentía que cada pared susurraba historias que preferiría no escuchar.

Su varita iluminó la oscuridad a medida que avanzaba, y sus pasos resonaban en el suelo de madera envejecida. Se detuvo frente a un retrato que colgaba en la pared del vestíbulo. Sus padres, Septimus y Livia Rowle, sonreían con orgullo en la pintura, vestidos con ropas elegantes. Cassius los observó durante unos momentos, sus ojos recorriendo sus rostros, buscando algo, cualquier cosa que le ayudara a entender quiénes realmente eran.

Había sido un niño feliz, o al menos eso le gustaba pensar. Recordaba los días en que sus padres lo llevaron al Jardín de las Rosas, donde le enseñaron a apreciar las plantas mágicas que crecían allí. Su madre le hablaba de las criaturas mágicas que habitaban en la finca, mientras su padre le enseñaba a mantener la varita siempre lista.

Pero también recordaba las noches en que el silencio en la casa se volvía insoportable, cuando sus padres se encerraban en su despacho, discutiendo en voz baja, y Cassius se quedaba escuchando desde las escaleras, sin entender mucho, pero con una sensación inquietante que nunca pudo sacudirse.

La última vez que vio a sus padres vivos fue en la noche de la Batalla de Hogwarts. Estaba solo en la casa, pues había quedado herido tras una batalla contra 4 mortífagos en Londres, estaba esperando noticias. Había escuchado rumores sobre los enfrentamientos, pero nunca imaginó que ese sería el último día en que sus padres cruzarían el umbral de la puerta. Cuando llegaron, ya estaba oscuro. No le dijeron nada, solo entraron sin mirar atrás. Y al amanecer, ya no estaban.

El Ministerio había dado la noticia de su muerte en un enfrentamiento con mortífagos, pero nunca hubo detalles claros. El informe oficial mencionaba que se habían puesto del lado de la resistencia en la guerra, luchando por el bien, pero Cassius nunca lo creyó del todo. Había algo en sus ojos, algo en la forma en que evitaban hablar de ciertos temas, que le decía que no todo había sido tan claro.

La sensación de duda había crecido con los años, como una sombra que lo seguía, pero nunca tuvo pruebas, pues su familia durante generaciones era fiel seguidores de las artes oscuras, la pureza de la sangre, y a Voldemort en ambas guerras Ahora, al estar de nuevo en la casa, la duda se había intensificado. Cada rincón de este lugar le hablaba de un pasado que había sido cuidadosamente ocultado, y no estaba seguro de si quería saber la verdad.

Subió las escaleras hacia el despacho de sus padres. El cuarto seguía como lo había dejado, con los estantes llenos de libros y papeles en desorden. Los recuerdos de su madre leyendo en su silla favorita y su padre trabajando en su escritorio flotaban en su mente, pero lo que más le llamó la atención fue un objeto pequeño, una caja de madera que descansaba en una esquina del escritorio.

Al acercarse, notó que la caja estaba cerrada con un candado, uno que nunca había visto antes. Lo abrió con un suave hechizo de desbloqueo, y dentro encontró varios papeles arrugados y una carta con el nombre de su madre escrita en tinta. Sin pensarlo, la abrió y comenzó a leer:

*"Cassius, cuando leas esto, ya habrá pasado mucho tiempo. Lo que no sabes es que tu padre y yo hemos tomado decisiones que nunca podrás comprender. Hemos luchado por algo en lo que creíamos, algo más grande que la familia, pero también te protegemos de lo que nunca quisimos que supieras. Tú, querido hijo, mereces un futuro sin las sombras del pasado. La verdad, tal vez, no te ayudará a encontrar paz, pero si algún día te ves obligado a tomar decisiones difíciles, espero que entiendas que no todo en la vida es blanco o negro..."*

Cassius dejó caer la carta, el corazón palpitando con fuerza. La ambigüedad de las palabras de su madre lo dejaba más confundido que nunca. Sabía que sus padres no eran lo que él había pensado, pero ¿cuánto de eso era su propia imaginación?

Al cerrar la caja y dejarla sobre el escritorio, Cassius se alejó de la habitación. Sabía que debía seguir adelante, que el pasado no debía definir su futuro. Pero las dudas lo acompañarían para siempre.

Al salir de la casa, la luna llena iluminaba la mansión de manera espeluznante, como si la misma noche estuviera observando sus pasos. Y con cada uno de esos pasos, Cassius Rowle sentía que su historia, la verdadera historia, estaba apenas comenzando a revelarse.

:fire: K.B.M