Para tí, mi preciosa estrella fugaz:

Te amé, y te sigo amando.

Te pregunté si sentías lo mismo, pero solo recibí silencio.

Me destroza… pero lo entiendo.

Te querré en los veranos desoladores y frustrantes.

En los inviernos arrasadores y congelados.

Te querré en otoño, en primavera, e incluso en las estaciones que no existen, cada día de mi vida.

Llegaste a mí como una estrella, brillando en medio de la oscuridad, iluminando momentos que ni siquiera sabía que eran grises antes de ti.

Me enseñaste a bailar bajo la lluvia, pero también me hiciste comprender lo que es esperarte en medio de un aguacero interminable.

Tienes un corazón precioso, y sé que nunca fue tu intención,

pero abandonaste el mío como si fueras una estrella fugaz.

Fuiste arte.

Fuiste melodía.

Fuiste la rosa más bonita de la florería.

…Y aún lo creo.

Pero yo ya no soy el cielo sobre el que tanto te gustaba volar.

No sé si estuvimos condenados desde el principio, pero sé que incluso si pudiera retroceder,

yo volvería a amarte.

A adorarte.

A quererte.

Me dolieron tus silencios, pero está bien.

No quiero una disculpa, porque en primer lugar, yo jamás te culpé.

Hay miles de astros en el cielo,

pero yo te elegí a ti por una razón.

Y jamás me arrepentiré de haberte amado.

Escribo esto no para hacerte sentir mal, sino para decirte que está bien.

Que yo… estoy bien.

Te conozco, y sé que vas a guardar dentro de ti la culpa que esto te deja,

aunque te haya dicho una y otra vez que no fue tu culpa,

que solo fue la vida… jugándonos una mala pasada.

Te quiero, así que, por favor…

Sigue sin mí.

Sé feliz, porque eso me hará feliz.

Atentamente,

Una persona del montón que aún te ve con ternura.