[ :coffee: ] ❝ Café de medianoche ↷ viñeta ❞

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┊┊┊                     コンニチワ

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❥ ¡Holuu! Pan vuelve con otra viñeta, ya que últimamente las ideas han venido a mi cabeza y es más que obvio que no puedo desperdiciarlas (además de que ando re aburrida en los últimos días porque ando en semana de receso y eso jshd).

He de agregar que esto de sorprenderles al último segundo me está empezando a encantar, así que decidí repetirlo nuevamente aquí. Ahora les dejo leer uwu.

No sabía qué día era, tampoco recordaba la hora y mucho menos sabía mi nombre. Lo único que aún perduraba en mis recuerdos era una bella cabellera negra, acompañada de los más hermosos e inocentes ojos que había visto en toda mi vida. Pero no lograba recordar el rostro de aquella persona.

«Él». Resonó en mis pensamientos mientras mantenía la mirada en lo que fue alguna vez un hermoso jardín de flores.

Ahora lo único vivo en ese lugar soy yo.

Lo que parecían haber sido flores bellas eran ahora un montón de plantas marchitadas y que despedían un horrible olor, mientras que los ornamentos de jardín estaban totalmente dañados y le daban cierto aspecto tétrico al lugar. Incluso podría llegar a afirmar que aquellos gnomos de jardín me vigilaban entre las sombras, tal vez esperando a que llegara el momento indicado para saltar hacia mí y comerme vivo, como si fuera una película de terror, pero yo más que nadie sabía que eso solo era paranoia mía.

—¿Ahora qué? —pregunté sin esperar respuesta alguna. No recordaba la manera en la que había llegado allí y mi cabeza dolía cada vez que intentaba recordarlo.

Estaba solo en ese lugar, siendo mi única compañía la luna y aquella taza de café que sostenía en mi mano derecha.

Solté un suspiro mientras comenzaba a caminar por el jardín, intentando obtener una pista que me dijera algo sobre mí y la razón por la cual estaba ahí.

«Continúa». Volvió a hablarme aquella voz, haciendo un sonoro eco entre mis pensamientos.

—Sí... —le contesté.

Mis botas se llenaban de tierra a medida que iba adentrándome más y más, sintiendo por unos segundos una extraña presencia a mi alrededor, pero eso no me importaba, más bien, quería pensar que no estaba solo. Necesitaba hacerlo, porque tal vez así tendría una pista de por qué me encontraba ahí.

Poco a poco y con cada paso que daba, el ambiente de aquel lugar se tornó más sombrío que antes y la luz de la luna comenzaba a debilitarse, como si tuviera miedo de ver lo que se encontraba al fondo del jardín. En lo que antes estaba cubierto de flores marchitas, ahora comenzaban a dominar altos y delgados árboles.

Podía notar claramente la forma en que el lugar se volvía aún más macabro, en especial por la forma en la que la oscuridad comenzaba a reinar. Ya no había rastro de lo que fue alguna vez la luz de la luna, solo se encontraba la negrura de la noche.

Caminé por unos minutos más a través de lo que ahora se asemejaba a un extenso bosque, hasta que logré divisar un pequeño resplandor entre toda la oscuridad.

«Ahí... ahí está». Volvió a hablarme aquella voz. No pude evitar asentir luego de escucharle, a sabiendas de que no podía verme.

Di unos pasos más antes de detenerme frente aquella luz. Daba directamente a un gran agujero que seguramente que había sido cavado por una persona. Bajé la mirada y de inmediato todos los recuerdos golpearon mi mente en un instante.

En aquel agujero se encontraba el cadáver de lo que un día fue el hombre más hermoso que había visto en toda mi vida. Su precioso y negro cabello seguía viéndose suave a pesar de la tierra que amenazaba con arruinarlo, acompañado del rostro más bello de todo el planeta tierra. Sus ojos estaban cerrados, pero todavía podía recordar el cautivador brillo que desprendían cada vez que me veían.

Era una obra maestra hecha por los dioses. La mejor pieza de arte que ha sido creada. Es simplemente perfecto...

—Ya recordé... —pronuncié con un hilo de voz, pero no por miedo o tristeza al rememorar todo.

Una cínica sonrisa se posó en mis labios mientras le daba un sorbo a la taza de café que me había acompañado en todo momento.

—Tú eras mi novio, Marc Anciel, y yo soy tu asesino, Nathaniel Kurtzberg.

Y era mi deber preservarlo.

❥ Aclaración.

:coffee: Por si no entendieron, Nathaniel y Marc eran novios, sin embargo, Marc no sabía que Nathaniel era un psicópata que estaba embobado por su belleza y que decidió asesinarlo para 'preservar' su gracia y que nadie pueda hacerle daño.

❥ ¡Y bueno! Espero les haya encantado la viñeta. ¡Nos leemos luego!

(si les gustó mucho, pueden dejar unas moneditas, lol).

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