Jardín secreto de penurias andantes.
En sonata duermen sus besos,
Que entre risas y desgarros deslizan mi piel.
Ardiendo como marcas de mí pecar,
Eras el canto de una dulce maldición.
Tú eras mi canto e ilusión.
Tus alas de raíz, se hacían fuego al sol.
Sin volar ni caer, eran recordatorios.
Que te enjaulaban en flores.
Que te aislaban en libertad.
Y entre petunias y lirios
Y entre gardenias y narcisos
Sus bostezos en bonhomía
Sus gritos en algarabía
Tú eras la osadía.
Dulce pilar de mármol quebrado.
Tus marcas,
Las furias más pasionales.
Con danzantes laberintos de cerámica.
Saciando mis anhelos en dulces de dalias
Llorando ante las ideas de un altar.
Petalos en el aire, remanentes de ti.
Eran tu respirar para vivir.
Simples engaños del ser,
Débiles muestras de simplés.
Y entre camelias y jazmines.
Y entre claveles y violetas.
Tus amores en miseria.
Tus plegarias en mi euforia.
Mi bizarra armonía
Eras tú.
Una verdad.
Una razón.
Un destino.
Una decisión.
Eras mi guía,
Eras todo:
Todo lo que me quedó.

Comments (1)
¡Lo has terminado!,
Como siempre un escrito de alta calidad y belleza, que al recitarse adquiere fuerza.
El cierre suele ser importante y con esas frases cortas es como si todo se fuese desvaneciendo si perder la esencia.
Fue bonito escucharte en el proceso,es bonito en sí, escucharte.