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La Variante | Fanfic Battle

Author's Avatar
dorito 7 days ago
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HEYYO MLBA S :star:

La Variante | Fanfic Battle-[c]

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[cbi]HEYYO MLBA S  :star: 
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[C]Ha pasado

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Ha pasado un tiempo desde que publiqué :pensive: ,

pero en esta oportunidad vengo con la parti-

cipación en la Fanfic Battle. He de itir que

la temática fue algo difícil de escribir para mí.

¿𝗻𝗼 𝘀𝗮𝗯𝗲𝘀 𝗾𝘂𝗲 𝗲𝘀 𝗹𝗮 𝗳𝗮𝗻𝗳𝗶𝗰 𝗯𝗮𝘁𝘁𝗹𝗲? Este es un

concurso oficial organizado por el staff para

los   escritores, se deberá   subir un escrito si-

guiendo la temática dada para la ocasión, si

quieres más información, esta wiki ayudará.

:star: 𝘁𝗲𝗺𝗮𝘁𝗶𝗰𝗮: el torneo del guardián caido. los

participantes tendremos que escribir una his-

toria    protagonizándola    nosotros mismos,

donde tendremos que pelear con otros porta-

dores (multiversales, antiguos, actuales, etc).

.    .    .    .    .    .    .    .    .    .    .   #FanficBattle

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La Variante | Fanfic Battle-[c]

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[C]Ha pasado

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﹝☆﹞ A cont̲i̲n̲uac̲i̲ó̲n, un 𝗴𝗹𝗼𝘀𝗮𝗿𝗶𝗼 que

   𝘱𝘰𝘥𝘳𝘪𝘢 𝘢𝘺𝘶𝘥𝘢𝘳 con la lect̲u̲r̲a̲:         

:dizzy: planck: unidad de medida en física.

:dizzy: estrella de neutrones: cuerpo celes-

te ultra denso, su explosión es masiva.

:dizzy: teoría de cuerdas, inflación cósmica

y mecánica cuántica: teorías sobre la

naturaleza/existencia del   multiverso.

:dizzy: energía cuántica: termino no-teórico

que pertenece a la mecánica cuántica.

:dizzy: estrella masiva tipo O:    estrella que

explota    más   lento   que las   demás.

:dizzy: movimiento vibratorio: movimiento

de los átomos en estructuras sólidas.

disfruten la lectura

𝗽𝗮𝗹𝗮𝗯𝗿𝗮𝘀:     5.519

"    𝗟𝗔 𝗩𝗔𝗥𝗜𝗔𝗡𝗧𝗘    "

#TorneoMiraculous.

La Variante | Fanfic Battle-[c]

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[C]Ha pasado

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Antes de todo este desastre, la idea del multiverso solo era una frontera lejana de la física teórica, específicamente reservada para noches conspirativas y largos videos de teorías en YouTube que digería adictivamente después de una patrulla pacífica y fructuosa.

Lo recuerdo bastante bien: la teoría de cuerdas, la inflación cósmica, la mecánica cuántica. Eran ideas que me gustaba imaginar, solía distraer a mi compañera durante las patrullas; ella siempre me gritaba con su maravillosa sonrisa que dejara de decir tonterías.

Ella era muy estricta, pero hoy soy yo quien carga con el peso de la responsabilidad.

Resulta que, cuando lo miras desde afuera, el multiverso parece no tener una forma concreta. Pero he pasado el tiempo suficiente vagando en sus redes como para comprender su existencia, su crueldad y su amargura.

Es un vacío eterno y oscuro, devastado por las ramificaciones cuánticas y los futuros probables.

Coloquialmente hablando, es un árbol colosal, marchito y viejo, con ramas que perecen, hojas que caen a la nada y raíces que crecen al revés.

Desde dentro, es la vida como la conocemos. Pero afuera, donde el límite de lo real y lo imaginario colinda con la locura y la ciencia absurda, las líneas de tiempo se unen como un embudo y caen en la trenza desordenada de la existencia.

Cada universo es una fracción infinita de vida independiente, con leyes físicas y horizontes científicos que distan de los de mi hogar.

Ha pasado un rato, un largo rato, realmente. No sé cómo funciona el tiempo aquí, pero estoy tan cansada y consumida que me resulta fácil asumir que llevo una eternidad buscando.

El anillo en mi dedo es como un ladrillo aplastando mi conciencia. Pesa con el remordimiento de fallar, de fracasar, de haberme quedado parada y observar con la rabia en la garganta como todo dejaba de existir frente a mis ojos.

Fallé.

Lo eché a perder.

¿Fue siquiera mi culpa?

Tal vez todo sería más sencillo si yo también me hubiese ido.

Fue rápido, o al menos así lo recuerdo. Mi memoria está tan desordenada que encontrar un recuerdo realista y conciso es proporcional a tomar una estrella de neutrones con la mano desnuda. Fue brutal, aunque creo que la brutalidad es un concepto amable para la aniquilación sistemática e inmediata de toda la vida imaginable del radio universal.

La gente, la vida misma, se desvaneció en gritos de horror, aliento de hierro -sanguinario y letal- y con la desesperación brotando a gota gorda, exudando todos los sentimientos de desasosiego en un lapso de segundos contados milimétricamente.

Todo ocurrió a una velocidad acelerada, fue como ver estallar una estrella masiva de tipo O. Para mí fue rápido, pero la gente normal lo vio como nosotros vemos morir a las estrellas.

Tardó una eternidad.

Después de todo, el pánico es una emoción que actúa contra las manillas del reloj, se esparce como un virus sin cura aparente, tan similar a un veneno que invade desesperado y logra su cometido.

El ambiente era la esencia pura del caos, el terror y la expectación.

Quiero pensar que no dolió. De no ser así, creo que ni siquiera podría respirar.

Honestamente, ni siquiera sé si quiero respirar.

Pero sí, respiro, vivo y busco incansablemente, pero desearía ser uno más en mi hogar, uno menos en el multiverso.

Deseo como un pecador desea al pecado, como un creyente le reza a su dios y como una madre dedicada ama a sus hijos.

Pero lo que no se ha creado no puede ser destruido, y lo que destruye no puede arrasar con su creador. No puedes destruir a la destrucción, pero crearla cobra una deuda que se tatua en los huesos a un ritmo voraz e inhumano.

Lo supe desde el momento que me puse el anillo, el que apareció esa tarde en mi cama hace tanto tiempo. Claro que lo supe, era obvio. Esta responsabilidad y este poder estaban más allá de mí.

El Miraculous de la Destrucción estaba más allá de la existencia misma.

Todo aquello que representaba era demasiado grande para mí, para el universo, para la vida y la muerte.

Si la destrucción es indestructible, estoy destinada a crear la aniquilación. Devastar, demoler, hundir y colapsar, ¿acaso tengo un propósito más que crear lo que debe acabar con todo?

Al final, ser un héroe significa que la amargura se retuerce con más violencia por el cuerpo cuando te derrotan, que el título se desacredita con un filo más mortal cuando lo intentas y fracasas.

Pero hoy lo estoy intentando nuevamente. No porque soy un héroe, sino que no hay nada que anhele más que volver a casa.

Solo quiero ir a casa.

Escuche quien me escuche, déjame ir a casa.

Físicamente, mis venas arden como si mi torrente sanguíneo estuviese lleno de lava, las células de mi cuerpo palpitan por la energía cuántica que destroza mi sistema nervioso y mi corazón bombea de forma arrítmica sangre que ya ni siquiera circula en mis extremidades. Aún así, agarro firmemente la línea de tiempo hasta que mis dedos crujen del esfuerzo y mi piel se fragmenta roja y despellejada, cubierta de sangre caliente.

A este punto, todo hierve como una sopa perturbadora de mi humanidad, hace tanto calor que la carne de mi cuerpo se cuece y el vapor sale disparado por las grietas de la piel, incluso el dolor que acompaña mi impetuosa cascada de lágrimas se evapora en el acto. Nada de esto impide que no suelte la línea, no importa que el anillo arda como el infierno sobre mi dedo y que destruya el tejido cutáneo hasta los huesos.

Ahora que estoy tan cerca, nada evitará que vaya a casa.

Nada, ni nadie.

Me zambullo en el dolor como una cirujana experta, no importa cuan clínica y metódica deba ser para sumergirme en este universo, debo de entrar.

Esta es la oportunidad.

Tal vez sea la única que tenga, después de todo, ¿cuál es la probabilidad de encontrar un universo tan parecido al mio?

No existe fuerza que vaya a derribarme, porque soy la portadora del Miraculous de la Destrucción y nadie puede aniquilar lo que no puede ser destruido.

Mentalmente, jamás estuve tan clara. No tengo más objetivo que aferrarme a la línea y entrar en este páramo desconocido. Mis pensamientos corren prófugos como el movimiento vibratorio de los átomos, me mantienen sólida y fuertemente unida a este nuevo universo, con el único propósito de encontrar lo que busco.

La temperatura se eleva y sigo vibrando con tanta potencia hasta que la energía colapsa y la línea de tiempo me acepta.

Me dejo tragar por la torrente cuántica, abandonando el vacío y el estúpido árbol que siempre parecía estar riéndose de mí.

____

Siento como si una supernova me hubiese explotado en la cara.

Tal vez es porque acabo de forzar los límites subatómicos del vacío, o quizás es porque estoy enterrada hasta el fondo en un basurero.

No sé.

Eso no es lo importante en este momento.

El aire que respiro por primera vez en mucho tiempo sabe algo más que oscuridad y frustración. Ahora más que nunca debo armar el puzzle en mi memoria y encontrar las piezas que faltan.

Ladybug.

Mi Lady.

El Miraculous de la Creación.

Mi amiga, el amor de mi vida, mi compañera. Marinette, la guardiana. Mi todo.

Si quiero recuperar todo lo que perdí, debo conseguir los aretes. Debo convertirme en la guardiana. Lo necesito todo.

No puedo seguir sin nada.

Mis músculos se mueven mecánicamente al levantarme, reconozco París sin ver mucho más allá y la sobrecarga sensorial que acompaña la distinción es sofocante.

Es desagradablemente diferente. Los colores, el olor, el viento y el sonido. Tal vez pasar mucho tiempo en el vacío me privó de la conciencia de mi entorno, pero también podría ser que la pecera de mi memoria haya reventado, inundando mi claridad.

Mi cerebro parece conectarse a la situación y los recuerdos me guían sobrevolando las calles abarrotadas.

El traje de cuero me aprieta incómodamente en los peores lugares, el cinturón me corta la circulación de la cadera y el anillo me calcina el dedo como un círculo ardiente de penitencia.

Nada impide que me arrastre por los techos y salte por los callejones hasta llegar a ese característico balcón.

La nostalgia es desgarradora, pero si lo logro, no tendré que extrañar mi vida durante mucho tiempo más.

Cueste lo que cueste.

Mi código moral desapareció con mis nervios quemados, por lo que no hay remordimiento en forzar la cerradura de la ventana. Adentrarme es fácil, pero el cerebro humano no tiene una respuesta química preparada para procesar el rostro vivo de la persona que más amabas y viste morir repentinamente.  

Es Marinette.

Idéntica.

La saliva me calcina las cuerdas vocales y por un instante el mundo queda mudo, sordo y ajeno a todo lo que la neuroquímica cerebral intenta transmitir por mi sistema incinerado. Me quedo ahí, mirándola, porque esta Marinette es igual a mi Marinette.

La veo fijamente, sin mover ni un planck los párpados. Es probable que eso la esté perturbando. Francamente, podría catalogarse como escalofriante. Sé perfectamente que los engranajes de su cabeza empiezan a funcionar, eficiente como una máquina bien engrasada. Frunce el ceño y da un paso atrás con precaución.

¿Por qué me tiene miedo?

Me conoce, debe hacerlo.

Tiene que hacerlo.

— ¿Quién demonios eres? — gruñe con una voz visceral. Puedo escuchar la incertidumbre en su tono.

Está peligrosamente a la defensiva, me mira como si nunca me hubiese visto antes. Mi corazón se descompuso de la pena e intenté alcanzarla, pero ella dio un paso atrás cuando me impulsé para tomar su mano.

Me quedé ahí, parada, con el brazo en alto, casi como una súplica física.

— Marinette…— mi voz salió temblorosa, apenas un susurro audible. Mi amada compañera se estremeció, retrocediendo cada vez más, alejándose de mí. — Mi Lady, debes… Necesitas entregar la caja, tus aretes. Los Miraculous. Es urgente.

Vi como sus ojos tomaban un brillo distinto, siento como me analiza detenidamente, con la respiración serena pero con los hombros tensos, aferrándose con los dedos a la mesa que tiene a sus espaldas. De repente, su aliento calmado se convierte en un jadeo sonoro de horror, sus iris arden en furia, una combustión descontrolada que amenaza con comerme.

Estoy asustada, tan asustada.

— ¡Ese es el anillo de Chat Noir! — me grita, su timbre es un reflejo de su tormenta interior. Empiezo a preocuparme, claro que es mi anillo, incluso tengo el traje puesto. Yo, personalmente, no entiendo el problema, pero Marinette parece haberse tomado mi posesión del anillo como algo personal. — ¿Qué… qué le hiciste?

Estoy repulsivamente desconcertada.

¿Cómo es posible que me confunda con alguien más?

— ¿Estás bien, Mi Lady?

Ella reacciona como un depredador cuando me toma de los hombros y me empuja contra la pared, su hermoso rostro está desfigurado por la rabia apenas contenida, una expresión que nunca me dedicó con esmero. Mis músculos se encogen de miedo y chillan para que me libere, pero mi cuerpo no responde y me quedo observándola como un témpano de hielo.

— ¿Qué le hiciste a mi compañero?

Su voz es visceral, una emisaria hostil que me paraliza de pies a cabeza y que logra aumentar la atmósfera glacial en la habitación. La conmoción que me generó fue como un golpe limpio en mi cabeza, dejándome con la sangre acumulada en el frente del cráneo.

— Te estoy preguntando algo, carajo. ¿Qué le hiciste a Chat Noir, cómo sabes quién soy? — sus dedos empuñaron con mayor fuerza mis hombros, clavando sus uñas con las manos trémulas. — ¿Quién eres? Dime qué le hiciste a mi compañero, ¿escuchaste?

¿De qué habla? ¡Yo soy su compañera!

La ira me sube de los pies a la cabeza en cuestión de segundos, ¡Yo debería ser la que interrogue aquí, Marinette me está reemplazando!

— ¡El anillo es mío!

Me la quito de encima con un empujón y me alejo de la pared para que no vuelva a acorralarme. Tengo la memoria revuelta como un par de huevos con tocino y esta sospechosa interacción parece un sueño loco.

Ella me mira con una experticia clínica, intentando diseccionarme, como si tratara de desnudar mis secretos, violar mi mente.

Marinette no duda un segundo más en transformarse y me ataca sin vacilación. La traición recorre cada partícula viva en mi cuerpo, la amargura envenena mi sangre y siento como se pudre toda la esperanza en la paz que guardaba.

Esta no es mi Marinette.

Es una impostora, una traidora, Ella me está alejando de la verdadera Marinette, de mi universo, del resto de las personas que amo.

— Dame tus Miraculous —, dije con la cólera resbalando por mis labios como una oscura premisa. Siento como si me tragara una inhumanidad salvaje, comiéndose mis fibras de manera sádica. — Entrégame toda la maldita caja.

No voy a dejar que se salga con la suya, no cuando estoy tan cerca de tenerlo todo de vuelta.

Su yo-yo impacta con mi costado como una bala gruesa, el malestar me lleva al límite. Experimento la sensación paralítica de creer que mis átomos se separan y mi cuerpo se estira con furia, respondo con un golpe desalmado que la arrastra por toda la habitación, las cosas sobre la mesa salen disparadas cuando el mueble se parte por el impacto.

Esta extraña Marinette apenas puede levantarse cuando decido darle un ultimátum. La fuerza del cataclismo abarrota mi brazo con un vigor desalmado, siento como si una explosión gamma atravesara mi cuerpo con rudeza, aislando la energía siniestra en la palma de mi mano.

— Voy a ser la guardiana, te guste o no —, le advertí. Ella levantó su rostro con resistencia, tratando de encontrar probablemente las palabras para defenderse. — Me vas a entregar la caja y tu Miraculous. Nada me va a detener. Ni tú, ni nadie.

La Marinette impostora tiembla en el suelo mientras me acerco con el cataclismo estallando en mi mano, cada uno de mis nervios incrustados en mi carne pide a gritos que suelte las riendas y la desintegre en la oscuridad del óxido y el olvido. Los átomos de la destrucción bailan sobre mi palma con ansiedad, chocando los unos con los otros y saliendo disparados en todas direcciones.

La piel me ruge dolorosamente cuando las cicatrices negras invaden rítmicamente todo mi sistema. Alzo la mano y golpeo con fuerza, pero la falsa Marinette me esquiva y sale catapultada de la habitación.

Las paredes a mi alrededor caen en polvo y el suelo cruje como la madera vieja. La rabia se condensa como un diamante y explota como un volcán.

La caja, recuerdo.

La busco desesperadamente hasta que la veo asomarse por el techo de una casita de juguete. Mi corazón, lleno de ilusión, se dispara erráticamente hacia la luz al final de este túnel macabro que estoy atravesando. Me apresuro a tomarla para abrirla a la fuerza y encontrar…

Nada.

Los Miraculous no están aquí.

¿Por qué?

¿Por qué?

¿Por qué?

¿Cómo es esto siquiera posible?

El horror y el enojo corren en círculos sobre mi cabeza, martillando mi existencia como un clavo. El bilis me sube por la garganta como una bola de fuego y me prende la boca chamuscando mi lengua e hirviendo mi rostro.

Siento como todo se desvanece casi de forma intermitente, los brazos me tiemblan con un dolor sordo, una fuerza externa me estira y me compacta a su antojo cruel.

Estoy atrapada entre la fuerza de un agujero negro, absorviendo su energía brutal y cruda, mis piernas se rinden y mi garganta se suelta, permitiendo que el vómito acido y los gritos agónicos hagan una cacofonía indómina de frustración.

Maldita, maldita, maldita.

¿Por qué yo?

¡Siempre yo!

Todo cambia de forma como un remolino de porquería que se estrella en mi cara.

Esta rara Marinette, Ladybug.

La haré sufrir, pagará por alejarme de mi amada, de mi hogar.

Araño, aplasto y destrozo todo lo que tengo a mi alcance hasta que todo lo que siento son mis uñas partiendo mi piel y mi estómago retorciéndose del asco, las lágrimas me bañan el rostro, callando las arcadas con gritos.

Deben estar en algún lado.

El resto de los Miraculous, Ladybug también.

El anillo vibra peligrosamente en mi dedo.

Solo tengo que buscar, después de todo, nada está perdido hasta que yo lo destruya.

¿Verdad?

_______

Un beso puede ser más nutritivo que una comida, más necesario que el oxígeno.

Y mientras muero de hambre y el pecho se me hunde por la asfixia, solo puedo pensar cómo será volver a vivir cuando regrese a mi casa, cuando mi Marinette esté entre mis brazos otra vez y yo haya salvado el día.

Mis circunstancias son débiles, pero mi cuerpo y mi alma vibran más fuerte que nunca por el deseo.

Las abarrotadas calles de París se fueron apagando con el sol, pronto la noche cayó como un manto sobre el cielo y mi búsqueda siguió igual de implacable desde que pisé esta extraña pero parecida imitación de mi hogar.

Las estrellas me miraban con sus luces aplacadoras mientras me ahogo en la nostalgia. No me preocupa lo suficientemente estar triste; soy fuerte, no tengo más opción que la victoria, sé que encontraré a esta Ladybug impostora y el resto de los Miraculous.

Volveré con mi Marinette, con la gente de mi París, mis amigos y mi familia.

Cueste lo que cueste.

Pero ser fuerte y positiva no evita que extrañe desgarradoramente, cruelmente, locamente.

El traje se me pega de manera incómoda a la piel, la suciedad se filtra entre las costuras y el sudor del sol me baja sigilosamente desde el cuero cabelludo hasta el cuello del traje.

Jamás me había parado a pensar lo agobiante que se siente llevarlo puesto.

Estiro nuevamente el bastón y busco desde lo alto una vista periférica de la ciudad. La noche parece haberse tragado a las personas, aunque las calles están iluminadas levemente por las luces de los edificios.

A lo lejos vuelvo a ver esa irritante y escurridiza mota roja que llevo persiguiendo todo este tiempo. Esta Ladybug es astuta, rápida y buena para esconderse.

Pero ese bicho imitador no es lo suficiente para vencerme.

Yo ni siquiera estoy cansada, pero ella parece al borde del colapso. Se hace más lenta, más torpe a cada segundo que pasa.

Mis labios se tuercen en una sonrisa triunfal y me precipito con ímpetu a la carrera, me agito de emoción cuando la veo estremecerse al notar que estoy muchísimo más cerca que antes. Extiendo el brazo, a nada de agarrarla, pero mis dedos apenas rozan su cabello antes de que ella doble por un callejón…

Y desaparezca.

Me quedo pasmada en el medio de la calle desolada donde casi la acorralo, pero mis sentidos se despegaron en todas direcciones cuando escucho pasos sigilosos detrás de mí.

La energía me electrifica con la fuerza de mil voltios, mi cuerpo despierta instintivamente cuando me doy vuelta y aprieto furiosamente entre mis manos la flauta que iba a dejarme inconsciente.

La que yo asumo es la portadora del Miraculous del zorro, me mira confundida, casi asustada.

No lo viste venir, ¿verdad? Pues yo sí.

Supongo que no tengo una bonita expresión ahora mismo, honestamente, estoy bastante enojada. La chica intenta retroceder cuando tiro de la flauta y la ocupo como palanca para impactar su cuerpo contra la pared.

Su garganta se siente frágil y sensible entre mis dedos. La siento tragar y temblar bajo mi mano.

Solo hay una cosa que quiero saber.

— ¿Dónde está Ladybug?

Ella se tensa, pero sus ojos se desvían casi imperceptiblemente hacia la derecha.

— Nunca…te — traga con dificultad, con cada sílaba que pronuncia, su voz se vuelve más amarga. —... lo diré…

Siento como se retuerce, es lo mínimo que merece por ser un obstáculo. Solo estoy perdiendo mi tiempo con ella, el anillo me pica suplicando que invoque el cataclismo y la deshaga entre mi puño de ira y potencia destructiva.

Entonces, el escalofrío electromagnético me golpea como un camión.

Mis sentidos gritan descontrolados, y por poco no esquivo el ataque que venía desde mis espaldas, justo a la derecha.

Me veo obligada a soltar al obstáculo para sumergirme en la pelea actual. Lleva un traje rojo y una espada con la que es desagradablemente buena, tanto que apenas logro hacerle frente con solo mi bastón.

Desgraciadamente para ella, llevo tanto tiempo en este rubro que sé algunos trucos desesperados.

Mientras me enfrasco en el duelo, mis músculos chillan bajo el traje y mis extremidades pesan después de frenar los golpes contundentes. Por el rabillo del ojo, observo como la portadora del Miraculous del zorro huye, así que arremeto sin cuidado contra mi oponente y agarro la espada por el filo para inmovilizar su golpe.

Ella se queda quieta unos segundos por la impresión, el tiempo suficiente para que la mande a volar contra la pared.

A diferencia de Ladybug, la chica que persigo ahora no es tan rápida. Así que por mucho que lo intente, ella no logra perderme sin importar cuantas esquina doble y cuantos techos salte.

Ella finalmente se detiene frente al Arco de Triunfo, y sobre él, Ladybug y una figura desconocida vestida de negro se encuentran mirándome fijamente.

Me elevo sobre el bastón hasta tener una altura considerable. Intento relajarme mientras observo mi entorno, analizando el campo de batalla.

Hay gente escondida en cada esquina. No son civiles, me doy cuenta.

Son más portadores de Miraculous.

Tengo que aguantarme las ganas de reír cuando finalmente lo entiendo.

¿Qué es esto, Ladybug? ¿Un torneo? ¿Vas a enviarlos uno a uno a pelear contra mí hasta que llegue tu turno y te destruya?

¿Tan inútil eres que no puedes enfrentarme sola?

¿Tienes miedo, Marinette?

Mi corazón late con violencia mientras mi cerebro procesa el hilo de pensamientos que chocan furiosos mi mente.

Sea cual sea el motivo de sus decisiones, solo existe un resultado.

La guardiana caerá y yo tendré todos los Miraculous en mis manos, empezando por el Miraculous de la Creación.

Me inclino hacia adelante con el bastón hasta que aterrizo sobre el Arco de Triunfo. Estamos separadas, una en cada esquina. La veo fijamente, y ella me recorre con la mirada con una naturaleza voraz.

La he visto hacer eso cientos de veces.

Entonces se inclina, igual que lo hacía conmigo.

Mismo rostro, misma voz.

Y dice, en un tono bajo, desnivelada sobre el hombro del tipo vestido de negro:

— No sé donde está el Akuma.

Solo bastó eso para entenderlo todo.

Él es yo. Es su compañero. Su amigo. Probablemente su amante, quién sabe de lo que es capaz esta impostora.

Él es Chat Noir. Su Chat Noir.

Y Ladybug me reemplazó.

La comprensión quema como un rayo, siento cada célula de mi ser renegar a la realidad que se planta cruelmente justo ante mis ojos. El dolor es incalculable, no existe cosa física con la que pueda medir la agonía que invade mi cuerpo como un campo de batalla enemigo.

Ella me cambió, y esta imitación me suple con tanta naturalidad que las manos me tiemblan de una rabia enfermiza y psicótica.

Lo veo mirarla con los ojos estrellados y el ceño fruncido, pero con esa expresión tan comprensiva que reconozco con facilidad.

La reconozco porque es mi mirada, la misma con la que la atesoro a ella, a mi Marinette.

— No creo que sea un Akuma, Mi Lady…

Y es el colmo, porque esa es la misma forma en la que le hablo a ella.

¿Cómo se atreve?

¿Cómo se atreve?

Ella es mía

¡Mía! Mi Lady, mi compañera.

Este trastornado mundo no ha hecho más que tirarlo todo por la borda, aplastarme con su peso infernal y arruinar mi cordura hasta lo irremediable.

Mis manos se mueven solas, me siento poseída por un ente psicótico al extender el bastón y encestar un golpe que los barre de sus posiciones.

Hace algún tiempo, mientras vagaba solitariamente por el vacío multiversal, caí en una piscina de residuos cuánticos. Eran partículas energéticas que revertían los átomos de la piel y los dividían. Recuerdo sentir mi piel separarse, mi respiración detenerse y mi corazón acelerarse. Ingenuamente, creí que jamás había sentido tanto dolor.

Me equivoqué, realmente lo hice.

Incluso si recuerdo como partes de mí dejaban de ser mías, como mis venas se estiraban, se trenzaban y se conectaban con lugares donde no encajaban antes, nada se compara al dolor de atacar un rostro que decía amarme.

Y todavía me ama.

Ladybug me ama, porque con quien peleo es una ladrona de rostros.

— Pelea, bicho —, le exigí. Ella esquiva mi bastón mientras el otro Chat Noir intenta derribarme, pero me doy la vuelta lo suficientemente rápido como para hacerlo tropezar. — Y tú ten más cuidado, gato.

El flujo eléctrico se abre paso entre mis huesos hasta que la carne de mi cuerpo siente la descarga cataclísmica que se funde en mi mano. La energía negra del cataclismo se mimetiza con la noche mientras mi piel se abre en grietas profundas.

La oscuridad se filtra en todo mi sistema cuando presiono la palma contra el Arco de Triunfo y este se deshace en polvo.

Incluso si tengo que abrirme paso entre cadáveres.

Incluso si debo resumirlo todo al polvo.

Incluso si me veo obligada a destruir este lugar hasta dejarlo como una masa irreconocible de energía cuántica.

Volveré a casa.

Ganaré esta pelea, enfrente a quien enfrente, pierda lo que tenga que perder. Lo único que importa de una batalla es lo cerca que estás de ganar la guerra.

Hoy una guardiana caerá, pero yo me levantaré.

El resto de los portadores se lanza al ataque, y es a partir de este momento que los gritos y los sonidos de armas chocando forman una cacofonía lamentable, la sangre salta del esfuerzo y el polvo de la destrucción se mimetiza con el aire y envenena del oxígeno.

La presión me hunde, mis piernas pesan y mis brazos se sienten tan duros que los golpes ya no duelen, el bastón en mi mano se transforma en una extensión de mis extremidades que ocupo despiadadamente.

La batalla es mi elemento, mi salsa. La manejo como un juego de cartas, con la vista nítida y el oído claro, nada evita que sea urgentemente veloz. El sudor y la tierra forman una capa en mi cara forjada por la destreza, mi cuerpo bajo el traje vibra con cada golpe y me endurezco para devolverlo con el doble de fuerza.

Empiezo a ocupar el cataclismo más de lo que debería, más de lo que jamás lo he ocupado.

Siento la piel ajena derretirse bajo mi toque, veo la vida esfumarse frente a mis ojos.

Fluyen como agua en la tierra y sus vidas se pierden en la desesperación.

Esa desesperación en todo este asunto es lo que me impulsa a seguir, a no rendirme ante ningún obstáculo.

Mis manos tocan el suelo, se aprietan en el aire y se arrastran por todas las superficies en gritos violentos, en acciones desenfrenadas. El terreno bajo mis pies tiembla y grietas enormes empiezan a abrirse por toda la ciudad.

Se gritan órdenes, llamadas de auxilio y advertencias, pero toda mi concentración está en ganar.

La energía cataclísmica está al límite, parece un agujero negro me embalsama como un poderoso ungüento, paralizando todo mi razonamiento. Mi mente se expande con las ideas focalizadas, dando a mi existencia un único propósito.

Destruir, debo destruirlo todo.

Arrebatarle los Miraculous se vuelve una tarea fácil cuando se hacen polvo oxidado entre mi agarre. No hay resistencia en los cadáveres, poco después ni siquiera hay cadáveres.

El viento se los llevaba con una facilidad deshumana.

El mundo queda mortalmente silencioso durante unos minutos, levanto la mirada desde mis manos llenas de polvo y sangre. París arde con frenesí, la gente huye despavorida y el fuego se come las calles con su ardor carmesí.

Frente a mí, solo quedan la Ladybug impostora y el compañero de reemplazo, su Chat Noir.

Estoy tan cerca, tanto que tengo agarrado mi destino entre mis dientes y siento su sabor en toda mi lengua, dándole a mi estómago una probada de la victoria por primera vez en lo que parece una eternidad.

Ambos se lanzan hacia mí en un ataque sincronizado, pero estoy tan curtida en la adrenalina que mi cuerpo adiestrado se mueve solo y esquiva cada intento de intercepción.

El yo-yo y el bastón me rozan, los puñetazos encajan simultáneamente y el ritmo se vuelve brutalmente más rápido que antes. Pero nada es suficiente para frenar la furia que hierve a fuego acelerado en mi alma y plaga de determinación mis movimientos.

Contesto los golpes con cataclismos descontrolados y desplazamientos calculados, retrocedo, golpeo, avanzo y desestabilizo, vuelvo a repetir como si fuese una danza coordinada y la única que sabe la coreografía soy yo.

El otro Chat Noir tropieza después de un golpe contundente en el pecho y cae justo en mis manos.

— Tanto poder… —, mi voz se manifiesta como un grito rasposo, me rompe la garganta mientras sacude mis cuerdas vocales. Él me mira, pasmado de miedo, pero sus ojos se desvían para hablarle con la mirada a la Ladybug impostora. Exploto de disconformidad amarga. — Y no ocupas ni una gota de todo lo que te ofrece el Miraculous de la Destrucción.

Mis dedos rodean con más fuerza su garganta y el cataclismo agrede lentamente cada parte de su cuerpo, pulverizando la carne, moliendo los huesos y petrificando la sangre.

Su anillo cae con un ruido sordo al piso, rodando entre las cenizas y perdiéndose en la suciedad.

¿Lo ves, Ladybug? Esto es lo que pasa cuando no me hacen caso.

Miro su rostro afligido por una pena indiscutible, quiero que sienta lo que sentí cuando yo la perdí a ella, lo que sentí cuando se desvaneció todo para mí.

No descansaré hasta que todos sepan cómo se siente perder.

Ella se tira sobre mí con una rabia familiar, pelea agresivamente y sus movimientos se tornan descuidados a medida que pierde los estribos.

Los golpes dejan de encajar, dejan de doler.

No logra tocarme ni un solo cabello cuando mis uñas se cierran en su cadera, apretando el hueso con tanto vigor que siento como se rompe su piel y mis dedos rodean sus fibras calientes.

— Te dije que me dieras los Miraculous, Marinette —, ella tiembla cuando digo su nombre, retorciéndose del agarre que tengo en su herida. Pero me mantengo fuerte, incapaz físicamente de dejarla ir. — Ahora sentirás lo que siento, sufrirás como yo sufro, tu cuerpo va desgarrarse bajo mi poder, bajo mi venganza.

Ella me mira con reticencia, pero también con miedo. Es increíblemente polivalente como el ser humano puede sentir tanto a la vez.

Mi sonrisa se ensancha, el cataclismo se sumerge y pudre todo desde dentro mientras tomo sus aretes.

He ganado.

Después de tanto, he ganado. Los tengo todos en mis manos.

Un guardián ha caído, pero yo me levanté de entre las cenizas y resurgí como el fuego de las brasas.

Ahora soy la guardiana suprema.

Por fin, con tanto tiempo encima, con tantos obstáculos, con tanto viaje, podré salvarlos a todos.

La emoción brota de mis poros cuando me pongo los aretes, las lágrimas corren como un río, limpiando mi piel inmunda por la batalla y drenando todos los sentimientos que me atormentaron en toda esta odisea. Siento el peso caer como un yunque y me siento tan ligera que podría empezar a flotar.

Jamás estuve tan aliviada, tan feliz.

Iré a casa, iré a casa, iré a casa.

Besaré a mi Marinette, patrullaré por mi París, abrazaré a mis padres y miraré teorías sobre el multiverso en Youtube hasta que los ojos se me cansen.

Cierro los ojos con una sonrisa que entumece toda mi cara mientras pido mi deseo, siento la energía correr por mi cuerpo y el aire se vuelve pesado.

Pero cuando abro los ojos, no veo mi hogar.

Estoy en el mismo París, rodeada de destrucción.

Y el cielo se abre, mostrando la inmensidad del multiverso. Vacío inmenso, radiación magnética flotando en la oscuridad y el maldito árbol viejo y horrible engullendo la atmósfera.

Las líneas temporales empiezan a caer en la realidad, chocando entre sí y escapándose del enorme vacío que comienza a devorar este universo. La gente grita, presa del horror. El pánico cubre las calles mientras la aniquilación arrasa con toda la vida disponible a su paso.

Mis lágrimas pasan del alivio al espanto, me encuentro una vez más viviendo lo que me quitó todo, mi cuerpo reacciona al caos, al terror y la locura.

No puedo creerlo, después de tanto.

Después de todo.

Volví a donde empecé.

Me quedo paralizada, con la garganta apretada y el vómito subiendo incómodamente, mis dedos tiemblan y mis manos se aprietan en mi torso buscando aunque sea un mínimo de consuelo.

Pero nada pasa, no me calmo, no vuelvo a respirar correctamente.

No quiero nada de esto.

No quería que nada de esto pasara, solo quería volver a casa.

De repente, una explosión de energía cuántica me empuja, mi cara se estrella contra el piso terroso y sucio, pero me levanto a duras penas para enfrentar lo que me depare.

Un portal se abre, es como magia, luminoso, cuadrado e imponente, y de él, comienzan a salir hombres uniformados, armados e ignorantes de la destrucción a su alrededor.

Intento ponerme en posición de batalla, pero mis músculos se quejaron y me dejaron tirada a la merced del multiverso. Uno de los hombres se acerca, parecía el menos intimidante, se veía cansado y aburrido.

— Variante 459R6, cuadrante 128F, universo espejo 616, rama temporal 3 —, recitó con una voz monótona. Sus ojos me penetraron como dos cuchillos. — Quedas arrestada por múltiples delitos multiversales, alteración del árbol temporal y asalto violento en una línea de tiempo canónica.

Él se voltea, dejando que el resto de los uniformados me agarre con fuerza y me esposen con unos artefactos extraños de los que lucho para intentar huir.

— Restablezcan la línea universal y borren el segmento, quiero este universo reparado antes del juicio, ¡a trabajar!

Y todo se volvió oscuro mientras me arrastraban por el portal.

Tal vez este sea mi destino.

Al final del día, soy solo la variante.

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La Variante | Fanfic Battle-[c]

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[cbi]HEYYO MLBA S  :star: 
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[C]Ha pasado

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Cuando vi por primera vez MLB, había dos co-

sas que quería: ser Chat Noir y después tener

a Marinette de novia, aquí logré ambas.

Soy un escritor de la tercera persona limitada,

no acostumbro en narrarme a mí misma, ni a

autoinsertarme en las cosas que escribo. Mi

estilo es cohesivo y con escenas retrospecti-

vas esporádicas. Breve, directo y contundente

con matices realistas y bastantes prolepsis.

Así que sí, tuve bastantes problemas cuando

decidí empezar a escribir. Diseccionar mi per-

sonalidad fue, sin duda, la peor parte.

La Variante | Fanfic Battle-[c]

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[C]Ha pasado

Si hablamos de plasmar sentimientos, esas 4

canciones empapan bastante bien la temática

que busqué   transmitir:   la unión de lazos con

un pasado que ya no está, la pérdida de una o-

rientación fija, la caida y la posterior búsqueda

del descanso y la nostalgia.

Tuve la intención de implementar terminología

de la TVA (Marvel), supongo que es una forma

de hacer un crossover implícito.

Espero que les haya gustado, hasta pronto :D

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[C]Ha pasado

GRACIAS POR SU ATENCIÓN .

24 de mayo de 2025 ; 21:17AM

La Variante | Fanfic Battle-[c]

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[cbi]HEYYO MLBA S ⭐️
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[C]Ha pasado
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OH DIOS MÍO QUE GANE ESTO XFAVOR

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1 Reply 5 days ago

ay skdkwkdkwkdj gracias :sob: :sob:

oye tu no ibas a publicar algo para la fanfic battle tmb o m equivoco

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1 Reply 5 days ago

Responder a: dorito

A lo mejor publico, pero no estoy segura. Todo dependerá de si me sale algo decente

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1 Reply 5 days ago

Responder a: Mɩrɩam Hɩrsch ୧⍤⃝

anímateeee

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1 Reply 5 days ago

Me encanta porque es un torneo por los Miraculous, sin ser un torneo en si

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0 Reply 7 days ago

Responder a: Andre-a

DEJAME ESTABA ESCRIBIENDO Y S EME OLVIDO NO T RIAS

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0 Reply 7 days ago

Responder a: dorito

JAJJAJAJAJA

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1 Reply 7 days ago
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